IPYS Instituto Prensa y Sociedad Venezuela
El Diario El Impulso del estado Lara cuenta con una sección de atención a problemas y denuncias ciudadanas en sus redes sociales que lleva el nombre de “Cheo”. A través de sus cuentas @Cheoelimpulso en Twitter e Instagram se publica la información que envían los ciudadanos en atención a reclamos en sus comunidades o entorno en general.
En horas de la mañana del martes 22 de septiembre de 2015, en los alrededores del periódico paredes y aceras estaban marcadas con grafitis bien elaborados con el lema “@Cheo, periodista fascista”.
Los periodistas que trabajan en esta área informativa dijeron que no dejarán de seguir informando sobre las realidades que muestran quienes reportan a Cheo en cada una de sus redes sociales.
Por su parte, Cheo respondió ante la agresión:
“Quien me acusa de fascista no me ataca a mí, sino que trata de callar la denuncia de los ciudadanos que solo buscan soluciones a sus problemas. No soy fascista, soy la voz de los larenses que quieren vivir mejor”.
En su Instagram agregó: “A los 1800 reporteros ciudadanos que forman parte de esta red de denuncias, solo los invito a continuar nuestro trabajo. Ninguna amenaza detendrá nuestro derecho ciudadano de expresarnos libremente”.
Agradeció además del apoyo de las personas que escribieron en contra de este tipo de acciones que atentan contra la libertad de expresión y vulnera el derecho de informar que todo periodista debe tener garantizado.
Este alerta a la libertad de expresión representa un hecho que vulnera la sede de un medio de comunicación con fines intimidatorios.
El artículo 57 y 58 de la República Bolivariana de Venezuela establecen que toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos y opiniones a viva voz, por escrito o mediante cualquier medio de expresión sin que pueda establecerse censura.
Las declaraciones agraviantes con fines intimidatorios, así como las presiones directas o indirectas, que pretenden silenciar la labor de los comunicadores sociales violan los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión, de acuerdo con los principios 9 de la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la Organización de Estados Americanos.
