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Dos médicas alzaron pancartas en contra de la opacidad en las estadísticas de muertes de neonatos

La mortalidad               vence al Estado

Darwin Colina aún no tiene claro cómo ni por qué su hijo murió a los tres días de nacer, en el Hospital Universitario Antonio Patricio Alcalá de Cumaná, estado Sucre, en el oriente de Venezuela. El acta de defunción –fechada a las 6:40 de la tarde del 21 de septiembre de 2016– indica que pereció a causa de una infección. El suyo, sin embargo, no fue el único bebé que falleció ese día. “Así como se murió el mío, se murieron diez más”, recuerda aún perplejo y desconfiado porque no le resultaron suficientes las explicaciones que le dieron sobre los fallecimientos. A su hijo incluso lo cremaron sin consultarle antes, lo que le ocasionó un dolor profundo a él y a su familia. En los ocho meses precedentes, otros familiares de recién nacidos que también murieron en ese centro, exigieron respuestas precisas a través de medios de comunicación ante una cadena no explicada de muertes. Igualmente participaron en protestas callejeras por la misma razón. El hijo de Colina pasó, con su fallecimiento, a engrosar una estadística en la que ningún padre ni en Venezuela ni en el mundo quiere ver a sus pequeños: el de las tasas de mortalidad infantil.

Existe una organización internacional dedicada al monitoreo del fenómeno. Se le denomina el Grupo Interinstitucional para la Estimación de la Mortalidad Infantil y fue constituido en 2004 con personal de la Organización de Naciones Unidas y del Banco Mundial. Según los datos de esa instancia, Venezuela no logró cumplir los Objetivos del Milenio en 2015. Debía reducir para ese año las tasas de muertes de menores de cinco años y de menores de un año por cada mil nacidos vivos: la primera debía llegar a 10 y quedó en 14,9 y la segunda debía alcanzar 8,6 y quedó en 12,3.

La edición del Anuario de Mortalidad del Ministerio de Salud de 2012 contenía una afirmación que reflejaba los desafíos pendientes de resolución para revertir el problema: “53 por ciento de las muertes ocurren durante la primera semana de vida y 74 por ciento antes de cumplir los 28 días, lo cual significa que aún hay debilidades en el componente de atención prenatal y del parto, así como del cuidado del recién nacido”. Las tasas de muertes ocurridas antes del primer mes de vida son consideradas altas y también son seguidas por instituciones internacionales como Unicef.

 

Tasas de mortalidad antes de los 28 días de vida en América Latina según Unicef. Escoja el país con el que desee comparar a Venezuela

 

Gladys Zambrano, jefa de Epidemiología de la Maternidad Concepción Palacios de Caracas, la más grande de Venezuela, dijo que el año pasado hubo un aumento de 27 por ciento de la mortalidad entre los menores de un año nacidos en la institución: “71 por ciento del total de esos bebés falleció antes de los siete días”. Para ella las principales causas de los decesos están asociadas a la existencia de una mayor cantidad de niños prematuros, a la falta de controles prenatales de las embarazadas y a su mala alimentación. Las madres cada vez están más perjudicadas por la crisis económica nacional.

María José Castro, coordinadora técnica de Protocolos de Atención Neonatal de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, lamenta que persista una incidencia alta de muertes infantiles en el país a pesar de las posibilidades de la medicina actual: “Con las intervenciones disponibles se podrían prevenir dos tercios o más de esas defunciones”. Esa fue precisamente una de las razones por las cuales fue creada la Misión Niño Jesús en 2009 y por la cual el gobierno decidió reforzar con equipos importados de atención neonatal las instalaciones públicas de salud. En su primer discurso como presidente electo, Hugo Chávez denunció la mortalidad infantil de Venezuela como una de las mayores del continente y se comprometió a luchar contra ella, pero los progresos que hubo en su gobierno y en el de su sucesor, Nicolás Maduro, no fueron suficientes para alcanzar estándares globales y las señales de alerta sobre un nuevo despegue del problema se encuentran activadas mientras especialistas piden mayor inversión de recursos.

