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Cómo viven las mujeres en menopausia en un país en crisis

Entre el tabú y el desconocimiento, las venezolanas se enfrentan a la menopausia en un país en crisis que no prioriza la salud de sus ciudadanas

Por Deysi Ramos – 19/07/23

Hace 12 años, a la edad de 43 años, Carmen Margarita comenzó a vivir – en su interior- una vorágine. Ella sentía que su cuerpo era un hervidero y empezó a tener mucha incertidumbre sobre lo que le sucedía. Llegó a pensar que algo muy grave pasaba dentro de ella. 

No encontraba explicación para la falta de sueño recurrente, los escalofríos, el mal humor, ni mucho menos para ese calor excesivo que la atacaba, especialmente, en horas de la noche. 

“No tenía ni la más remota idea de lo que estaba pasando por mi cuerpo”, comenta. Hasta ese momento ella veía su periodo mes a mes, así que no se consideraba que podía tratarse de algún “desarreglo” hormonal. 

“Es muy frecuente que las mujeres pasen por un “carrusel” médico, hasta dar con el diagnóstico preciso”, dijo Gabriela Rojas, CEO de Sin Reglas, en entrevista para Más Allá del Rosa

Esto corrobora lo arrojado por el estudio realizado por en 2022 por Fawcett Society, una organización británica que hace campaña por la igualdad de género y los derechos de las mujeres, el cual mostró que de las más de 4.000 mujeres encuestadas, casi la mitad (45 %) no habían hablado con su médico de confianza sobre sus síntomas y de las mujeres que buscaron ayuda, el 31% dijo que necesitaron muchas citas antes de que su médico se diera cuenta de que estaban experimentando la peri/menopausia. 

Carmen Margarita corrió con la suerte de no formar parte del común denominador, ya que desde un primer momento en su visita al ginecólogo y tras varios exámenes, la especialista dio con el veredicto. “Estás en menopausia”, le dijo. 

Pero para la mayoría de las mujeres, sobre todo para quienes no acceden a consultas ginecológicas periódicamente, no saber qué está pasando con su cuerpo genera una reducción de su calidad de vida, profesional y familiar.

Un dato devastador que sacó a la luz una encuesta sobre los efectos de la menopausia, realizada a 3800 mujeres de Gran Bretaña, es que una de cada cinco mujeres encuestadas (21%), dejó pasar la oportunidad de ser promocionada en el trabajo. Mientras que el 19% redujo el horario y el 12% renunció. Este mismo estudio reveló que:

  • El 99% de las encuestadas dijo que sus síntomas perimenopáusicos o menopáusicos habían tenido un impacto negativo en sus carreras.
  • El 59% se había ausentado del trabajo debido a sus síntomas: el 18% estuvo más de 8 semanas de baja.
  • La mitad (50%) de los que se tomaron al menos 8 semanas de baja renunciaron o se jubilaron anticipadamente.
  • El 60% de las mujeres dijeron que su lugar de trabajo no ofrecía apoyo para la menopausia.

Para Carmen Margarita fue un “choque” frontal y sin reversa con la realidad. Algo para lo cual no estaba preparada y que la agarró por sorpresa. 

En su pensamiento, la menopausia era algo que ocurría mucho más avanzada en edad. “No es algo que te pasa a los 43 años”, continúa contando. “No es fácil entender que ya entraste en una etapa de tu vida donde te sientes que estás como envejeciendo, que hay un cambio drástico en ti, en tu cuerpo, porque esto te lleva hasta perder las ganas de tener relaciones sexuales”, agrega.

A las mujeres no se les prepara para la menopausia, esta desinformación ha hecho que este proceso esté envuelto en tabúes, estigmas y discriminación. 

La doctora Reina Hermoso, especialista en gineco-obstetricia y exdirectora de un centro de salud en Valencia, Venezuela, asegura que en sus años de servicio presenció cómo muchas mujeres preferían callar que estaban entrando en la etapa de menopausia para no ser señaladas de “viejas” y menos, de “viejas histéricas-malhumorada”.

“Menopausia se asocia a vejez, se asocia a viejas malhumoradas. Siempre se ha tocado hacia lo negativo, a los cambios de humor. Por supuesto, hay un proceso de envejecimiento natural, porque la falta de estrógenos y progesterona trae consigo una serie de manifestaciones en el cuerpo, entonces, nadie va a querer hablar de ella y muchos menos, decir qué está atravesando por ese proceso si se le mira desde un punto de vista despectivo”, dice Hermoso sobre el porqué se considera como un tema tabú. Las razones que argumenta tienen que ver con un constructo social, cultural.

La profesional considera necesario, y hasta urgente, darle un enfoque positivo también e invitar a las mujeres a vivir esta etapa en plenitud. 

Entre los aspectos positivos,Hermoso señala el hecho de que viene una etapa de liberación; por ejemplo, en lo sexual la mujer ya no tiene que estar pendiente de los métodos anticonceptivos ni del temor a quedar embarazada.

