IPYS Instituto Prensa y Sociedad Venezuela
El 19 de febrero de 2016, el periodista Efrén Riera, quien trabajó como reportero en el canal de noticias Globovisión, se detuvo en una protesta frente a una sucursal de Pdval (red venezolana de mercados que produce y distribuye alimentos) ubicada en la avenida 20 con calles 31 y 32 de Barquisimeto, para tomar una fotografía y vídeo con su celular.
Aunque no está ejerciendo en la actualidad el oficio del periodismo, el instinto lo impulsó a observar lo que ocurría, al tiempo que veía a un funcionario de la Policía Nacional sacar su escopeta para amenazar a los ciudadanos que hacían fila para comprar los productos regulados que venden en el expendio público. Las personas estaban molestas porque los productos se acabaron, y muchos quedaron sin poder comprar, a pesar de haber permanecido horas en la cola.
“Cuando el policía salió y los amenazó, las personas comenzaron a gritar, algunas se lanzaron al suelo y otras corrieron. Yo saqué mi teléfono y tomé una fotografía, luego cambié la opción a vídeo y en ese momento un funcionario se me vino encima y llamó a otros”, contó Riera.
El periodista les explicó que no había delito en tomar fotografías en una vía pública, razón que no escucharon y por la cual se lo llevaron a la sede de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) que está ubicada justo frente al Pdval del centro de la ciudad.
“Me sometieron entre varios. Me identifiqué como periodista y les explicaba que no estaba en contra de la ley. Las mismas personas que vieron cómo me llevaban intentaron defenderme y de hecho llamaron a la Defensoría del Pueblo. Querían quitarme el teléfono y tampoco accedí, sin embargo, al final se los entregué y evidenciaron que no pude hacer el video, aunque no vieron la foto que había tomado”, precisó el reportero.
Efrén Riera trabajó como funcionario de la Policía del estado Lara por 10 años, y luego de este tiempo decidió retirarse del cuerpo de seguridad. Por esta razón, sabía que sus anteriores colegas realizaban una “mala actuación”.
“Después de media hora, ante la presión de las personas afuera de la sede y al darse cuenta que no podían condenarme por ningún delito, me dejaron salir. Quedé con moretones y rasguños, porque forcejearon conmigo cuando me detuvieron”, explicó el periodista.
Riera no tuvo que firmar ningún documento ni fue reseñado, pero deploró el hecho que atenta contra la libertad de expresión, de información y al libre tránsito.
Esta alerta a la libertad de expresión representa un uso abusivo del poder estatal vinculado a una detención arbitraria por parte de un cuerpo de seguridad del Estado, así como también representa una limitación de hecho a la cobertura de asuntos de interés público y una agresión física.
Los artículos 57 y 58 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela garantizan el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la información, al establecer que toda persona tiene derecho a una comunicación libre y plural y a recibir información de interés público sin que se establezca censura.
El numeral 5 de la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la Organización de Estados Americanos (OEA) establece que la presión directa e indirecta sobre cualquier expresión, opinión o información difundida, a través de los medios de comunicación, debe estar prohibida por la ley. El numeral 9, por su parte, señala que los hechos de intimidación, amenaza y agresión violan los derechos fundamentales de las personas y coartan severamente la libertad de expresión.
