PUBLICACIONES

PUBLICACIONES

Oasis informativos: El fenómeno

Oasis informativos: El fenómeno

En terrenos donde el contenido noticioso es árido, infecundo, estéril, han logrado florecer iniciativas periodísticas abonadas con innovación, colaboración, hiperlocalismo y resiliencia. En Venezuela, aún reverdece el periodismo.

En terrenos donde el contenido noticioso es árido, infecundo, estéril, han logrado florecer iniciativas periodísticas abonadas con innovación, colaboración, hiperlocalismo y resiliencia. En Venezuela, aún reverdece el periodismo.

Los desiertos de noticias son otro de los innumerables desafíos que enfrenta el ejercicio periodístico en Venezuela, panorama al que se suma la transformación del ecosistema mediático a nivel global. Pero ha sido en medio de estas restricciones y cambios económicos, sociales y tecnológicos, que la reinvención de los medios de comunicación ha resultado en experiencias que logran contrarrestar la aridez de noticias, debido a que apuestan por diferentes formas de producir y distribuir contenidos locales en las que la colaboración y la relación directa con las audiciendas son aspectos fundamentales. 

Hacer periodismo en contextos donde la cobertura de hechos de interés público está constantemente condicionada por la censura, la violencia y el deterioro de la infraestructura comunicacional, es particularmente difícil. Sin embargo, en el caso venezolano estos retos han supuesto celeridad al momento de encontrar soluciones efectivas para adaptarse a tales obstáculos, superar las barreras y continuar informando. 

Los desiertos de noticias son otro de los innumerables desafíos que enfrenta el ejercicio periodístico en Venezuela, panorama al que se suma la transformación del ecosistema mediático a nivel global. Pero ha sido en medio de estas restricciones y cambios económicos, sociales y tecnológicos, que la reinvención de los medios de comunicación ha resultado en experiencias que logran contrarrestar la aridez de noticias, debido a que apuestan por diferentes formas de producir y distribuir contenidos locales en las que la colaboración y la relación directa con las audiciendas son aspectos fundamentales. 

Hacer periodismo en contextos donde la cobertura de hechos de interés público está constantemente condicionada por la censura, la violencia y el deterioro de la infraestructura comunicacional, es particularmente difícil. Sin embargo, en el caso venezolano estos retos han supuesto celeridad al momento de encontrar soluciones efectivas para adaptarse a tales obstáculos, superar las barreras y continuar informando. 

Los oasis informativos justamente reflejan esa tendencia que busca oponerse a los factores de inestabilidad, miedo y silencio, que predominan en un país marcado por las restricciones a la libertad de prensa y de expresión. Por lo que a pesar de las condiciones adversas, el periodismo plural, independiente y de calidad, ha adoptado prácticas innovadoras que reverdecen comunidades en donde prevalece la sequía de información. 

Es así como este fenómeno ha dado origen a nuevas formas de ejercer la labor periodística, que se centran en rescatar la esencia de la profesión y en usar narrativas enfocadas en el entorno social. Se trata de propuestas exitosas que han sido aplicadas por medios tradicionales y digitales, e incluso resultaron en la creación de medios offline. Independientemente de sus formatos, todos tienen en común varios elementos claves que los hacen ser oasis: el hiperlocalismo, el trabajo en red, el periodismo colaborativo, el soporte vecinal, y la combinación de la adaptabilidad y la resiliencia.

Para una mejor definición de estos aspectos esenciales, conviene describir cómo han sido implementados por algunos de los medios de comunicación que han cultivado el periodismo en un terreno que parecía ser infértil. Entre los ejemplos destacados están El Bus TV, medio independiente y alternativo, que se basa en el periodismo offline, hiperlocal y de servicios; El Pitazo, portal digital independiente que se distingue por su cobertura de todas las regiones de Venezuela y su Red de Infociudadanos; Radio Fe y Alegría, que cuenta con emisoras distribuidas en distintas entidades del país desde las que se promueve el diálogo y la participación de las audiencias.

Los oasis informativos justamente reflejan esa tendencia que busca oponerse a los factores de inestabilidad, miedo y silencio, que predominan en un país marcado por las restricciones a la libertad de prensa y de expresión. Por lo que a pesar de las condiciones adversas, el periodismo plural, independiente y de calidad, ha adoptado prácticas innovadoras que reverdecen comunidades en donde prevalece la sequía de información. 