“Hay muchas mujeres que al momento de tener su actividad sexual están bloqueadas por el miedo al embarazo. En cambio, cuando la mujer ya deja de ovular y, por lo tanto, no hay fecundación, hay una liberación del bloqueo a nivel mental y la mujer se siente más segura al momento de tener sus relaciones sexuales”, detalla.

Otro punto muy importante, destaca Hermoso, es que “ganas tiempo  para ti, para hacer lo que te gusta. Además, entras en la menopausia en la plenitud de tus capacidades, por lo tanto, tienes mucho qué aportar a la sociedad”. 

¿Qué es la menopausia? 

La palabra menopausia proviene del griego men (“mes”) y pausis (“desaparición”). Es un proceso natural en la mujer que no tiene una edad exacta. Suele ocurrir entre los 44 y 52 años. De acuerdo al trabajo “La menopausia puesta al día”, del doctor Juan Antonio Yabur, publicado en 2006 en la Gaceta Médica de Caracas, órgano de divulgación de la Academia Nacional de Medicina, la edad promedio de la menopausia espontánea en Venezuela es de 48,7 años. Asimismo, se señala que, para ese momento, “el 9,4 % de la población total del país, aproximadamente 2,2 millones, de personas, está representado por mujeres que tienen 45 o más años de edad y esperanza de vida de 74 años”. Dato similar al ofrecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ha estimado que en la actualidad una mujer de 60 años en promedio podría vivir 21 años más.

En sí, el concepto de menopausia hace referencia a un evento que ocurre un solo día en la vida de cada mujer. Para entenderlo mejor, así como hubo un día en el que bajó por primera vez la menstruación, y que médicamente se le identifica como menarquia. Así mismo hay un día en que la mujer “no ve más regla”, y al que se le conoce como “menopausia”. Sin embargo, para determinar que ese día llegó, deben haber transcurrido 12 meses continuos sin ciclo menstrual. Así se habrá declarado oficialmente el cese del funcionamiento de los ovarios. 

Sin embargo, el proceso que va desde antes de la menopausia, denominado premenopausia, y hasta después, llamado posmenopausia, puede durar entre 2 y 10 años. En su conjunto, a estas etapas se les conoce como perimenopausia o climaterio. 

La Federación Internacional de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (FIGO) y la Sociedad Internacional de Menopausia (IMS) definen el climaterio como: la fase de envejecimiento de la mujer que marca la transición paulatina de su capacidad reproductora a la no reproductora, caracterizado por importantes cambios hormonales. Es importante saber que no significa el término de la vida de la mujer como ser integral. 

La medicina ha contabilizado, al menos, 34 síntomas vinculados a la menopausia, pero no toda mujer necesariamente los padece todos. Tampoco ocurren a la vez e incluso 20% no llegan a padecer ningún síntoma, refiere la CEO de Sin Reglas en la citada entrevista.  

El gineco-obstetra Arturo Puchi, explica que los problemas de salud más importantes asociados a la perimenopausia tienen que ver con el aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, elevación de los niveles de colesterol e hipertensión. Así como afectaciones en el sistema nervioso central, esto debido a que las hormonas que vienen en descenso, es decir, el estrógeno y la progesterona, cumplen una función vital en la protección del cerebro. Su ausencia se puede manifestar en síntomas como ansiedad, depresión, sofocos, insomnio, pérdida del deseo sexual, cambios de humor, entre otros. “También puede haber pérdida de la memoria y de la capacidad de concentración, esto porque hay pérdida de la sinapsis, es decir, las conexiones interneuronales se alejan. Esto conlleva a que se pierden funciones cerebrales”, señala el especialista.

Otra parte del cuerpo seriamente comprometida durante esta etapa es la zona genitourinaria. La ausencia de estrógeno trae consigo la llamada atrofia vaginal (vaginitis atrófica), la cual se manifiesta en el adelgazamiento, resequedad e inflamación de las paredes vaginales, esto puede desencadenar dolor al momento de las relaciones sexuales, sequedad vaginal, ardor, infecciones urinarias frecuentes, menor lubricación durante la actividad sexual, urgencia de orinar, entre otros síntomas. 

La ausencia de estrógeno también afecta los huesos, por lo cual, en esta fase puede aparecer dolor en las articulaciones y existe mayor riesgo de fracturas debido al debilitamiento o pérdida progresiva de la masa ósea. Entretanto, la piel también sufre alteraciones durante este periodo de transición hormonal, sin estrógeno hay un descenso del colágeno cutáneo y un envejecimiento de los tejidos.

Otras señales de que la mujer está atravesando la perimenopausia son: irregularidades en la menstruación, ojos secos y resequedad en otras mucosas, dolores de cabeza, caída del cabello, tinnitus (zumbino en el oído), quiebre de las uñas, palpitaciones, sudores nocturnos, aumento de peso, metabolismo lento, entre otros.

