Sección 2                                                                                                                                     bb   a

Sin armas contra las bacterias

Los pacientes del Servicio de Nefrología del Hospital José Manuel de los Ríos fallecieron entre el pasado 3 y 23 de mayo tras contraer bacterias como la klebsiella, el estafilococo y la pseudomona durante un período en que la máquina de hemodiálisis carecía del mantenimiento establecido. En total un grupo de 15 menores de edad resultaron contaminados antes de que se registraran los decesos. El 25 de mayo Judith Bront, mamá de Samuel de 12 años de edad y quien falleció el 11 de mayo, denunció a los medios de comunicación que en el centro de salud no tenían garantizado el suministro permanente de antibióticos como meropenem, vancomicina y colistina para combatir la infección que tenían sus hijos: “Esta intermitencia en el suministro hace que las bacterias sean mucho más resistentes y agresivas. Nos tocó tener que suspender el tratamiento y además rotar las medicinas dependiendo de cuál se conseguía. Eso influyó en su efectividad”.  Bront afirma que en medio de la crisis llegó un lote de medicamentos vencidos para los niños del hospital. “Nos dijeron que eran seguros, pero igual nos hicieron firmar una autorización para dárselos a nuestros hijos”.

El episodio refleja el alcance de la situación de escasez de fármacos para combatir patologías causadas por las bacterias. Un llamado de atención al respecto lo hizo el pasado 16 de junio la Sociedad Venezolana de Infectología a través de un comunicado público. Un párrafo daba en el centro de la escasez de antibióticos: “No se disponen ni en los establecimientos públicos ni privados de las presentaciones endovenosas de antibióticos de amplio espectro de importancia vital para tratar a enfermos con enfermedades infecciosas graves en áreas de hospitalización y en las unidades de terapia intensiva. Esta grave escasez imposibilita el tratamiento adecuado de infecciones bacterianas y micóticas con los antimicrobianos de primera elección en pautas nacionales e internacionales lo que en definitiva compromete la satisfactoria evolución de nuestros pacientes y es causa de muertes. Un aparte merecen las infecciones virales graves por virus del Herpes para la cual no hay tratamiento disponible en el país (Aciclovir y ganciclovir), donde entran pacientes con encefalitis por herpes y con complicaciones por varicela por ejemplo”.  

Las secuelas se observan entre los más vulnerables. Una denuncia de anteayer de médicos de Monagas presentó una cifra difícil de olvidar: se calcula que 21 niños perecieron por falta de antibióticos a lo largo de 2017 en el Hospital Manuel Núñez Tovar de Maturín. La mayoría eran indígenas que procedían de Delta Amacuro con complicaciones de salud.

  • Familias recurren a las redes sociales para buscar medicamentos en presentación pediátrica
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Fuera de los ambientes hospitalarios, la situación no es mejor. Las redes de farmacias y los establecimientos independientes reportan estrecheces e intermitencias con la provisión de antibióticos de las listas de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud y del gobierno venezolano más allá de los derivados de la penicilina, considerados la primera opción para  tratamientos pediátricos ambulatorios. “Lo poco que nos llega se va porque hay demasiada demanda”, dice Cristina González, encargada de la Farmacia Virgen del Rosario en el municipio Turén de Portuguesa, cuando se le preguntó por antibióticos para tratar infecciones gastrointestinales y respiratorias como metronidazol, cefazolina y ceftriazona. El mismo día en Coro, Falcón, un recorrido por tres farmacias permitió constatar la misma situación: no había ninguno de estos medicamentos en ninguna presentación. La gerente de uno de los establecimientos indicó que la última vez que recibieron metrodinazol para niños fue en febrero de este año y que las otras dos medicinas no han llegado en presentación pediátrica desde que entró a trabajar en la farmacia hace dos años.  Un caso lo vivieron Mariangel Caraballo y su esposo Keny Maldonado, quienes en 2016 no consiguieron azitromicina para tratar una infección respiratoria en su hijo de cuatro años. “Tuvimos que comprarlo en tabletas para convertirlo en suspensión”, recuerda Caraballo. “Lo adquirimos a una empresa que lo traía de afuera y fue muy caro”. La angustia la recuerdan justo cuando intentan completar el esquema de vacunación de su hija de seis meses, cuya segunda dosis de rotavirus la perdió debido a la marcada ausencia de los productos biológicos.

