Los pobladores los acusaron de tergiversar los hechos. Los periodistas huyeron pero pudieron informar en sus diarios sobre el crimen.
Los reporteros intimidados fueron Jorge Puentes, del diario Frontera, Ángel Timaure, del diario Cambio de Siglo, y a los fotógrafos Giancarlo Vido, del diario Pico Bolívar, y Rolando González, del Diario de los Andes.