viernes , abril 19 2024

Sentando las bases para el periodismo de datos en una Venezuela dividida

Por Miguel Paz 

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Cortesía de Miguel Paz

En un país dividido en dos por la polarización política, ¿qué lugar puede tener el periodismo y el uso de datos para mejorar la calidad del debate de interés público?

Esta es una pregunta importante en Venezuela, un país en el que el presidente  Nicolás Maduro asegura que habla con el espíritu del difunto presidente Hugo  Chávez  a través de un “pajarito” y que creó el Ministerio de la Suprema Felicidad.  Entretanto, la oposición más extrema quema banderas cubanas y etiqueta al presidente como un “nuevo Pinochet”.

El periodismo de datos puede jugar un rol muy importante en esto. Puede brindar nuevas capacidades tecnológicas a periodistas, programadores y diseñadores para  dotar a su trabajo de mayor respaldo factual y redefinir su forma de trabajo colectivo e individual.

 

Ese fue el balance del primer Bootcamp de Periodismo de Datos de Venezuela, realizado en Caracas entre el jueves 31 de octubre y el sábado 2 de noviembre, al que asistieron 100 profesionales de los más de 250 que se postularon al campamento.

 

El amplio interés por participar en el evento se resume en la necesidad manifestada por los asistentes de acelerar sus conocimientos prácticos y capacidades tecnológicas para usar datos, y de integrar a su rutina diaria metodologías de trabajo interdisciplinario.

 

Yo ayudé a organizar el bootcamp como parte de mi Knight Fellowship del Centro Internacional para Periodistas. El evento contó con el apoyo del Centro Carter Venezuela, del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), de los principales medios de comunicación del país (Bloque de ArmasUnión RadioPanorama,Cadena CaprilesGlobovisión) y de Banesco.

Herramientas, scraping, datos abiertos y narración interactiva

 

El programa intensivo del bootcamp cubrió todos esos aspectos. Yendo al detalle, incluyó una Introducción al Periodismo de Datos; un taller de scraping básico utilizando Google Spreadsheets, Scrape Similar y Fusion Tables, dictado por Juan Eduardo Hernández (desarrollador jefe de Poderopedia); una clase magistral de la académica caraqueña María-Esther Vidal sobre datos abiertos en Venezuela y lo mucho que queda por avanzar, comparativamente, en ese rubro en dicho país; un taller introductorio de visualización de datos de Alastair Dant (programador del New York Times y ex jefe del equipo interactivo de The Guardian), y una inspiradora charla sobre Narración Visual de la diseñadora interactiva y Knight Fellow de ICFJ Mariana Santos, que partió con una sesión de baile… Sí, de baile.

 

En el bootcamp, además hubo espacio para un mini hackatón. Los asistentes propusieron proyectos y se familiarizaron por primera vez en su vida profesional con técnicas de prototipado rápido, pensamiento visual, “elevator pitch”, “producto mínimo viable” y metodología ágil de organización del trabajo. De las 40 ideas propuestas publicadas en el dashboard del bootcamp, que reflejan el interés por transparentar con datos muchas de las situaciones complejas del actual contexto venezolano, se llevaron a cabo 10 proyectos, probando herramientas como:

 

 

Elecciones, baseball, fútbol y más

 

Entre los proyectos realizados, cabe destacar “Camino al 8D”, un gráfico y timeline comparativo de votaciones y alcaldes electos en elecciones venezolanas desde 2000 en adelante. Este proyecto, de cara a las elecciones municipales de Venezuela del 8 de diciembre próximo, mostró en base a datos públicos la curva de crecimiento y descenso de la cantidad de votos del oficialismo en comparación con la oposición.

 

Enfocado en el baseball, deporte nacional de Venezuela, otro proyecto que se concretó muy bien fue“Chamos Peloteros”, del equipo del programador de Cadena Capriles Asdrubal Chirinos, que extrajo la base de datos de jugadores venezolanos de las ligas menores de baseball de Estados Unidos y exploró sus características demográficas (edad promedio, lugar de origen en Venezuela, monto del bono de firma, posición y otros detalles).