La falta general de medicinas ha hecho que el gobierno sea acusado de impedir la atención de la salud de los venezolanos. Organizaciones de derechos humanos y la Asamblea Nacional opositora han reclamado ayuda humanitaria para Venezuela. Los canales para concretarla, sin embargo, no han sido activados. El presidente Nicolás Maduro dijo en marzo pasado que había requerido colaboración de Naciones Unidas como una forma de responder a los reclamos colectivos. “Le he pedido ayuda para regularizar todo el tema de los medicamentos.  Tiene los planes más avanzados y completos en el mundo para recuperar la capacidad productiva de la industria farmacéutica y orientarla hacia los medicamentos del pueblo para fortalecer el sistema de salud Barrio Adentro”. La semana pasada, sin embargo, Peter Grohmann, representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Venezuela, confirmó a activistas de derechos humanos que el gobierno venezolano no ha activado aún ningún mecanismo extra de cooperación, luego de la reunión que tuvo Maduro con la subsecretaria general de la ONU tres meses antes. En esa oportunidad, al gobernante se le expusieron diferentes alternativas como las de los fondos Rotatorio, Estratégico, Mundial, de Población y el de la Infancia, según una reseña de El Nacional sobre el encuentro.

Las organizaciones que defienden derechos humanos en Venezuela desde 2015 han realizado campañas y gestiones para que se obtengan fármacos a través de esos instrumentos internacionales. También recurrieron, pero sin éxito, a otras vías directas para buscar medicamentos. Un ejemplo de ello fue el de Cáritas, institución dependiente de la Iglesia Católica, que tramitó una donación de 75.000 unidades procedente de Chile y la cual no pudo ingresar al país. El 22 de noviembre de 2016, las autoridades tributarias declararon el lote en “abandono legal”, argumentando que la mercancía no cumplía con los requisitos para su nacionalización. Fue se la adjudicaron al IVSS.

El 10 de diciembre la canciller Delcy Rodríguez anunció que que el gobierno ampliarían la cooperación que ya existe con la Organización Panamericana de la Salud para la adquisición de medicamentos y que podría contar con una eventual ayuda de Cáritas. Sin embargo Janeth Márquez, directora de la ONG, señaló semanas después que no se había concretado ninguna reunión con el gobierno para encargarse de canalizar una ayuda humanitaria a través de la OPS.

Partidos de oposición como Voluntad Popular -liderado por el dirigente Leopoldo López, preso en la cárcel militar de Ramo Verde desde 2014- también hicieron campañas de recolección de medicinas. La de esa organización fue bautizada como “Rescate Venezuela”. Por la recepción de  40 cajas de insumos médicos de esa procedencia el médico Gonzalo Müller y José Luis Spitia, jefe del sindicato del Hospital José Gregorio Hernández de Los Magallanes de Catia, resultaron detenidos en 30 de noviembre de 2016.


Médicos y pacientes protestaron el 22 de mayo de 2017 en Caracas bajo la consigna “por la salud y la vida”

La campaña por la apertura del canal humanitario tuvo uno de sus momentos más dramáticos en marzo de 2016 cuando se viralizó la foto de Oliver Sánchez, niño que padecía linfoma de Hodgkin y sostenía una pancarta que decía “quiero curarme”. La imagen dio la vuelta el mundo como un emblema de la crisis humanitaria en Venezuela. Dos meses después, en mayo de 2016, su muerte fue otro motivo para que diversas organizaciones presionaran por la búsqueda de auxilio. Oliver murió por una infección de orina y una respiratoria que lo llevó al coma en el Hospital Dr. Elías Toro, en Catia, dependiente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales.

La escasez de medicamentos ha adquirido tal tenor que se han multiplicado las iniciativas independientes para el seguimiento de medicinas. Médicos se organizaron para efectuar, por ejemplo, la Encuesta Nacional de Hospitales que incluye un reporte referido de la disponibilidad de medicamentos para tratar a los pacientes en instituciones públicas de salud. El Centro Comunitario de Aprendizaje, Cecodap, una prestigiosa ONG que defiende derechos de niños y adolescentes, invitó a padres y representantes a completar un formato en línea para construir una base de datos sobre afectados por no conseguir fármacos. Algunos médicos como el infectólogo, Julio Castro, han recurrido a “algoritmos paralelos” de Google, Twitter y otras redes sociales, para estimar cifras tanto de escasez de medicamentos como casos probables de enfermedades, como ocurrió en 2015 y 2016 con el zika. Los ciudadanos además se han organizado en círculos y grupos de redes sociales para tener fórmulas permanentes para rastrear medicamentos, así como promover la figura de la donación y del trueque. Hasta se han creado aplicaciones móviles para la búsqueda de medicinas: un fenómeno de la era digital en una Venezuela donde falta los productos esenciales.

