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Constructoras de paz en Venezuela

Edadismo: cómo la discriminación por edad afecta a las mujeres en Lara

No tener hijos y ser jóvenes, son algunos requisitos para encontrar trabajo en tiendas de Barquisimeto 

Red de Mujeres Constructoras de Paz – 04/03/24

“Se solicita chica para trabajar, de 18 a 23 años de edad”, se lee en un cartel que está pegado al monitor de una computadora en un negocio, ubicado en Boulevar Center, reconocido centro comercial de Barquisimeto, estado Lara. 

El reconocido centro comercial tiene alrededor de 80 locales, que venden desde bisutería, maquillaje y hasta ropa. En uno de los pasillos se que observan carteles de se «busca chicas para trabajar».

En Lara, las mujeres de 30 años en adelante deben surfear varios desafíos para conseguir trabajo: primero la crisis económica hace que haya menos oportunidades laborales en Venezuela y esto conlleva que sea menos probable encontrar uno. Ante esto, la situación es más fuerte para las mujeres, que acuden a locales a entregar currículos y se encuentran con que la mayoría de los comerciantes prefieren buscar talento joven, en edades entre 18 y 25 años. 

Hay quienes ponen como requisitos que no tengan hijos, según los que generan empleos esto es para garantizar que no haya falta al trabajo, basándose en una enfermedad de los menores de edad. 

En una odisea se ha convertido encontrar trabajo para Noris Terán. Con sus 38 años de edad ha conocido como le vulneran sus derechos solo por no contar con el perfil, su edad. 

«No es solo presencia física. Existe una discriminación laboral para las que somos madres y pasamos de 30 años de edad. Prefieren buscar jóvenes porque así las explotan laboralmente», dice Noris, mientras se sienta en el porche de su casa y con su celular comienza a buscar en la página web de CompuTrabajo para aplicar en cualquier área.

Noris tiene una niña de 10 años de edad y hace seis meses se quedó sin trabajo, pues sus antiguos jefes emigraron del país. En Venezuela, la preferencia por mujeres de edades comprendidas entre los 18 y 35 años en la industria de la belleza y ventas, se relaciona en un sentido amplio a estándares de belleza arraigados en la cultura social, donde se enfatiza la juventud como un factor que se puede desechar.

Emilin Piña, abogado y presidenta de la Fundación Mujer Tu Voz Tiene Poder, sostuvo que existe una percepción social que asocia la juventud con la frescura y la vitalidad, atributos que a menudo se consideran ideales en el ámbito de la estética. 

Además, destacó que esta práctica refleja los estereotipos de belleza que prevalecen en la sociedad, donde se tiende a valorar la apariencia juvenil sobre otros aspectos. Sin embargo, dicha preferencia puede contribuir a la exclusión de mujeres mayores de 35 años que también poseen experiencia, habilidades y conocimientos valiosos en muchas áreas. 

Desde una perspectiva legal y de derechos de la mujer, se pueden promover diversas opciones para garantizar la inclusión de mujeres mayores de 35 años en la industria laboral.

La abogada resaltó que el artículo 49 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia expresa: “La persona que mediante el establecimiento de requisitos referidos a sexo, edad, apariencia física, estado civil, condición de madre o no, sometimiento a exámenes de laboratorio o de otra indole para descartar estado de embarazo, obstaculice o condicione el acceso, ascenso o la estabilidad en el empleo de las mujeres, será sancionado con multa de cien (100 U.T.) a mil unidades tributarias (1.000 U.T.), según la gravedad del hecho”.

El artículo también cita que “Si se trata de una política de empleo de una institución pública o empresa del Estado, la sanción se impondrá a la máxima autoridad de la misma. En el supuesto de empresas privadas, franquicias o empresas transnacionales, la sanción se impondrá a quien ejerza la máxima representación en el país”. 

Piña comentó algunas medidas podrían incluir en las áreas laborales y está en políticas de igualdad en el empleo, que es fomentar la adopción de políticas empresariales que promuevan la diversidad y la igualdad de oportunidades, asegurando que la contratación se base en habilidades, experiencia y competencia, en lugar de la edad. 

Otras soluciones para la discriminación por edad vienen de  la sensibilización y educación, que podría ser desarrollar campañas educativas y de sensibilización y al público en general, destacando la diversidad de edades como un valor y promoviendo una apreciación más amplia de la belleza. 

Aún cuando Noris sabe que no ha conseguido trabajo por discriminación de su edad, no pierde las esperanzas de que una empresa valore sus ganas de salir adelante. 

Todas las noches, se sienta en su computadora a revisar su correo, allí les llegan notificaciones de CompuTrabajo con sugerencias y que puede optar a un empleo, pero pasan los días y no recibe la llamada de que ha sido seleccionada. 

Mientras eso ocurre, Noris no ha dejado de llevar el sustento a su hogar, no en las condiciones que quisiera, pero se gana el dinero a diario limpiando casas de familias y decidió vender helados de vasitos, para tener un ingreso extra. 

Noris se niega a irse del país, observa a su hija y sostiene que no puede dejarla sola, por eso lucha por una estabilidad económica.