Tras 105 años de historia, en julio de 2014 uno de los decanos de la prensa nacional pasó de las manos de su familia fundadora a las de unos compradores que se ocultan tras varias empresas de fachada. Desde entonces, el diario ‘El Universal’ se viene empeñando en desarrollar una cobertura sin aristas, complaciente con el poder y distraída con la disidencia, que sin rubor sus nuevas autoridades llaman “periodismo plano”

Una aplanadora pasó
sobre ‘El Universal’

El nuevo presidente de El Universal representa a Venezolana Tucan Petroleum Services, contratista del Estado.

El nuevo presidente de El Universal representa a Venezolana Tucan Petroleum Services, contratista del Estado.

Epalisticia

Firma de inversión residenciada en Madrid, España, fundada el 24 de julio de 2013. Abarca negocios vinculados a las industrias de petróleo y energías renovables, medios de comunicación y bienes raíces. "Nuestro objetivo es ser la primera firma de capital riesgo centrada en Latinoamérica en términos de la importancia de las inversiones y de la generación de retornos más elevados", apunta la página web de la compañía. Su presidente es Eduardo López de la Osa, quien es especialista en capital de riesgo. La firma Tecnobreaks INC es "socio único" y propietaria de Epalisticia, declaró el consejero delegado de la firma española, José Luis Basanta. Tecnobreaks INC compró en mayo de 2014 la totalidad de las acciones de Epalisticia a Mediterranean Search SL, compañía española que estuvo vinculada a Banesco en 2008: fuentes de este banco afirmaron que el mayor bufete de abogados de España, Cuatre Casas, vendió la empresa Manoga Blem S. L. a Banesco, a través de Mediterranean. Desde julio de 2014 Epalisticia figura como propietaria de uno de los principales diarios de Venezuela: El Universal. Sin embargo, Basanta afirmó -en una entrevista del periodista Jesús Alberto Yajure publicada en el portal web Politikom- que Epalisticia no compró El Universal: un grupo de inversores adquirió el periódico a través de ésta para mantener el anonimato. "Lo cual no necesariamente constituye que sea ilegal, que sea opaco. Es muy frecuente", aseguró. La compañía española comparte sede con otras cinco firmas: Alter Capital, Eastern European Investment Network, Valestorian SL, Alania Oil SL, Invernet Invest Consulting SA. "Todas las empresas que comparten domicilio con Epalisticia tienen páginas web que están 'en construcción' o que fueron deshabilitadas esta misma semana", publicó Yajure.

Tecnobreaks Inc.

Eduardo López de la Osa

Empresa creada en Panamá creada en 2011 por Carlos Odín Velazco Cuello y su padre, Carlos Eduardo Velazco Mora, con un capital de 10 mil dólares, para la importación de repuestos de vehículos. Desde mayo de 2014 figura como la única propietaria oficial de la firma española Epalisticia, compradora desde julio del diario El Universal. Velazco Cuello denunció en septiembre el uso fraudulento de su nombre y su empresa para la compra del diario. Declaró ante los medios que en febrero de 2014 Eduardo Escribano López de la Osa y José Luis Otero Basanta -ambos de Epalisticia- fueron puestos en la presidencia y tesorería de Tecnobreaks, respectivamente, sin su consentimiento.

Presidente de la firma Epalisticia, compañía española inscrita en Madrid que inició operaciones el 24 de julio de 2013 y que en 2014 se hizo propietaria del diario El Universal de Venezuela. López de la Osa es especialista en banca. Fue estudiante del Ecole Supérieure de Commerce de Bordeaux-Ecole de Management y del IE Business School. Estuvo asociado con la española Mercapital, la estadounidense JP Morgan y Santander Private Banking Spa. Su perfil de Linkedin lo vincula con el Grupo CTO, empresa de formación académica en medicina, enfermería, abogacía y masters. López es el administrador único de la sociedad Centro de Investigaciones Ginecológicas. Su padre, Eduardo López de la Osa González, es un reconocido ginecólogo en Madrid.