Comentarios:

  1. Excelente articulo, como presidente del çolegio de farmacéutico del estado yaracuy, afirmó que en mi estado igual se vive esta triste realidad.
    Lo peor es que esos días o semanas en las que su estudio demuestra la presencia de antibióticos en esta cadenas de farmacia muy probablemente no era así en el resto de las casi 5000 farmacias que existen en el país que se encuentran en sitios equidistantes de las ciudades y atienden a los caseríos y poblaciones menos desasistidas y que ante esta situación donde el gobierno exige para ellos la mayoría de lo producido y estas cadenas privilegiadas por el pulmón económico pueden adquirir de manera directa la mayor cantidad de los mismos, sin la necesidad de distribuidores llamados en el país droguerias, dejan para estas últimas mencionadas tan poca cantidad para distribuir que se les hacen imposible poder abastecer toda la demanda, lo que ha traído como consecuencia que en estas pequeñas farmacias que si dependen de un distribuidor intermediario se queden sin productos y no pueden satisfacer las necesidades de los pacientes en sus comunidades y en el peor de los casos se han visto obligados a cerrar sus puertas……esto al final terminará con un mercado farmacéutico monopolizado en el país en perjuicio de los pequeños empresarios de pequeñas farmacias privadas y sobre todo perjudicando a las pequeñas comunidades que no podrán contar çon el servicio farmacéutico que siempre había estado alli para satisfacer sus necesidades.
    Retomando el tema en materia de antibióticos les puedo decir que me han manifestado varias madres que los frascos de amoxicilina o azitromicina entregados en los CDI no han hecho el efecto terapéutico deseado y han tenido que recurrir nuevamente al pediatra por reaparición de los síntomas, lamentablemente por miedo las personas impiden que recolectemos sus datos para tener evidencia ni tampoco nos traen el frasco cuyo contenido no funcionó para hacer seguimiento de su procedencia y su denuncia concreta o para tomar el numero de lote y el laboratorio que lo producen varios afirman en decir solamente que son cubanos….esto queda sólo en un comentario que sabemos que pasa, pero que no podemos denunciar por falta de evidencia.
    Con respecto al tema de resistencia bacteriana lastimosamente en más de una década atrás los trabajos de grado en ese tema se basaban en el uso abusivo de los antibióticos ya que eran automedicados y utilizados para patologías como gripes y resfriados para los cuales no están indicados y en segundo grado la suspensión de los mismos antes de tiempo por creerse el paciente ya curado. Ahora este uso indiscriminado en nuestro país por la desgarradora cifra de fallas de los mismos ha volcado la aparición de cepas bacterianas no por mucho uso por la inexistencia en su uso, tanto por no conseguirlo o no poder adquirirlo por sus valor, haciendo que patologías sencillas se transformen en complicadas y los pacientes terminan en la red hospitalaria en las que están propensos de contaminarse por las condiciones de contaminación provocadas por las infecciones nosocomiales que tanta complicaciones generan al paciente hospitalizado. Otra segunda causa de aparición de infecciones con resistencia bacteriana viene dada por que nuestras madres de pacientes pueden conseguir en casa un resto de antibiótico o un resto que es obsequiado por algún vecino o simplemente sólo consiguió un frasco y el resto necesario para culminar el tratamiento no lo consigue o en el peor de los casos no lo puede adquirir por lo costoso, quedando esa bacterias vivas en el cuerpo y aprendiendo como competir con ese antibiótico qué como se dejó de administrar las dejo de matar y las que se multipliquen ya sabrán como defenderse de ese antibiótico y por tanto ya ese antibiótico perderá la efectividad.
    Toda esta situación alarmante de fallas no sólo en antibióticos sino también los necesarios para cubrir las principales morbilidades del país me ha llevado a hacer desde muchos años atrás a denunciar ante los medios de esta situación y como sola no pude lograr nada desde el mes de abril en conjunto con otros profesionales hemos hecho denuncias como coalición intergremial en la Defensoría del pueblo y además me convertí este mes en la coordinadora en el municipio San felipe de defensores activos de los derechos humanos porque en materia de salud integral todos están siendo violados y necesitamos que el gobierno entienda y acepte la necesidad de apertura el canal humanitario en alimentos y medicinas que tanto necesita nuestra población.
    Siento que manifestando lo que se y lo que opino es una manera de aportar mi granito de arena en pro a la Venezuela sana, libre y democrática que una vez tuvimos y que todos debemos empeñarnos a rescatar.
    Por amor a Venezuela, en los que les pueda apoyar desde este estado cuenten conmigo.

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