Es así como este fenómeno ha dado origen a nuevas formas de ejercer la labor periodística, que se centran en rescatar la esencia de la profesión y en usar narrativas enfocadas en el entorno social. Se trata de propuestas exitosas que han sido aplicadas por medios tradicionales y digitales, e incluso resultaron en la creación de medios offline. Independientemente de sus formatos, todos tienen en común varios elementos claves que los hacen ser oasis: el hiperlocalismo, el trabajo en red, el periodismo colaborativo, el soporte vecinal, y la combinación de la adaptabilidad y la resiliencia.

Para una mejor definición de estos aspectos esenciales, conviene describir cómo han sido implementados por algunos de los medios de comunicación que han cultivado el periodismo en un terreno que parecía ser infértil. Entre los ejemplos destacados están El Bus TV, medio independiente y alternativo, que se basa en el periodismo offline, hiperlocal y de servicios; El Pitazo, portal digital independiente que se distingue por su cobertura de todas las regiones de Venezuela y su Red de Infociudadanos; Radio Fe y Alegría, que cuenta con emisoras distribuidas en distintas entidades del país desde las que se promueve el diálogo y la participación de las audiencias.

El hiperlocalismo

Los oasis informativos, por lo general, tienen presencia en zonas que son consideradas desiertos de noticias, es decir, que cuentan con escasa o nula presencia de medios de comunicación. Pero, estas plataformas no solo están en rincones del territorio en donde no llegan otros medios, también dan cobertura y preponderancia a la información local. De acuerdo con los datos del estudio Atlas del Silencio: los desiertos de noticias en Venezuela, de IPYS Venezuela, el portal de noticias independiente El Pitazo y las emisoras de Radio Fe y Alegría se ubicaron entre los medios más referidos por los consultados. 

Radio Fe y Alegría cuenta con una red de emisoras con sedes en localidades como El Nula y Guasdualito, estado Apure; El Tigre, estado Anzoátegui; Tucupita, estado Delta Amacuro; Machiques y La Guajira, estado Zulia; entre otras. Por su parte, El Pitazo fue mencionado como medio en sitios como Tinaquillo, estado Cojedes; San Rafael de Onoto, estado Portuguesa; y Mariguitar, estado Sucre; solo por citar unos pocos. 

Además, este medio en particular cuenta con una Red de corresponsales en todo el territorio nacional. César Batiz, director de El Pitazo, señala que “con los reporteros que tiene el medio en todas las regiones del país: en Oriente, en Occidente, en Los Llanos, en Los Andes, en el Zulia, en Caracas, tratan de contar esas historias locales”.

El hiperlocalismo de los oasis informativos puede llegar a ser tal que La Cruz TV, que es una iniciativa creada en el seno de El Bus TV, hace vida en un barrio caraqueño llamado La Cruz. Asimismo, La Parada TV llega a puntos de la ciudad capital como Chapellín, Bello Campo y La Lucha. Eso sin contar que El Bus TV —que inició dando noticias en autobuses de Caracas con un marco de cartón que emulaba una televisión—, hoy en día tiene presencia a nivel nacional en Zulia, Mérida, Táchira, Trujillo, Bolívar, Carabobo, Nueva Esparta, Miranda y Distrito Capital. 

La información local tiene un espacio notable para estas plataformas de comunicación a la hora de realizar las coberturas y transmitir los contenidos. La coordinadora de Servicios Informativos Nacionales de Radio Fe y Alegría, Iraní Acosta, explica que en este medio tienen productos comunes y no comunes. Los primeros son de alcance nacional y los segundos de ámbito más regional o local.  

En cuanto a los productos regionales, Acosta cuenta que pueden abordar temas de interés para un solo estado o para varios. Por ejemplo, si se trata de un contenido relevante para Zulia, todas las emisoras de la red en ese estado lo difunden, y si se trata de una temática vinculada con las fronteras lo transmiten las emisoras de Radio Fe y Alegría en Apure, en Zulia, en Táchira e incluso en Mérida, entidad que —a su juicio muchas veces cumple con dinámicas fronterizas sin estar necesariamente ubicada en los límites del país. 

Pese a que la mayoría de los medios de comunicación buscan contar historias de alcance más nacional e internacional, los oasis informativos hacen un esfuerzo por retratar realidades cercanas a veces ignoradas. En ese proceso, hasta las tradiciones y costumbres comunitarias son material noticioso. 

“En El Nula (Apure), no existen otros medios y los medios que se suponen de alcance nacional no llegan allá. Y allí vive gente, vive gente en una zona fronteriza que enfrenta situaciones, que tiene  historias que merecen ser visibilizadas y que hay que contarles al resto del país”, destaca Acosta, quien además sostiene que casos de ciudades como Tucupita parecen solo existir en los noticieros de Radio Fe y Alegría.  