La desinformación conlleva a que muchas mujeres sientan algunos de estos síntomas y no los asocien o no sepan que están pasando por el proceso de la menopausia. De allí la importancia de visibilizar el tema. “Muchas ni se dan cuenta de que estos síntomas pueden estar relacionados con el climaterio, porque el reloj cultural definitivamente no acompaña al reloj biológico. Por eso es crucial crear conciencia, identificar y sortear las barreras al proporcionar información precisa”, dice en una publicación la organización argentina No Pausa, abocada al tema de la menopausia y cuya cuenta en Instagram tiene más de 62 mil seguidores. 

Entretanto, la CEO de “Sin Reglas, recalca: “la menopausia no es el fin de la vida. En algún momento de la historia sí lo fue porque coincidía con la esperanza de vida. Por el contrario, puede llegar a ser la mejor etapa de tu vida, porque te liberas de la mirada masculina, y todo lo que haces es por ti y para ti (…) Te liberas del estigma y de todas las reglas de una sociedad patriarcal que te limitaron a lo largo de toda tu vida. Podemos ser más auténticas, más plenas, más sabias… No digo que el proceso sea fácil, pero si aprovechas esta etapa también es una oportunidad para reinventarte”.

Sofocos en un país en crisis 

Venezuela lleva más de dos décadas sumergida en una serie de transformaciones a nivel político, económico y social, cuyos efectos en la actualidad se ven materializados en la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC) que atraviesa el país y que ha provocado, entre otras graves consecuencias, una emigración de más de 7 millones de venezolanos, según cifras de Acnur.

Durante estos más de 20 años de conflictividad, muchas mujeres venezolanas han vivido su propia montaña rusa hormonal, haciendo el tránsito de la etapa fértil a la no fértil. Para el 2023, Naciones Unidas (ONU) ha proyectado que la población total de mujeres en Venezuela sería de 14.583.569; de este universo, el organismo internacional estimó que 4.752.195 mujeres se encontrarían entre los 40 y 70 años. 

Por otra parte, el estudio “Ser mujer en Venezuela”, realizado de manera conjunta por Acción Solidaria y otras organizaciones no gubernamentales, recopilados en la plataforma HumVenezuela, dejó al descubierto la vulneración diferenciada en la forma cómo viven las mujeres la crisis multifactorial de Venezuela, especialmente, en temas de salud.

De acuerdo a esta investigación, realizada en 6.500 hogares de 18 estados del país, 8 de cada 10 mujeres considera que la cantidad de alimentos que llevan a sus hogares es deficiente (47,79%) escasa, o muy escasa. 

Aunque este estudio no analizó la situación particular de las mujeres de entre 45 y 65 años, sí pudieron conocer que en general las mujeres priorizan en el presupuesto familiar los gastos en alimentación, antes que cuidados médicos y otros temas de salud. 

Esto lo corrobora el testimonio de Carmen Margarita. “La delicada situación del país te obliga a destinar lo poco que ganas  a comprar alimentos, dejando de lado los medicamentos, suplementos o vitaminas que deberías tomar o productos que debas adquirir para tener una menopausia menos traumática”, comenta. 

Al tiempo que hace un exhorto a las autoridades gubernamentales: “debería existir un sistema de salud en Venezuela que ayude con las consultas y medicamentos para las mujeres en menopausia. Cada vez es mayor el número de mujeres que llegan a la edad de la menopausia y es necesario saber y las  complicaciones de salud asociadas a ella, es un  problema de interés social que no debe ignorarse”.

Si bien cada mujer vive la etapa de la menopausia de una forma muy particular, hay aspectos básicos que pueden contribuir a que este tránsito se realice de manera más leve y con los menores daños colaterales. Estos son: Llevar un estilo de vida saludable, alimentación con un consumo balanceado de proteína, grasas, frutas, vegetales y legumbres; realizar actividad física, tener buenos hábitos de sueño y continuar con su trabajo o actividad económica. 

Esta situación ideal se vuelve cuesta arriba en la Venezuela actual, cuando debes enfocarte en sobrevivir a la precarización de los servicios públicos, el desplome del salario, la tensión político- social, la dificultad para acceder a una alimentación balanceada, entre otros factores, que hacen mella en el bienestar general de la población. Aunado al temor de perder el empleo o no encontrar un nuevo trabajo por el hecho de pasar la frontera de los 40 años.

“En un contexto de crisis y de emergencia como el que estamos viviendo, estos temas relacionados con la salud sexual y reproductiva, o de estereotipos y roles de género, que nos hacen tan susceptibles a tener una carga diferenciada, afectan a muchísimas mujeres, tal vez mucho más que la trata de personas, sin disminuir nunca la importancia de atacar ese delito que socava la dignidad de las mujeres. Pero creo que también es importante comenzar a voltear la cara y mirar a estas otras situaciones de la cotidianidad, para visibilizarlas. No se conversan, pero el impacto que tienen es grande”, afirma Natasha Saturno, coordinadora de Exigibilidad de Derechos Humanos de Acción Solidaria, organización participante en el estudio “Ser mujer en Venezuela”.