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Amenazaron de muerte a reportero de radioemisora

El 23 de agosto de 2013, personas no identificadas amenazaron de muerte e intimidaron a Gonzalo Albano, reportero de la radioemisora Class 98.7 FM -con sede en San Carlos, estado Cojedes-  perteneciente a Unión Radio, circuito privado de alcance nacional. Una persona armada lo apuntó en la cabeza y le dijo que “dejara de hablar pendejadas en la radio” y que la advertencia la hiciera extensiva a Germán Lozano, jefe de información del medio. El periodista explicó que estas amenazas ocurrieron luego que le diera seguimiento informativo a denuncias de supuesta corrupción en las instituciones del gobierno regional.

 

Albano relató a IPYS Venezuela que ese día en la mañana, a pocos metros de su residencia, fue interceptado por un hombre armado, quien lo conminó a subirse a un vehículo, a la fuerza. En los puestos de atrás, la persona le ordenó que bajara la cabeza, y lo apuntó. En tono intimidatorio le dijo: “Te lo voy a decir por tu bien: Deja de hablar pendejeras (palabra en sentido vulgar que denota sandeces) en la radio. Deja de embochinchar y perjudicar a la revolución” (término comúnmente utilizado para referirse a la gestión gubernamental actual). Esto según el testimonio que ofreció el reportero a IPYS Venezuela.

 

Albano explicó que el hombre le pidió que previniera  a sus compañeros de la emisora y también a su jefe, Germán Lozano, encargado de la coordinación de información de Class 98.7 FM, quien además se encarga de la conducción en el estudio del noticiero informativo. IPYS Venezuela contactó a Lozano quien señaló que no ha recibido amenazas directas por esta situación.

 

“Ésta fue una advertencia y la próxima vez la pagas con tu vida”, le dijo el hombre al Albano, según su recuento de los hechos. El señor también le dijo  al reportero que se cuidara porque sabía dónde vivía, cuáles sitios frecuentaba y dónde vivía su familia.

 

Esta situación duró alrededor de 10 minutos. Luego, el hombre abrió la puerta y lo fue empujando del asiento del vehículo para que se bajara. Albano se quedó parado en la calle, y el automóvil se fue del lugar. También, iban a bordo otras dos personas más, quienes ocupaban los puestos delanteros y a quienes Albano tampoco pudo identificar.

 

Por denuncias de presunta corrupción

 

El reportero explicó que desde hace algunos meses han cubierto las informaciones, para la emisora, sobre los presuntos casos de corrupción en la gestión gubernamental regional, y que esta situación, probablemente, haya generado las amenazas de desconocidos.

 

Agregó que, recientemente, han difundido denuncias de ciudadanos que están en desacuerdo con el proyecto de la Constitución del estado Cojedes, una norma jurídica que busca asentar las bases para regular los poderes públicos en la entidad. Este instrumento jurídico está siendo impulsado por el gobierno regional y es apoyado por las directrices del ejecutivo nacional. En el anteproyecto, se asienta, que esta constitución local busca una “transición al socialismo”, según una reseña de la Agencia Venezolana de Noticias ( http://www.avn.info.ve/contenido/presentan-anteproyecto-constituci%C3%B3n-del-estado-cojedes).

 

El periodista denunció estos hechos -con apoyo  de la seccional Cojedes del Colegio Nacional de Periodistas- ante el Ministerio Público. El mismo día, la instancia judicial otorgó una orden de protección  para resguardar la vida y seguridad del periodista y su familia.

 

Explicó que el 26 de agosto, funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Militar (Sebin), cuerpo de seguridad del Estado, realizaron una experticia por el incidente. Chequearon, además, su teléfono celular como parte del proceso de investigación.

 

Precedente

 

Albano explicó que meses atrás recibió varias llamadas anónimas por algunos reportajes sobre situación de inseguridad y problemáticas sociales de las comunidades, que los  publicó en calidad de reportero de las fuentes de sucesos y política para el diario La Opinión, periódico privado local, para el cual laboró hasta junio de 2013. Las personas no identificadas, en tres oportunidades, le dijeron que bajara el tono de las denuncias y que no continuara realizado sus trabajos de investigación periodística.

 

Albano manifestó que esta situación no lo intimidó y él continuó realizando su labor periodística sin miedo ni censura.

 

Las amenazas de muerte y las acciones de intimidación se consideran como una violación a la libertad de expresión, debido a que colocan en riesgo la vida y la integridad de los periodistas.

 

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