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Presuntos funcionarios de seguridad del Estado irrumpieron en casa de reportero

Los sujetos que vestían uniforme militar amenazaron de muerte a sus familiares y mataron a sus dos perros

El 13 de marzo del 2015, Carlos Sulbarán, periodista que cumplió labores para el impreso regional, Versión Final, fue víctima de una agresión perpetrada por presuntos funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), cuerpo de seguridad del Estado, quienes irrumpieron en su residencia, amedrentaron a su familia y dieron muerte a sus mascotas.

El hecho se registró aproximadamente a las 3 de la madrugada del viernes pasado. “Escuchamos un estallido lejano, pensamos que eran un trueno”, relató Sulbarán a IPYS Venezuela. Una segunda detonación alertó a la familia de Sulbarán, que subió a la segunda planta de la casa para verificar. Poco después, volvieron a la cama. “Cuando me acosté, comencé a leer en Twitter y fue cuando escuchamos el tercer estallido, muy cerca”, indicó.

La hermana del reportero corrió a la sala y gritó: “Carlos, unos hombres están entrando a la casa”.  Carlos Sulbarán indicó que su hermana, con su hija de ocho años en brazos, salió a ver qué sucedía y  aquellos aparentes funcionarios le ordenaron que no se moviera, que la iban a matar. Ella igual corrió. Se escondió junto al resto de la familia en un baño de la casa.

Sulbarán explicó que la calle principal en la que se encontraba su casa, había sido militarizada por completo y que sus vecinos, le comentaron posteriormente que había hombres incluso en el techo de la propiedad.

“Habían entre 15 y 20 hombres armados en mi casa. Vestían con uniforme militar y estaban encapuchados”, explicó Sulbarán. Aquellos hombres no estaban identificados, no mostraron una orden de allanamiento, entraron a la casa disparando a mansalva. El reportero explicó que los sujetos llegaron al baño y les gritaron que si no salían, los iban a acribillar, por lo que él salió con las manos en alto y lo tiraron al piso, con un fusil en la cabeza, dispuestos a dispararle.

“Mi sobrina de ocho años salió corriendo para que no me dispararan, la agarraron y la tiraron al suelo también”, indicó el comunicador. Aseguró que cuando los hombres se dieron cuenta de que se trataba de una niña, sacaron a su hermana y a su madre, de 60 años de edad y las arrodillaron junto a él.

Los presuntos funcionarios preguntaba sin cesar: ¿Dónde están los demás? ¿De quién es esta casa? ¿Viven más personas aquí? ¿Dónde están todos? Pero en la casa de Carlos Sulbarán, ubicada al final de la calle 78, a unas cuadras de la avenida el Milagro, no vive nadie más que cuatro personas, su familia.

Entonces, les preguntaron por qué cuatro personas vivían en una casa de dos pisos, tan grande, siendo ellos tan pobres, pues el reportero, por considerar su sueldo como trabajador de la prensa, muy bajo, se convirtió en taxista y su hermana, tan solo vendía inciensos en la calle.

Aquel operativo duró aproximadamente 45 minutos, 15 de los cuales,  pasó la familia acostada en el suelo en completo silencio. “Mi mamá estaba muy angustiada y pensé que iba a darle un infarto por lo que salí corriendo a la cocina para buscarle agua. En la sala me detuvieron y me tiraron al piso. Ahí vi a mis dos perros rottweiler, acribillados”, explicó el taxista.

Los cuerpos de los dos animales fueron trasladados en bolsas desde la casa, a unas camionetas y convoys con la rotulación de la Guardia Nacional Bolivariana, luego le dispararon a un botellón de agua filtrada, regaron el agua, barrieron la sangre y tiraron pintura en el piso para borrar la evidencia. Los hombres se fueron.

“Estoy totalmente seguro de que ellos se dieron cuenta que cometieron un error”, confesó Sulbarán. No descarta ningún motivo. No sabe si el operativo es por su pasado como periodista en el diario Versión Final, en el que cumplió funciones informativas en la fuente Política, o si por el contrario, guarda relación con el allanamiento que hubo el lunes 9 de marzo de 2015, en un galpón al frente de su casa.

El reportero hizo la denuncia pertinente ante el Ministerio Público. No ha tenido respuesta alguna. Solicitó una medida de protección para él y su familia pero se la negaron porque no ha habido una reincidencia. Nosotros nos sentimos desprotegidos, no sabemos si volverán, si se querrán vengar de nosotros, si están molestos porque nos estamos atreviendo a denunciar. Nuestra única protección eran mis perros, pero me los mataron”.

Por este hecho, Leonardo Pérez Álvarez, secretario general del Colegio Nacional de Periodistas, Seccional Zulia, solicitó al general Manuel Graterol, jefe del Comando Regional 3 (CORE 3) de la Guardia Nacional Bolivariana en la entidad, que aclare públicamente los hechos irregulares que involucraron a Sulbarán y su familia.

IPYS Venezuela hará seguimiento a este caso.

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