Así este tipo de periodismo nace de la necesidad de atender a comunidades que han sido opacadas. En estos lugares donde la incertidumbre y el silencio rodean a la población, el periodismo hiperlocal emerge para ofrecer contenidos a los ciudadanos que cubran esa  información de interés público que estaba siendo ignorada. 

Es por ello que los medios que adoptan esta modalidad son importantes, puesto que crean nuevas oportunidades e inspiran a sus audiencias a que asuman un rol que no solo se enfoque en la reflexión sino en la acción respecto a estos temas. De manera que funcionan como un servicio para los ciudadanos, quienes a su vez participan activamente para que el proceso comunicativo sea más eficaz. 

El trabajo en red

Los oasis no solo deben ser hiperlocales, también deben tejer redes de confianza para combatir los desiertos. Este método de trabajo que puede emplearse en el periodismo, como en otras disciplinas, sirve para articular mejor los objetivos del medio, organización o empresa, porque permite el fortalecimiento de todas las áreas de desempeño, favoreciendo a que se puedan aprovechar al máximo los recursos humanos y financieros con los que se cuenta. Es una forma de hacer las cosas que implica ir tejiendo relaciones mediante el mutuo aprendizaje, que es imprescindible cuando se enfrentan desafíos que no se pueden superar individualmente. 

El Pitazo, uno de los medios más censurados en Venezuela, ha logrado sobreponerse a estas restricciones y esto se debe en gran parte a su trabajo en red. La mayor fortaleza de este medio se encuentra en cómo está estructurado. Además de apoyarse en su equipo central y en una Red de Corresponsales que está presente en todo el país, El Pitazo se ha dedicado a formar infociudadanos para que, desde sus comunidades, estas personas sean fuentes de información confiables y de calidad para sus vecinos, y para alguno de los medios de comunicación que den cobertura a las localidades que habitan.

Para actuar en red, la capacitación y formación son dos elementos importantes. Impulsar estos espacios contribuye no solo al crecimiento de quienes conforman el medio sino también de sus audiencias. Las transformaciones en los modos de hacer periodismo asimismo significan cambios en cómo la gente se informa. En El Bus TV se puede ver reflejado este enfoque de trabajo en la manera que funcionan cada una de sus iniciativas. 

Desde los reporteros  y comunicadores que aprendieron a difundir noticias en distintos formatos offline, hasta los ciudadanos que divulgan estas informaciones a través de las ventanas de su casa, o la de algún vecino, El Bus TV ha conseguido con sus estrategias fomentar una dinámica comunicativa en la que los aportes se dan y se reciben.

Además de favorecer  la capacidad de adaptación de los medios en lugares con una realidad compleja, trabajar en redes supone que estas plataformas periodísticas creen espacios libres y diversos, y que estén dispuestas a la experimentación de nuevas metodologías e iniciativas soportadas en el esfuerzo conjunto. 

En este sentido, los aportes que brinda cada quien desde su experiencia y campo de acción, deben ser coordinados y por tanto requieren de planificación y organización para que se cumplan los propósitos acordados, ya sea en relación con los abordajes temáticos y su alcance, la redacción, el soporte audiovisual, la formulación de proyectos, la administración de los insumos disponibles, entre otros. Este proceso posibilita que se complementen las competencias de cada individuo que integra la red, así como los puntos en común entre ellos, siendo un mecanismo que también sirve para la acumulación de experiencias para que no se repitan errores. 

El hiperlocalismo

Los oasis informativos, por lo general, tienen presencia en zonas que son consideradas desiertos de noticias, es decir, que cuentan con escasa o nula presencia de medios de comunicación. Pero, estas plataformas no solo están en rincones del territorio en donde no llegan otros medios, también dan cobertura y preponderancia a la información local. De acuerdo con los datos del estudio Atlas del Silencio: los desiertos de noticias en Venezuela, de IPYS Venezuela, el portal de noticias independiente El Pitazo y las emisoras de Radio Fe y Alegría se ubicaron entre los medios más referidos por los consultados. 

Radio Fe y Alegría cuenta con una red de emisoras con sedes en localidades como El Nula y Guasdualito, estado Apure; El Tigre, estado Anzoátegui; Tucupita, estado Delta Amacuro; Machiques y La Guajira, estado Zulia; entre otras. Por su parte, El Pitazo fue mencionado como medio en sitios como Tinaquillo, estado Cojedes; San Rafael de Onoto, estado Portuguesa; y Mariguitar, estado Sucre; solo por citar unos pocos. 

Además, este medio en particular cuenta con una Red de corresponsales en todo el territorio nacional. César Batiz, director de El Pitazo, señala que “con los reporteros que tiene el medio en todas las regiones del país: en Oriente, en Occidente, en Los Llanos, en Los Andes, en el Zulia, en Caracas, tratan de contar esas historias locales”.

