Tejiendo redes

Constructoras de paz en Venezuela

En Acarigua es la cosa: activistas y voluntarios se capacitan en infociudadanía

Mabel Sarmiento Garmendia – 15/02/24

10 mujeres ávidas de ser escuchadas, pero también de aprender, y entre ellas un hombre, Alexander, quien igual mostró afán por conocer y compartir experiencias, forman parte de la primera cohorte en recibir capacitación sobre herramientas comunicacionales para denunciar y documentar temas relacionados con la violencia basada en género (VBG).

A este grupo lo abordó parte del equipo editorial de la Red de Mujeres Constructoras de Paz, con el propósito de afianzar el trabajo en equipo, para educar y prevenir sobre la violencia basada en género y para fortalecer técnicas y herramientas de comunicación, en este caso la fotografía, el video y los papelógrafos.

La finalidad de este taller, que forma parte de la formación iniciada en 2023 con alcance en 15 estados de Venezuela en donde hacen vida cerca de 200 activistas, es entrenar para informar en un país donde priva la desinformación, la persecución y el acoso, destacó Mabel Sarmiento, editora y mentora de la red, quien, junto a Carmen Riera, coordinadora editorial del equipo, fue a Acarigua este 27 de enero a dar la capacitación.

Mabel Sarmiento enseñando las herramientas que tienen los teléfonos para tomar fotos. Foto: cortesía de las activistas

Esta actividad académica, evidentemente, toma en cuenta la perspectiva local y busca tender un puente de conexión con las víctimas, a modo de concienciar lo que se vive a través de un lenguaje directo y respetuoso, que fortalezca el tejido social y contribuya a reconstruir la memoria ciudadana, señaló la periodista.

Las activistas y voluntarios son los ojos de los ciudadanos, y de ahí la necesidad de empoderarlos con la comunidad que forma la red y hacerlas personas sensibles con su entorno, añadió Carmen Riera, quien les insistió en el poder de la comunidad para documentar sus realidades.

Las participantes en la elaboración de los papelógrafos. Foto: cortesía de las activistas

María, Mariángel, Bianile, Beli, Yumary, Tamar, Arlenis, María, Auris,  Natalia (las dos últimas de la Red de Lara) y Alexander, durante casi siete horas recibieron refrescamiento sobre la importancia de la fotografía, como vehículo para la documentación y la denuncia, conservando las técnicas básicas como el enfoque, el encuadre, los tipos de plano y el uso flash, “elementos que nos narran una historia diferente y más en casos donde se abordan noticias de violación de derechos humanos”, dijo Sarmiento.

El papel como plataforma 

De la teoría se pasó a la práctica con la elaboración de los papelógrafos. La inducción dada por Riera, sencilla y creativa, básicamente les enseñó primero a reconocer que el papel bond (el material usado en ese caso) es una plataforma para llegar a las comunidades en tiempos de sequía informativa.

La información que se escribe en estos papelógrafos es local y de utilidad o de servicio, por lo que ella sugirió un tipo o tamaño de letra que debe leerse a distancia, ubicar el texto en cuadrículas para guiar la visión, usar colores para separar ideas, diferenciar elementos de una gráfica, dibujo.

Carmen Riera durante la exposición de los papelógrafos. Foto: cortesía de las activistas

En cuanto a los conceptos, les enseñó a destacar los puntos claves, aquellos que sean relevantes. De esa forma, pudieron armar y presentar tres papelógrafos con noticias de Portuguesa y, luego, para aprovechar la inspiración del grupo, Riera les habló de la Voz de las activistas, un espacio que se abrió en el microsite de la Red de Mujeres Constructoras de Paz y en el que ellas van a poder contar sus historias o visibilizar en primera persona sus actividades y microproyectos.

De ese ejercicio salieron narrativas muy creativas como la de Beli, una de las más jóvenes del grupo, quien con una prosa con rasgos de poesía describió el taller, lo que sintió y las expectativas que le surgieron. Bianeli, María Teresa y María no se quedaron atrás y también dieron rienda suelta a sus emociones y hablaron de lo grato del encuentro y del reforzamiento de las capacidades para comunicarse.

Las activistas trabajaron en equipo con empatía. Foto: cortesía de las activistas

El taller, además de cumplir con una programación académica, sirvió de espacio para el encuentro, análisis de la situación y para buscar conectar. Alexander, por ejemplo, propuso que el tema del Darién sea uno de los abordados en los papelógrafos; pero el grupo también pidió más espacios y más horas de formación y pidieron que se llevaran estos talleres a las comunidades. 

Un espacio para el encuentro y para conocer las experiencias del entorno. Foto: cortesía de las activistas