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Periodistas de la Cadena Capriles condenan línea editorial que invisibilizó a las víctimas de los sucesos del 12 de febrero

QUEREMOS SEGUIR SIENDO EL DIARIO DEL PUEBLO

El cambio de la primera página del diario Últimas Noticias, el jueves 13 de febrero de 2014, es apenas un ejemplo de lo que ha ocurrido en este periódico en los últimos cuatro meses, cuando fue consumada la compra de la Cadena Capriles.

En su primera versión daba prioridad a la noticia: “Dos muertos tras protestas” y en la nota de cierre, las palabras del presidente Nicolás Maduro: “Se hará justicia, llamo a la paz”.

La segunda versión, modificada después de las 11 de la noche, destacó la declaración de Maduro: “Enfrentamos un golpe de Estado” y desestimó a los muertos; invisibilizó a los detenidos y desaparecidos; subestimó el dolor de los familiares de los asesinados; desconoció la protesta pacífica de los estudiantes y destacó la participación de los seguidores del Gobierno: “Los chamos chavistas peregrinaron sin rollo”.

Los periodistas de la Cadena Capriles que aquí firmamos, queremos hacer pública nuestra inconformidad por la línea editorial que ha sido impuesta por los nuevos dueños de esta empresa, que ni siquiera han tenido la valentía de dar la cara frente a sus trabajadores.

El primer principio editorial y definición de la Cadena Capriles es la de un conglomerado de medios “independientes, pluralistas, promotores de los valores democráticos, contrarios a cualquier forma de discriminación, respetuosos del Estado de Derecho y comprometidos en el esfuerzo de informar veraz y oportunamente a nuestros lectores”.

Nuestro norte es darle voz a la gente. A la mamá del detenido, al amigo del estudiante muerto, al papá que recorre los centros policiales y la morgue buscando a su hijo desaparecido. A ellos nos debemos y el miércoles fueron injustamente silenciados en la portada. Como silenciado fueron los elementos recogidos por los periodistas y que muy probablemente podrían contribuir a la atribución de responsabilidades.

Guiados por el mandato de la búsqueda de la verdad, los reporteros y trabajadores de estos diarios, salimos todos los días a buscar las historias que hacen que el oficio periodístico justifique su importancia dentro de la sociedad.

No queremos renunciar a este privilegio. Por el contrario, lucharemos para informar las diferentes versiones de los hechos y reportar lo que ocurre, respondiendo al compromiso social que nos motiva y no a los intereses económicos y políticos de grupos de poder.

Hay un clima cada vez más asfixiante para la prensa venezolana. La televisión y la radio se han convertido en simples repetidores de las palabras del Gobierno y la prensa lleva el mismo camino. El 13 de febrero hubo un quiebre. Sacaron del aire al canal colombiano NTN24, que era el único que informaba en tiempo real y no se plegó a la censura impuesta por varias cadenas del Gobierno.

Tradicionalmente, la Cadena Capriles ha sido reconocida por su equilibrio informativo. Sin embargo, desde que cambió de dueño (y según nos informaron comprada por el banquero, Víctor Vargas) esta cualidad se ha diluido. Antes éramos el diario del pueblo, ahora nos quieren convertir en el diario del Gobierno.

Nosotros queremos seguir dando la batalla. Queremos informar oportuna y verazmente, queremos, a fuerza de trabajo, rescatar la credibilidad perdida y queremos, por sobre todo, que se respeten los principios éticos y morales de los reporteros que hoy son cuestionados por la gente, que finalmente son los que le dan sentido a nuestra labor.

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