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Foto: Correo del Caroní
Trabajadores de la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro (Sidor) marcharon este jueves pero no por la firma de un contrato colectivo, sino para exigir cuentas al Ministerio de Industrias, a la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), a la propia Sidor, e incluso, a un sector del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y sus Similares (Sutiss).
La confusión llegó temprano a las puertas de la acería, luego de que el secretario de organización del sindicato, José Meléndez, anunció a través de la plataforma mediática del Estado la firma del contrato colectivo. “No fue fácil y hemos pedido disculpas por las actividades que hemos tenido que llevar a cabo en defensa de nuestros derechos. Vamos a elevar la producción y la eficacia de la empresa”, manifestó el dirigente a través de Venezolana de Televisión.
La declaración contó con el eco de la ministra de comunicación e información, Delcy Rodríguez, quien a través de su cuenta en la red social Twitter, anunciaba con vítores el “triunfo de la clase obrera” y el “fin de la guarimba en Sidor”, al acordarse, según su versión, la paz “con los verdaderos trabajadores”. “José Meléndez logró el acuerdo que pone fin a las acciones violentas”, informaba.
Meléndez no pasó por alto la convocatoria a la marcha pautada para el jueves, pero sugirió que esta fuese “una caravana por la firma del contrato”. Al final no hubo caravana. Tampoco celebración. Solo una marcha que exigía cuentas sobre una contratación que no contó con el aval del resto del comité ejecutivo de Sutiss.
– ¡Aquí no se ha firmado ningún contrato colectivo señores! ¡Que venga el gobierno y diga con quién negoció si no fue con nosotros! ¡Ahí no estuvo el comité ejecutivo (de Sutiss), no estuvo el presidente, ni el secretario general, ni yo que soy el secretario de trabajo y reclamo! ¡Que venga el gobierno y nos diga qué pasó! – exclama en el portón el secretario de trabajo y reclamo de Sutiss, Leonardo Azocar.
Así se alimentó una marcha que no solo se solidarizaba con los sidoristas por la arremetida que sufrieron de la Guardia Nacional el pasado martes, sino que además exigía cuentas sobre un “verdadero contrato”.
La marcha contó con el apoyo de trabajadores de otras empresas como CVG Carbonorca, Alcasa, Venalum, Refractarios Orinoco, y de una representación del movimiento estudiantil, de un puñado de ciudadanos, y miembros de organizaciones no gubernamentales del estado Bolívar.
El presidente de Sutiss, José Luis Hernández, no quiso señalar a Meléndez ni a ninguno de sus compañeros por considerar que esto solo los haría caer en el juego de la división sindical, “que es lo que quiere el gobierno”. “Creemos que el compañero Meléndez fue secuestrado y obligado a firmar”, consideró Hernández, contrario al pensamiento de los trabajadores de base, quienes lo tildan de “Judas” por vender, según su parecer, los intereses de los trabajadores. Así lo dejaron claro en la Plaza del Hierro, lugar de llegada de la marcha.
Ya en la asamblea de la tarde, una vez más en el portón 3 de la acería, Hernández reiteró que un contrato sin la firma del presidente del sindicato, del secretario general, y del secretario de trabajo y reclamo, no tiene validez, como se especifica en el artículo 11 de los estatutos del sindicato.
El acuerdo anunciado por Meléndez incluye el pago de 170 bolívares de la convención colectiva, desglosados de la siguiente manera: 80 bolívares a la firma, 30, a los 6 meses; otros 30 en 6 meses más; y el resto en el semestre siguiente. El pago del bono compensatorio de 60 mil bolívares por cada año vencido de la contratación colectiva, de 60 mil bolívares 200 mil bolívares por trabajador, descontando los 40 mil cancelados en 2013 por este mismo concepto. Un plan de jubilación del cual no se ofreció detalles y un salario promedio de entre 17 a 20 mil bolívares para los trabajadores fijos de día. De 25 a 27 mil para los de turno mixto, y de 30 mil en adelante para los de turno rotativo.
