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Constructoras de paz en Venezuela

Petra García: “Convertí el duelo por mi hermana en luz para mujeres víctimas de violencia”

Su hermana fue víctima de femicidio y ella emprendió un camino para apoyar y proteger a otras mujeres: creó la Fundación Thaima.

Delia Sánchez – 25/10/23

Según el Centro de Justicia y Paz (Cepaz), hasta el pasado mes de julio, en Venezuela fueron consumados 160 femicidios, de los cuales 20 ocurrieron en el estado Zulia, entidad donde se registra el mayor incidencia de casos en comparación con el resto del país. Y es allí donde tuvo lugar la historia de Petra García, quien apenas siendo una niña, sufrió la pérdida física de su hermana mayor, Thais María, quien fue asesinada por su propio esposo hace unas décadas atrás.

Petra nació en el seno de una familia de cuatro hermanas y un hermano, y cuenta que cuando era muy pequeña, veía en su casa mucha tensión, gritos y maltrato por parte del esposo de su hermana, quien cometió femicidio contra ella y luego se suicidó. La inocencia, propia de su edad para aquel entonces, no le permitía comprender y canalizar nada de eso de lo ocurrido.

La protagonista de este relato recuerda que cada vez que escuchaba  llorar a su hermana en el cuarto, iba corriendo en su ayuda. Pero no podía hacer nada, pues su cuñado la amenazaba con matarla si contaba algo sobre el permanente maltrato contra Thaís. Su vínculo era particularmente estrecho, pues ya que ella la cuidaba durante niñez, ella la veía como una madre. 

Tras el trágico suceso, si bien cesó el acoso contra Petra para acallarla ante el infierno que vivió su hermana, el trauma de la infancia quedó en ella. Para ese momento no tenía conocimiento sobre qué hacer para sanar el duelo ni cómo enfrentar la impotencia y la tristeza que le dejó la ausencia de su hermana, su otra mamá.

En vez de quedarse de brazos cruzados, y en medio de ese dolor, Petra se propuso conseguir respuestas y empezó a estudiar carreras que le permitieran comprender la conducta humana, a la familia y a las comunidades. Se graduó como licenciada en Trabajo Social en la Universidad del Zulia (LUZ) y, luego, se radicó en Carabobo y egresó como psicóloga de la Universidad Arturo Michelena (UAM). La idea fue prepararse para lo que ella misma llama “su misión de vida”. 

Con el paso del tiempo, la mujer se sometió a un proceso de introspección ante lo vivido e intentó hacer algo que superara todo lo negativo de la experiencia. Por el contrario, se propuso convertir el duelo por su hermana en luz para mujeres víctimas de violencia de género. De esa forma, su misión también servía como un aporte a la sociedad. “Entonces, bajo esa reflexión, decidí crear Fundación Thaima, en memoria a mi hermana Thaís María (Thaima)”, dice. 

La fundación, que nació hace dos años, está destinada a psicoeducar a las mujeres víctimas y familiares de víctimas de la violencia de género. Esta ha sido la forma que Petra encontró para canalizar el duelo y la tristeza que experimentó desde que era una niña cuando vivió de cerca el femicidio de su hermana mayor.

Una labor social para minimizar las estadísticas de femicidios

“El trabajo social lo llevo en la sangre”, dice Petra García. Al principio, la fundación a su cargo se dedicó a facilitar la obtención de medicamentos a personas de recursos limitados. No obstante, se dio cuenta de que lo que siempre quiso era trabajar con mujeres víctimas de violencia de género, para contribuir a minimizar las elevadas estadísticas de femicidios o de maltrato. 

En este sentido, la Fundación Thaima mantiene una agenda de actividades en las comunidades más desasistidas, donde asegura que luego de impartir información a las mujeres, muchas de ellas se percatan de que han sido violentadas en algún momento. 

A su juicio, aunque falta mucho por hacer, a partir de la creación de leyes desde el año 2014, se está visibilizando más esta problemática porque hoy día existen instituciones que están abordando los casos de violencia de género. Amén de las distintas fundaciones que han surgido para brindar acompañamiento psicológico y legal a las víctimas.

Considera que lo primero que debe hacer la víctima es tomar conciencia de que está siendo violentada, porque solo así será capaz de salir a pedir ayuda. Esta ayuda se traduce en denunciar a la persona maltratadora. Asume que se trata de una situación bastante compleja porque debido a la difícil situación económica que experimenta la población, muchas mujeres tienen que convivir con el agresor para garantizar la alimentación de sus hijos.

Petra lamenta la falta de refugios para mujeres víctimas. Considera que las instituciones pudieran aplicar esta medida, sobre todo para apoyar a las mujeres mientras adquiere las habilidades sociales o emocionales que le permitan defenderse económicamente. 

“Contar algún día con ese refugio es precisamente el objetivo final de la Fundación Thaima, donde a la mujer se le brinden herramientas sociales y emocionales para que sea capaz de salir al campo laboral y no depender, sobre todo económicamente, de la pareja, que muchas veces es el agresor”, señaló.

La representante de la Fundación Thaima considera que el Estado debe prestar más atención a esas mujeres maltratadas que denuncian, porque van de un sitio a otro, revictimizándose y por eso se cansan; al final, desisten y continúan conviviendo con el victimario.

La coordinadora ejecutiva de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa), la psicóloga Magdymar León aseguró para la Red de Mujeres Constructoras de Paz que mientras existan condiciones de vulnerabilidad e impunidad y “no se cuente con programas y proyectos dirigidos a la prevención y erradicación de la violencia basada en género, las mujeres no dejarán de ser víctimas”. 

Igualmente, León plantea que debe darse el esfuerzo conjunto entre todas las instituciones del Estado en cuanto a los órganos receptores de denuncia que den respuesta oportuna a las mujeres violentadas.   

“Aunque aunque una sola mujer nos escuche y reflexione, vamos por buen camino”

Para concluir, la psicóloga Petra García insta a las víctimas de la violencia basada en género a que se preparen con las herramientas que les permita autosostenerse y que no se queden calladas. “Que busquen ayuda. No necesariamente tiene que ser ayuda económica, puede ser ayuda emocional, porque una vez que tengan la autoestima bastante afianzada, las mujeres son capaces de salir y comerse al mundo y no depender de nadie. Sé que es difícil, pero sí se puede seguir adelante”, dice. 

Sobre el impacto de Thaima en su entorno, García está segura de que está cumpliendo con su objetivo, cuando durante sus conversatorios escucha a alguna de las participantes decir “yo fui víctima de violencia de género”. 

Para Petra y su equipo, es muy satisfactorio ver cuando la víctima asume conciencia de que están siendo violentados sus derechos y la integridad física y emocional de ellas y su entorno. “Por eso, aunque una sola mujer nos escuche y reflexione, vamos por buen camino”, puntualizó.