Carlos Odin Velazco

Jesús Abreu Anselmi

Empresario venezolano residenciado en Panamá, fundador -junto a su padre Carlos Eduardo Velazco Mora- de la compañía panameña Tecnobreaks Inc. de importación de partes de vehículo, presuntamente propietaria desde julio de 2014 del diario El Universal. Ambos, oriundos de Cumaná (estado Sucre), también tienen una empresa llamada TecnoFrenos Cumaná. Otros accionistas son el abogado José Alejandro Quiodettis (1%) y Nelson Guevara Samudio (1%). Velazco Cuello denunció en una entrevista publicada por el portal Runrun.es que en febrero de 2014 Quiodettis elaboró un documento con el nombramiento, sin su consentimiento, de Eduardo Escribano López de la Osa como presidente de Tecnobreaks Inc., así como de José Luis Otero Basanta en la dirección y tesorería. Ambos aparecen como dueños de la firma española Epalisticia, que figura como compradora oficial del periódico. Velazco aseguró que introduciría una demanda contra el abogado y contra los socios españoles por el uso fraudulento de su empresa.

Jesús Abreu Anselmi es el presidente de uno de los principales diarios de circulación nacional, El Universal, desde que su venta se concretó a principios de julio de 2014. El grupo español Epalisticia es la nueva compañía propietaria, según una nota de ese periódico.

Es ingeniero civil egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) -inscrito en el Colegio de Ingenieros del estado Lara-, y hermano del fundador y director del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, José Antonio Abreu. Durante el gobierno del presidente Jaime Lusinchi (1984-1989) ejerció como viceministro de Transporte y fue titular encargado del Ministerio de Desarrollo Urbano. También fue contralor del estado Lara y senador independiente por el partido Acción Democrática. Se ha desempeñado como asesor gerencial de empresas privadas y públicas, de acuerdo con una nota publicada por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, que también señala que actualmente está vinculado a la directiva de la emisora radial FM Center.

Tiene un postgrado en Gerencia en Estados Unidos, según declaraciones del jefe de redacción de El Universal, Elides Rojas, a la prensa extranjera.  La trayectoria gerencial de Abreu Anselmi trasciende las fronteras venezolanas desde hace más de 20 años: es presidente de la compañía panameña Joyeuse Holdings Inc., creada en 1991. Comparte la dirección con Eduardo García Salom y Pedro Betancourt Zubillaga.

Además trabaja, en calidad de presidente de El Universal, para el grupo español Epalisticia, compañía inscrita en Madrid, que comenzó sus operaciones el 24 de julio de 2013. Su página web indica que su actividad abarca las áreas de petróleo y energías renovables, medios de comunicación y bienes raíces. “Epalisticia tiene compromisos de capital de más de 1000 millones de dólares, con inversiones fundamentalmente en capital riesgo y startups en Europa y Latinoamérica”, señala el portal digital.

El presidente del grupo español es Eduardo López De La Osa –también administrador único de la empresa Centro De Investigaciones Ginecológicas creada en abril de 2014-, el secretario es José Antonio de La Torre –con participación en otras cuatro compañías españolas- y José Luis Basanta se desempeña como representante y también cuenta con cargos en cuatro empresas más.

 

 

La opinión fue la primera víctima del cambio. Más de 30 columnistas fueron despedidos, entre ellos, Néstor Luis Álvarez, quien recibió en agosto un correo electrónico donde le informaron de una suspensión “temporal” de sus servicios. Enviaba sus artículos al diario desde hacía cuatro años y sus colaboraciones se regularizaron a partir de enero de 2014: Miguel Maita, encargado de la sección de Opinión del diario El Universal, le cedió un espacio fijo todos los jueves en sus páginas. El único requisito, cuenta Álvarez, era enviar sus escritos cada martes antes de la una de la tarde. Ninguna otra condición, hasta que las reglas del juego cambiaron con los nuevos dueños. La firma española Epalisticia adquirió, según la versión oficial, el diario El Universal en julio de ese mismo año y, al mes siguiente, Álvarez fue excluido –junto a otros columnistas como Luis Izquiel, Unai Amenábar, Eddie Ramírez, Orlando Ochoa, Axel Capriles, Miguel Ángel Santos, Adolfo Salgueiro, entre otros- del periódico.

Los primeros despidos apelaban a la decisión de un consejo consultivo del diario. Luego se dijo que la medida se enmarcaba en un proceso de “reestructuración”.

