viernes , marzo 29 2024

Corresponsal de Globovisión renunció a televisora privada por razones informativas

Luz Dary DePablos

Justo en estos días en los que la violencia se ha adueñado de las
calles y en medio de tantas injusticias, decidí escribir estas líneas
para compartir con ustedes lo que hasta ahora, solo había comentado a
mi familia y a algunos colegas cercanos, sobre lo que presencie los
últimos meses como corresponsal de Globovisión del estado Táchira,
donde al igual que la mayoría de los colegas, aposté a seguir para “no
ceder espacios”.

No lo hice público en el momento que renuncié (18 de octubre de 2013),
pese a que muchos colegas que seguían allá dentro me insistieron que
lo hiciera. Pero hoy casi seis meses después, siguen sobrando los
motivos por eso comparto con ustedes las siguientes líneas.

Solo les mencionaré la censura que recibí los últimos días que estuve
en la corresponsalía de Táchira, por parte de algunos COLEGAS, que por
cierto ya fueron despedidos, de nada les sirvió tanta cercanía con los
nuevos directivos e insistir en que lo “correcto”,  era hacer  un
periodismo casi institucional, porque para ellos solo era más noticia
lo que informaban las fuentes oficiales y en algunos casos lo que publicaba
Noticias24 (para nadie es un secreto, el periodismo que se hace en ese
Portal). Además de muchas injusticias que me duelen como a miles de
venezolanos.

Después de estar casi dos años en la corresponsalía de Globovisión en
Táchira, donde pude poner en práctica parte de lo que aprendí en la
Universidad de Los Andes, y donde tuve la oportunidad de tener como
jefes y coordinadores a profesionales apegados al verdadero
periodismo, quienes me permitieron ejercer mi trabajo sin ningún tipo
de censura, lamentablemente ese libre ejercicio cambió con la llegada
de los “nuevos
jefes”.

Al ser anunciada, “por sorpresa” a través de las redes sociales la
venta del canal, todo cambió. La incertidumbre y las dudas formaron
parte del día a día de quienes seguíamos allí (aunque yo estuviera en
el interior del país, sin vivir de cerca la tensión que reinaba allí
dentro).

Fueron días duros cuando se acercaba la emisión de cada noticiero,
pues al parecer con los nuevos cambios, en algunos casos había
que darle explicaciones a la fuente oficial,
cada vez que algún venezolano dijera algo que les incomodara.
Sin embargo, se pintaba un panorama positivo para los trabajadores de
esta planta, en cuanto a mejoras en el contrato colectivo.
En efecto, el primer gancho para evitar una renuncia masiva,
fue los incrementos seguidos en casi un 50 %  del sueldo y nuevos
bonos para todos los trabajadores, lo cual resultó muy atractivo, pese
a que era lo más justo en medio de tanta inflación.

El 27 de junio de 2013 (Día del Periodista) En un compartir privado
entre corresponsales  y los nuevos directivos de la planta, se anunció
(en medio de un brindis y exquisiteces) que los camarógrafos de
Aragua, Zulia y Bolívar, pasarían a formar parte de la nómina del
canal, como recompensa a la labor que habían desempeñado por muchos
años y con el fin de adecuarse a la “nueva Ley del Trabajo”.

Mi equipo hasta ese momento (Eduardo Macía y Jesús Velasco,
camarógrafos fijos y los más antiguos del canal), también celebraron
ese gran “logro”,  pues sus compañeros supuestamente en los
próximos meses formarían parte de la nómina del canal, sin embargo,
hoy lamento los despedidos de los camarógrafos de Zulia. Mi
solidaridad con ellos por su excelente trabajo.

El 29 de julio de 2013, lo recordaré siempre. Ese día me encontraba en
el canal. Fue el día que Diosdado Cabello después de muchos años,
visitó las instalaciones de la planta y participó como el primer
invitado al programa “Vladimir a la 1”.

Recuerdo que en los pasillos habían muchos guardaespaldas. La mayoría
de los trabajadores hablaba en voz baja y murmuraba que hasta
“maquilladores privados” se había llevado (Cabello) al estudio. Al
terminar la grabación del programa, los nuevos dueños y directivos salieron a la
puerta principal a despedirlo, sus rostros amigables brillaban como si
se tratara del Papa, mientras otras colegas le preguntaban sobre el
caso de Richard Mardo.

Esa escena me quedó grabada y la recordé todo
el día, mientras veía como la pantalla de Globovisión comenzaba a
cambiar. Desde ese mismo día, fueron muy evidentes los cambios. El noticiero
estelar mostró el nuevo logo, nueva musicalización en el noticiero,
para borrar  de la memoria de la audiencia ese sonido que identificaba
al noticiero que miles de venezolanos ya familiarizaban.
Siguieron los cambios….