 

Gracias a lo visto en el bootcamp, aseguró Chirinos, su equipo ganó la versión venezolana del Americas Datafest para competir a nivel mundial en dicho concurso (revisa el pitch aquí).

 

Además, en la actividad se “scrapeó” y visualizó la ”emigración de futbolistas”, un grupo hizo el mapa del Matrimonio igualitario en América Latina y otro descubrió cuáles son las motos más robadas en Venezuela.

 

Hubo quienes aprovecharon el bootcamp para organizar grandes bases de datos, como la de los miles de periodistas agremiados en el Colegio de Periodistas de ese país. Otros utilizaron las herramientas mostradas para llevar a cabo prototipos básicos que luego seguirán en sus trabajos, como: la “Influencia de Monsanto en América Latina”, “El Mapa de la Radioterapia”, “Quién es amigo de quién en las Fuerzas Armadas Bolivarianas” o “Los que se van y los que regresan: La migración venezolana”.

 

Lo central del bootcamp, de acuerdo a la encuesta enviada a los participantes y donde la mayoría indicó que la actividad “superó sus expectativas”, fue aprender a trabajar en equipos interdisciplinarios, conocer nuevas herramientas y entender cómo se pueden usar grandes sets de datos para investigar y contar historias periodísticas, bajo el viejo aforismo periodístico de que “si tu madre te dice que es tu madre, pídele que te lo demuestre con datos”.

 

Datos versus opinología

 

En el momento actual de la vida política de Venezuela, donde “la verdad” pareciera ser, como en las conflictos tradicionales, la primera víctima de la polarización, que ha permeado buena parte de los espacios de debate y análisis con conceptos como la “guerra económica”, el bootcamp también sirvió para promover e insistir en técnicas de investigación basadas en la comprobación empírica de datos y la práctica de un periodismo de calidad, alejado de la trinchera o la militancia.

 

¿Quién dice la verdad? ¿Cómo comprobarlo? ¿Qué distingue a la verdad de una opinión proveniente de las más altas esferas del poder o de una afirmación vestida de dato recogida en los mentideros opositores? ¿Cómo sortear la opinología y frente a ella insistir con datos duros y comprobables? Estas fueron algunas de las preguntas abiertas al debate durante el encuentro, abordadas especialmente en el tercer día de taller, donde un grupo más reducido de profesionales ligados al mundo del periodismo de investigación analizó las limitaciones legales del ejercicio libre del periodismo y conoció en detalle cómo usar Poderopedia para mapear las conexiones del mundo político y los negocios en Venezuela, con miras allanzamiento en los próximos meses del capítulo Poderopedia de ese país.

 

Encontrando historias enterradas en PDFs del gobierno

 

Otro de los grandes resultados del bootcamp fue la investigación realizada por el periodista César Batiz (uno de los asistentes al evento) quien, con la colaboración de la académica María-Esther Vidal, hizo una radiografía de la lista de empresas aprobadas por la Comisión de Administración de Divisas venezolana (CADIVI, responsable del control cambiario) para cambiar bolívares a dólares, que utilizan para pagar a los proveedores de productos que importan a Venezuela.

 

Los periodistas venezolanos frecuentemente consultan documentos del gobierno para saber qué empresa ha recibido dólares. Pero ninguna investigación adoptó una mirada comprehensiva de qué compañías están autorizadas a recibir dólares y cuánto dinero están recibiendo.

 

La investigación de Batiz, publicada en el diario Últimas Noticias, abordó el caso de Tiendas Daka, empresa de retail acusada por el Gobierno de cobrar sobreprecio “en la venta de electrodomésticos importados”. Allí, descubrió quiénes son los propietarios de la empresa, sus operaciones en Panamá y su domicilio electoral en Venezuela. Además hizo el ranking de las 20 empresas que más divisas extranjeras reciben, autorizadas por CADIVI.

 

Miguel Paz es un periodista chileno, fundador y CEO de Poderopedia y un ICFJ Knight International Journalism Fellow.

 

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