 

De: Miguel Maita <[email protected]>

Fecha: miércoles, 30 de julio de 2014

Asunto: MIGUEL MAITA EL UNIVERSAL

 

Buenas tardes y saludos, espero que se encuentre bien.

Lamento tener que informarle que debido a la reestructuración editorial que adelanta el diario El Universal se ha hecho una serie de ajustes y por esta razón ya no podremos darle curso de publicación a sus artículos temporalmente.

Mil gracias y un saludo,

Atentamente,

 

Miguel Maita.

 

Muchos de esos colaboradores, no obstante, denunciaron su salida del periódico como una forma de censura y difundieron el contenido de sus últimos artículos a través de sus cuentas personales de Twitter. El 5 de agosto El Universal publicó, a modo de respuesta, un editorial que hacía referencia a un código de ética “que proscribe las ofensas personales, el descrédito, las falsas informaciones, las mentiras, el irrespeto y los juicios morales”. El texto titulado “A nuestros lectores”, indicaba que los responsables de la nueva etapa de El Universal habían advertido la violación de esos preceptos por parte de algunos articulistas. Álvarez niega haber sido informado alguna vez sobre la existencia de este código y desestima la nota: “Pareciera que buscó la descalificación y sembrar sospecha sobre el talante crítico de los columnistas”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al mes siguiente, otra expresión interpretativa de la realidad venezolana fue excluida de
El Universal: la última caricatura de Rayma Suprani en el diario relacionó la firma del

ex presidente Hugo Chávez con la crisis de salud que padece el país desde su gestión. El vicepresidente de Información del diario, Elides Rojas, fue quien informó a la caricaturista de su despido. El motivo: por ser incómoda para la nueva directiva encabezada por Jesús Abreu Anselmi. “Me enorgullece que el tema de la salud haya sido el bastión con el que salgo de
El Universal”, dice Rayma –no solo nombre de pila, sino su firma artística- sin lamentos.

 

No era la primera vez que sus creaciones incomodaban al presidente del diario. Antes, una caricatura sobre la reunión del presidente Nicolás Maduro con su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, fue censurada. “Todavía no sé muy bien por qué, pero no gustó. Me dijeron que había sido porque el presidente Santos aparecía con cara de cerdo”, cuenta la periodista. Abreu, sin embargo, se reunió con ella tras el incidente, dijo que lo ocurrido había sido un malentendido y le aseguró que podría seguir trabajando con libertad. En ese encuentro, Rayma le sugirió al presidente la difusión de algún manual de estilo para aclarar las nuevas directrices del diario. La respuesta de Abreu, afirma la caricaturista, fue imprecisa: contestó que no había directrices y que las cosas se iban dando sobre la marcha.

 

Los dueños juegan a las escondidas

 

La primera nota que sacó el periódico anunciando su nueva etapa se publicó el 5 de julio de 2014. A 105 años de su fundación, sus propietarios cambiaron: la empresa española Epalisticia se incorporó a la estructura accionaria y desplazó a la familia Mata, sucesora del fundador del diario, del negocio.

 

El nombre completo del comprador es Epalisticia Private Equity y se trata de una firma de capital de riesgo creada en Madrid el 24 de julio de 2013 con un capital que roza la cantidad mínima necesaria para inscribir una compañía: 3.500 euros (500 euros más del monto exigido). Su objeto social consiste en la “compra, venta, alquiler, parcelación y urbanización de solares, terrenos y fincas de cualquier naturaleza (…) La inversión en y administración de medios de comunicación, en especial, en mercados emergentes, con el fin de desarrollar nuevos modelos de digitalización de noticias nacionales e internacionales”, expone una base de datos pública con información del Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme) de España.

El presidente de Epalisticia es Eduardo López de la Osa Escribano, quien ha tenido participación en otras tres empresas españolas –Lovalcama SL, Centro de Investigaciones Ginecológicas SL y Bodegas Valsardo De Peñalfiel-, según datos del Borme. Su perfil de la red social Linkedin expone su amplia trayectoria empresarial fuera del país ibérico: estuvo asociado a las compañías Grupo CTO, Santander Private Banking Spa, Daturi e Motta Banqueting Srl, y actualmente labora en Neurored, con alcance internacional y dedicado al desarrollo de aplicaciones tecnológicas de computación.

