Tejiendo redes

Constructoras de paz en Venezuela

Hombres en Venezuela se articulan para construir nuevas masculinidades que impulsen la igualdad de género 

La ONG Hombres en Deconstrucción, plantea un espacio de transformación para aquellos hombres que buscan romper con la masculinidad hegemónica y patriarcal. La Cruz Roja también instruye a los voluntarios para que entiendan que los roles de liderazgos dentro de los equipos no son exclusivos de los hombres

Delia Sánchez – 24/04/24

Aunque  hablar de las nuevas masculinidades quizá no es un tema común, en el país existen organizaciones trabajando para inculcar la importancia de derribar los esquemas machistas que caracterizan a la sociedad venezolana y construir un mundo más igualitario. Es así como lo hacen la ONG Hombres en Deconstrucción y la Cruz Roja a través de su coordinación nacional de apoyo psicosocial.

Para conocer las acciones que se adelantan en esta materia, contactamos al presidente del movimiento Hombres en Deconstrucción, Ignacio Spisso Bustillos, radicado en el estado Bolívar, cuyo objetivo es sensibilizar a las comunidades acerca de las nuevas masculinidades, mediante talleres, charlas y conversatorios en varios estados del país, “para tratar de mitigar o de erradicar la violencia de género”.

Ignacio Spisso preside la ONG Hombres en Desconstrucción

Spisso, quien se identifica como un aliado del feminismo, aseguró que la nueva masculinidad surge a partir de la necesidad de crear un mundo más igualitario. “Pero no solamente eso, sino que surge como una propuesta para que los hombres se sensibilicen y se capaciten para abandonar los roles tradicionales de masculinidad que afectan tanto a las mujeres, como a los hombres”, dijo.

Consideró que estos roles tradicionales son característicos del sistema patriarcal, que insiste en que el hombre tiene que ser violento, tiene que ser el proveedor y ocupar los espacios de poder en todos los ámbitos de la vida. 

“Hay una serie de estereotipos que se asocian a los hombres, que hay que ir derribando para que las mujeres también ocupen esos espacios y los hombres, a su vez, abandonen la violencia y se vuelvan más corresponsables”, mencionó. Para el activista, esto implica que los hombres puedan compartir las tareas de manera más igualitaria con las mujeres, no solo en sus casas, sino también en sus trabajos, en la sociedad en general. 

Spisso se mostró convencido de que las nuevas masculinidades pueden contribuir a disminuir los índices de la violencia basada en género, a partir del trabajo comunitario orientado a concienciar a hombres y mujeres.

Indicó que esto es posible mediante el trabajo en equipo, con alianzas, para llevar a cabo acciones que destaquen el rol fundamental de las nuevas masculinidades en la acción humanitaria y su importancia para crear políticas de género enfocadas, para que los hombres sean cada vez más corresponsables y sean activamente garantes de eliminar la violencia de género en el mundo.

Spisso: Hay que visibilizar la importancia de las nuevas masculinidades mediante talleres, charlas y conversatorios

Remar en una misma dirección

El trabajo que adelantan estas y otras organizaciones sobre el abordaje de las  nuevas masculinidades, forman parte de la Agenda 2030, aprobada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 2015 para lograr un futuro mejor para todos, cuyo Objetivo de Desarrollo Sustentable No. 5 propone “lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas», y dentro del cual el enfoque de las nuevas masculinidades, representa una herramienta fundamental para promover la igualdad de género y erradicar la violencia contra mujeres y niñas.

Aunque realmente el término “nuevas masculinidades” no es tan reciente, hay quienes se inclinan por referirse a “masculinidades positivas” o “masculinidades igualitarias”. Lo que sí es definitivo es que aluden a una forma de entender qué es ser hombre, desde una óptica más sana e igualitaria. 

De acuerdo a la ONU Mujeres, las nuevas masculinidades se refiere a las transformaciones que demanda la sociedad actual del ser hombre, para acabar con el vínculo entre masculinidad y violencia, modificar los esquemas de dominación del hombre sobre la mujer, lograr un rol cooperativo en vez de dominante, mejorar la comunicación, compartir las responsabilidades en el hogar y velar por la igualdad de acceso a las oportunidades.

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En definitiva, la promoción de las nuevas masculinidades debe desarrollarse desde los hogares, lugares de trabajo, escuelas, asociaciones, sindicatos, partidos políticos, entre otros espacios, para contribuir a erradicar la violencia contra las mujeres y participar en la construcción de una sociedad más igualitaria.

El hombre no tiene que agredir para demostrar su masculinidad

Psicólogo Aarón Espinoza Álvarez, coordinador nacional de apoyo psicosocial de la Cruz Roja Venezolana

Para el coordinador nacional de apoyo psicosocial de la Cruz Roja Venezolana, Aarón Espinoza Álvarez, psicólogo clínico con más de 30 años de ejercicio, la violencia y la agresión contra la mujer son rasgos comunes en nuestra población, por lo que advirtió que uno de los desafíos del enfoque de las nuevas masculinidades es enfatizar que el maltrato hacia la mujer no es una conducta normal masculina.

Señaló el profesional de la salud mental que, dentro de la masculinidad convencional, se cree que el hombre tiene que demostrar violencia, olvidando que por mucha autoridad que tenga una persona en un cargo, tiene que respetar a todos por igual. “Entonces ha sido útil el hecho de delimitar y definir que agresión y maltrato físico contra una mujer es un delito, que el hombre no debe agredirlas para demostrar poder o dominación sobre la pareja”, precisó.

Espinoza Álvarez indicó que el enfoque de nuevas masculinidades tiene como finalidad romper con un pasado ruidoso de un patrón cerrado que definía conductas y que era imprescindible realizar para ser considerado hombre o masculino.

Como ejemplo, recordó que, en otras culturas, como la europea, el cuidado de los hijos menores, colaborar con las tareas domésticas como lavar los platos, meter la ropa a lavar en la lavadora tender las camas, asear la casa, es compartido por el hombre y la mujer, puesto que ambos trabajan. “Entonces, no hay ninguna razón para que una sola persona asuma todas las tareas de la casa, cuando los dos aportan con sus empleos y su tiempo de trabajo en la calle para el mantenimiento de la casa”.

Sobre los programas que desarrolla la institución que representa para promover las nuevas masculinidades, el especialista informó que la Cruz Roja Internacional tiene un módulo instruccional que se denomina Nueva Masculinidades, para compartir en las comunidades y con quienes ingresan como voluntarios a esa organización, para para explicarle a la gente que el liderazgo de las acciones en grupo o equipos de intervención en emergencia, no tiene obligatoriamente que ser comandado por un hombre.

Las nuevas masculinidades deben ser promovidas desde todos los espacios de la sociedad

Espinoza explicó que estas acciones han tenido impacto en un ambiente de armonía entre los integrantes del voluntariado, ya sean de la comunidad LGTB, y se promueve también la capacidad de liderazgo de las mujeres en el trabajo en equipo, rompiendo así el esquema de que tiene que ser un hombre el que esté a cargo de los equipos o cuadrillas. 

Es necesario articular acciones para dar a conocer sobre un abordaje diferente sobre la masculinidad hegemónica, cuyo patrón justifica el maltrato hacia las mujer, la condena a responsabilizarse sola  por el cuido del hogar y los hijos y la mantiene en desigualdad de oportunidades en los diferentes espacios de la sociedad actual

Las nuevas masculinidades son necesarias para lograr un mundo más igualitario