Al finalizar el juego, los asistentes vulneraron los sistemas de seguridad y entraron a la cancha. Los efectivos agredieron a los reporteros para evitar que fotografiaran cómo reprimían a uno de los hinchas.
Tres policías sujetaron a Montaño por la espalda para impedir que cubriera el hecho. Le dañaron dos lentes de su equipo fotográfico. Urdaneta fue golpeado por otro policía.