 

 Otros miembros directivos del consejo de administración de Epalisticia también son empresarios con varios negocios en España: José Luis Basanta ha figurado en cinco empresas más en el Borme, José Antonio López de la Osa Escribano en siete y María Teresa Atalaya Sevillano en veinte. La compañía Gallaecia Invergest SL, de asesoramiento económico y jurídico de empresas, también aparece como miembro del consejo de administración de la firma española.

 

Al frente de la directiva, sin embargo, se encuentra una compañía panameña con dueños venezolanos: Tecnobreaks Inc. adquirió la totalidad de las acciones de Epalisticia en mayo de 2014. Fue creada el 6 de julio de 2011

por Carlos Odín Velazco Cuello y su padre Carlos Velazco Mora, ambos oriundos de Cumaná, estado Sucre. El primero denunció ante varios medios de comunicación el uso fraudulento de su empresa para la compra del periódico. Afirmó en sus declaraciones haberse enterado a través de Twitter de la relación entre su empresa y la compra de El Universal, y aseguró que demandaría a su abogado José Alejandro Quiodettis, quien habría usado el nombre de su compañía para una operación de forma ilícita, sin su autorización. “Quisiera yo tener aunque sea 20.000 $ y lo menos que haría es invertirlo en mi país (sic)”, dijo en un tuit. Se le pidió, a través de la red social y por email, una entrevista para este trabajo, pero no respondió.

 

 Para este reportaje también se acudió en tres oportunidades a las oficinas de Epalisticia en España en solicitud de una entrevista formal, pero hasta la fecha de esta publicación no hubo respuesta. Y en Venezuela, Abreu, nombrado presidente de El Universal desde el momento en que se anunció oficialmente la venta, tampoco contestó. Su asistente, María Mercedes Estrada, afirmó, tras dos meses de espera, que tenía una “agenda apretada”.

 

El 13 de julio el periódico publicó una entrevista donde Abreu explicó su llegada a El Universal: los empresarios españoles lo habrían contactado por sus habilidades gerenciales para que asumiera la conducción de su nueva adquisición. Epalisticia, según declaraciones de Abreu y Lasanta, fue usada específicamente para la ejecución de esta compra a modo de intermediaria.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Abreu, a diferencia de los españoles, no es un rostro desconocido en Venezuela. Es el hermano del ‘maestro’ José Antonio Abreu, fundador del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, de gran reconocimiento nacional e internacional. El nuevo presidente de El Universal es ingeniero civil, asesor de empresas privadas y públicas, preside la compañía panameña Joyeuse Holdings Inc. y representa la empresa venezolana Tucan Petroleum Services de Venezuela que es contratista del Estado. Su mayor renombre, sin embargo, obedece a la crisis financiera de 1994 cuando el Gobierno nacional intervino el Banco Latino, lo que trajo como consecuencia la clausura temporal de 60% del sistema bancario. Abreu fue considerado prófugo de la justicia por este caso de acuerdo con un informe de la División de Trámites Legales del Ministerio de Justicia publicado en 1998 por el periódico que ahora está bajo su dirección.

 

 “No sólo seremos críticos del Gobierno, sino de todo aquello que sea necesario criticar (…) Aquí no habrá ni control, ni cortapisas. La libertad de expresión es un valor esencial”, declaró. Lo mismo dijo a los periodistas del diario cuando se presentó como el nuevo presidente y dijo desconocer alguna vinculación del gobierno con la venta del periódico. Aquella reunión, cuenta el periodista Fernando Peñalver, fue breve –de unos 20 minutos- sin muchas preguntas. Mantener la plantilla y la forma de trabajo fueron algunas de las promesas. No hubo, sin embargo, correspondencia entre la propuesta de la nueva gerencia y los cambios posteriores.