Hasta ese momento, los periodistas de Globovisión éramos rechazados e
incluso atacados por seguidores del sector oficial. Con los nuevos
cambios de la editorial, los descalificativos y rechazos, también
comenzaron del sector oposición. Fueron días duros. No fue fácil.
Pasé malos ratos cada vez que mostraba el cubo de Globovisión.
Sin embargo, seguía teniendo la misma coordinadora (Gaudy Contreras),
quien estuvo firme hasta el final. Siempre defendió el verdadero
periodismo. Le tocó un trabajo duro. Muchos colegas del país nunca se
enteraron de su difícil labor en ese periodo, pues debía ser la
intermediaria entre los “nuevos jefes” y los corresponsales, para
ordenar cambios que evidentemente rechazamos. Se insistía mucho en la
“contraparte”, lo que sirvió de excusa para empezar a censurar notas o
evitar cubrir ciertas pautas por no tener la voz oficial.

Hubo un evento en el que los corresponsales rechazamos una petición
que se hizo vía correo electrónico. Esa negación causó molestias a la
directora Mayela León, quien ordenó que cada corresponsal debía hacer
un casting para el mismo cargo que ejercíamos. Algo así como: has un
casting para la persona que te va a “sustituir”…

Fui la primera corresponsal en renunciar a Globovisión

No fue por casualidad, que las fuertes protestas registradas las últimas
semanas en el país hayan iniciado en mi estado, donde la inseguridad,
la escasez, la inflación y el contrabando son el pan de cada día ,
pues lamentablemente  a los nuevos jefes les incomodaba que mi trabajo
hablara de estos temas.

Mi última nota de protesta sin censura (16 agosto de 2013) la hice
sobre unos  turistas que tenían varios días sin surtir combustible a sus
vehículos aquí en Táchira, fue publicada en el último programa de Aló
Ciudadano con Leopoldo Castillo.  En los días siguientes, nos
prohibieron cubrir protestas o denuncias, sin la contraparte. Para
nadie es un secreto que muchas veces cuesta acceder a una fuente
oficial y por tanto, se alimenta la autocensura.

Gaudy Contreras, quien era mi jefa inmediata, era quien jerarquizaba
la información de los noticieros, sin embargo, su manera de hacer
periodismo “incomodó” a los nuevos dueños y también fue despedida.

Recuerdo que uno de los “nuevos” coordinadores, (nunca lo conocí
personalmente) me llamó una noche, con un tono muy caballero y
amigable, para decirme que quería un cambio “positivo” en mi trabajo.

Me pidió que empezáramos mostrando “los hospitales o puentes, que el
gobierno estaba construyendo en Táchira”. La verdad, ese comentario me
dejó fuera de lugar, por un momento pensé, que su propuesta era una
broma (precisamente unos días atrás, un ingeniero especialista en
puentes, había advertido que el puente Libertador que une a los
municipios San Cristóbal y Cárdenas, nuevamente presentaba fallas y los representantes del gobierno en lugar de actuar inmediatamente, se apresuraron a decir que se trataba de un ataque  de la derecha. Finalmente tuvieron que hacer el
mantenimiento).

Era absurdo, que me pidiera ese tipo de pautas,
recuerdo que me insistió en hacer trabajos especiales sobre lo que
hacía el gobierno en Táchira.

En los días siguientes mi trabajo comenzó a ser cuestionado porque
hacía referencia a denuncias en contra del gobierno, fueron
complicados esos días, cada vez que me sentaba a procesar el material,
tenía que decorar las notas para que fuesen publicadas. Sentía que mi
trabajo ya no era el mismo.
La última nota que cubrí que nunca fue publicada en ningún noticiero
del canal (solo en la web), fue el tercer hurto en menos de seis días
(17 octubre de 2013), que sujetos desconocidos hicieron en el Centro
Inicial Angelitos Play School de San Cristóbal. La directora de ese
plantel denunció que el hurto había sido por falta de seguridad,
resaltó que anteriormente había un punto policial cerca del prescolar,
el cual fue retirado por las autoridades, desde momento comenzaron los
robos y atracos en ese sector. La denuncia de esta profesora
“comprometía a las autoridades”, por esa razón la nota no fue
publicada.
Al día siguiente presenté mi renuncia, porque siendo reportera de
calle ya sentía que me estaba convirtiendo en una periodista
institucional con el cubo de un medio de comunicación, que cada vez
muestra su cercanía al gobierno nacional.

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