Las denuncias sobre repuntes de muertes de neonatos se han disparado en los últimos dos años. Un patrón las ha caracterizado: la existencia de picos de fallecimientos, con números inusualmente altos, en pocos días en un mismo centro de salud. Casos como esos han sido ventilados en estados como Zulia, Lara, Aragua, Carabobo, Portuguesa, Monagas, Anzoátegui, Sucre, Nueva Esparta e incluso Caracas. Una de las informaciones más recientes al respecto provino de Trujillo donde periodistas regionales supieron acerca de 33 fallecimientos de recién nacidos de hasta siete días ocurridos en el Hospital Central de Valera entre el 15 de marzo y el 4 de abril pasados. A comienzos de mayo, Yovanni Vielma, secretario general del sindicato único de la salud de Trujillo, denunció la muerte de 65 bebés en lo que va de año en ese hospital.

Los padres han sido las voces detrás de cada reclamo y a ellos comúnmente se les ha explicado que los fallecimientos están relacionados con infecciones o bacterias que han surgido bien por la falta de asepsia en áreas neonatales o con la carencia de dispositivos para aislar a los bebés de contaminación. La necesidad de mayor transparencia sobre cifras que reflejen el alcance presente del problema fue subrayada el pasado 26 de marzo por las médicas Vitalia Rincón y Olimpia Quijada, quienes en un intento de llamar la atención de la opinión pública alzaron pancartas en Mérida con cifras de bebés que no cumplieron su primer mes de vida. Los datos fueron recolectados el año anterior por colegas de hospitales de todo el país y referían 590 bebés aragueños, 585 carabobeños, 444 anzoatiguenses, 366 apureños, 355 tachirenses, 293 yaracuyanos, 290 larenses, 216 merideños, 211 caraqueños, 204 bolivarenses y 193 falconianos. Calcularon, en suma, más de 2.000 bebés muertos sin cumplir cuatro semanas en Venezuela durante 2016.

El Ministerio Público, ante la insistencia de las denuncias, ha hecho anuncios formales sobre apertura de investigaciones relacionadas con muertes de neonatos en instituciones como el Hospital Central de Maracay de Aragua y la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera de Carabobo. Los afectados del Hospital Universitario Antonio Patricio Alcalá de Sucre también llevaron el caso ante la institución luego de una manifestación que realizaron frente a la gobernación del estado el 8 de abril cuando se celebraba el Día Mundial de la Salud. Allí desplegaron pancartas, gritaron, lloraron e interrumpieron un acto oficial. Luis Acuña, el gobernador del estado, les respondió con una declaración breve: “Están en todo su derecho de protestar porque sus hijos fallecieron”.

Monitoreo difuso
A pesar del repunte de denuncias, los datos oficiales sobre cuál fue la tasa de mortalidad infantil en el país el año pasado no están al alcance de quien quiera corroborarlos. Los boletines epidemiológicos que están en la página web del Ministerio de Salud fueron actualizados hasta julio de 2015 y ellos muestran cifras absolutas y no tasas que permitan comparar la situación venezolana con la de otros países. Los organismos internacionales tampoco poseen las estadísticas de 2016 correspondientes a Venezuela. El dato, por ejemplo, no está en la serie estadística del Grupo Interinstitucional para la Estimación de la Mortalidad Infantil.

José Félix Oletta, Rafael Orihuela, Pablo Pulido y Carlos Walter, cuatro exministros de salud venezolanos, están entre los que se han atrevido a presentar datos sobre la situación vivida el año pasado en Venezuela. Los ex funcionarios enviaron una carta ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en junio de 2016 para denunciar la opacidad de las estadísticas oficiales y para presentar cifras que, según razonaban, eran un reflejo de graves retrocesos. Basándose en boletines epidemiológicos oficiales y en informes filtrados de la institución, calcularon una mortalidad infantil de 15,23 en 2013, de 14,72 en 2014, de 14,79 en 2015 y de 18,61 para el primer semestre del año pasado, lo que supuso un salto. La carta enviada por los ex ministros al organismo interamericano fue una respuesta a una presentación que ante esa instancia hizo ese mismo mes Luisana Melo, entonces ministra de Salud, y en la cual destacó como un logro la reducción de la mortalidad infantil que ocurrió durante los años de gobierno del chavismo y que hoy parece retroceder.

Ex ministros de Salud denunciaron el incumplimiento del Objetivo del Milenio

Las tasas de mortalidad infantil en 2016 se conocieron a través de un documento filtrado

4 thoughts on “

  1. Excelente entrega, seguiré pendiente de las otras. saludos cordiales. Huníades Urbina-Medina

  2. Muy buen material revisión detallada y minuciosa, forma parte del diagnóstico de salud y del acervo histórico de nuestro sistema sanitario y las políticas de salud con sus programas y servicios.

    Felicitaciones al equipo!!!!!!
    Alejandro Rísquez

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