 

Listas y “Periodismo plano”

 

 Abreu se reunió con cada sección del periódico por separado. “Dijo que quería un periódico más equilibrado (…) Que no habría cambios en la línea editorial y que quería un periódico de propuesta porque el país ya estaba cansado de diagnósticos”, cuenta Víctor Salmerón, quien laboraba en la sección de Economía. Ese mismo día, en la noche, sin embargo, se presentó uno de los primeros casos de censura: Abreu ordenó sacar de la edición del día siguiente una nota sobre la posición de sindicalistas de Siderúrgica del Orinoco “Alfredo Maneiro” (Sidor) sobre la firma del contrato colectivo.

 

 Días después, otra nota sobre el mismo tema, que recogía distintas posiciones de los sindicalistas de la empresa estatal, fue sustituida por un artículo de la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), adscrita al Ministerio de Comunicación e Información. Los periodistas, ante ello, redactaron un comunicado, publicado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), a modo de rechazo. ‘La mesa’ -conformada por los jefes de redacción Elides Rojas, Miguel San Martín y Taisa Medina- informó luego que el presidente había reconocido lo ocurrido como un error.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las sugerencias y presiones para hacer un periodismo carente de análisis e investigación por parte del periodista, no obstante, fueron aumentando progresivamente. “Ellos piden periodismo plano. Que sólo haya declaraciones de voceros sin el aporte del reportero”, afirma Salmerón, quien renunció tras 16 años de experiencia en el diario.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Algunos personajes del gobierno, por otra parte, están exentos de la lupa periodística en El Universal: a propósito de la destitución del ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, en octubre, la reportera Thábata Molina propuso desarrollar un balance sobre su gestión, pero la propuesta fue rechazada debido a que el funcionario –de acuerdo con lo que le informaron sus jefes- integra una lista de “intocables” en el diario. Diosdado Cabello –presidente de la Asamblea Nacional-, José David Cabello –superintendente del Seniat- y Jorge Rodríguez –alcalde del municipio Libertador de Caracas- también formarían parte de la lista según palabras del editor Elides Rojas, afirma Molina. Éste también habría informado, asimismo, que los dirigentes de la oposición venezolana Henrique Capriles Radonski y María Corina Machado no tendrían cabida en el periódico, “hicieran lo que hicieran”, por órdenes de presidencia.

 

La orden: esconder la violencia

 

Cuando Molina interpeló a los editores sobre el futuro de la sección dedicada a cubrir los casos de violencia de la segunda ciudad más peligrosa del mundo, Elides Rojas contestó que la orden era minimizar los Sucesos. La primera acción a favor de ello fue la reducción de la paginación: la sección Caracas contaba con cinco páginas, cuatro para noticias de ciudad y otra para sucesos violentos, hasta que a mediados de año empezaron los problemas de importación de papel prensa y la sección completa se redujo a una sola página. “En el caso de Sucesos, nosotros pasamos a ser relleno de lo que sobrara de la página de Caracas, con notas pequeñas”, explica la reportera, quien decidió renunciar al diario luego de recibir varios lineamientos de periodismo complaciente con el poder.

 

Por ejemplo, tras dos meses solicitando una entrevista con el ministro Rodríguez Torres, la petición de Molina fue aceptada, pero la directiva del diario decidió enviar a otro reportero en su lugar. “Cuando pregunté qué había pasado, me dijeron que no querían a un periodista incómodo que hiciera preguntas que confrontaran al ministro”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En otro episodio, una nota sobre cuatro personas asesinadas en una fiesta en Gramoven –un barrio popular al oeste de Caracas- durante un fin de semana fue motivo de disputa entre la reportera Natalia Matamoros y el jefe de guardia, quien se opuso a que la información alcanzara la amplitud que solicitaba la periodista por la magnitud del caso. “En otro momento, cuatro muertos hubiese sido una nota abridora”, aclara Molina, con nueve años de experiencia en el área.

 

La posibilidad de que funcionarios, por otra parte, reclamen a los periodistas sobre la cobertura de sus temas está abierta en la sala de redacción de El Universal: un miembro del Grupo Antiextorsión y Secuestro (Gaes) de la Guardia Nacional Bolivariana buscó a Molina en la sede del diario para confrontarla sobre un reportaje de su autoría sobre secuestros en Caracas. A nadie –ni a jefes ni a editores-, dice la periodista, le extrañó la visita. El poder del gobierno dentro del periódico está claro para todos.

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