El hiperlocalismo de los oasis informativos puede llegar a ser tal que La Cruz TV, que es una iniciativa creada en el seno de El Bus TV, hace vida en un barrio caraqueño llamado La Cruz. Asimismo, La Parada TV llega a puntos de la ciudad capital como Chapellín, Bello Campo y La Lucha. Eso sin contar que El Bus TV —que inició dando noticias en autobuses de Caracas con un marco de cartón que emulaba una televisión—, hoy en día tiene presencia a nivel nacional en Zulia, Mérida, Táchira, Trujillo, Bolívar, Carabobo, Nueva Esparta, Miranda y Distrito Capital. 

La información local tiene un espacio notable para estas plataformas de comunicación a la hora de realizar las coberturas y transmitir los contenidos. La coordinadora de Servicios Informativos Nacionales de Radio Fe y Alegría, Iraní Acosta, explica que en este medio tienen productos comunes y no comunes. Los primeros son de alcance nacional y los segundos de ámbito más regional o local.  

En cuanto a los productos regionales, Acosta cuenta que pueden abordar temas de interés para un solo estado o para varios. Por ejemplo, si se trata de un contenido relevante para Zulia, todas las emisoras de la red en ese estado lo difunden, y si se trata de una temática vinculada con las fronteras lo transmiten las emisoras de Radio Fe y Alegría en Apure, en Zulia, en Táchira e incluso en Mérida, entidad que —a su juicio muchas veces cumple con dinámicas fronterizas sin estar necesariamente ubicada en los límites del país. 

Pese a que la mayoría de los medios de comunicación buscan contar historias de alcance más nacional e internacional, los oasis informativos hacen un esfuerzo por retratar realidades cercanas a veces ignoradas. En ese proceso, hasta las tradiciones y costumbres comunitarias son material noticioso. 

“En El Nula (Apure), no existen otros medios y los medios que se suponen de alcance nacional no llegan allá. Y allí vive gente, vive gente en una zona fronteriza que enfrenta situaciones, que tiene  historias que merecen ser visibilizadas y que hay que contarles al resto del país”, destaca Acosta, quien además sostiene que casos de ciudades como Tucupita parecen solo existir en los noticieros de Radio Fe y Alegría.  

Así este tipo de periodismo nace de la necesidad de atender a comunidades que han sido opacadas. En estos lugares donde la incertidumbre y el silencio rodean a la población, el periodismo hiperlocal emerge para ofrecer contenidos a los ciudadanos que cubran esa  información de interés público que estaba siendo ignorada. 

Es por ello que los medios que adoptan esta modalidad son importantes, puesto que crean nuevas oportunidades e inspiran a sus audiencias a que asuman un rol que no solo se enfoque en la reflexión sino en la acción respecto a estos temas. De manera que funcionan como un servicio para los ciudadanos, quienes a su vez participan activamente para que el proceso comunicativo sea más eficaz. 

El trabajo en red

Los oasis no solo deben ser hiperlocales, también deben tejer redes de confianza para combatir los desiertos. Este método de trabajo que puede emplearse en el periodismo, como en otras disciplinas, sirve para articular mejor los objetivos del medio, organización o empresa, porque permite el fortalecimiento de todas las áreas de desempeño, favoreciendo a que se puedan aprovechar al máximo los recursos humanos y financieros con los que se cuenta. Es una forma de hacer las cosas que implica ir tejiendo relaciones mediante el mutuo aprendizaje, que es imprescindible cuando se enfrentan desafíos que no se pueden superar individualmente. 

El Pitazo, uno de los medios más censurados en Venezuela, ha logrado sobreponerse a estas restricciones y esto se debe en gran parte a su trabajo en red. La mayor fortaleza de este medio se encuentra en cómo está estructurado. Además de apoyarse en su equipo central y en una Red de Corresponsales que está presente en todo el país, El Pitazo se ha dedicado a formar infociudadanos para que, desde sus comunidades, estas personas sean fuentes de información confiables y de calidad para sus vecinos, y para alguno de los medios de comunicación que den cobertura a las localidades que habitan.

Para actuar en red, la capacitación y formación son dos elementos importantes. Impulsar estos espacios contribuye no solo al crecimiento de quienes conforman el medio sino también de sus audiencias. Las transformaciones en los modos de hacer periodismo asimismo significan cambios en cómo la gente se informa. En El Bus TV se puede ver reflejado este enfoque de trabajo en la manera que funcionan cada una de sus iniciativas. 

Desde los reporteros  y comunicadores que aprendieron a difundir noticias en distintos formatos offline, hasta los ciudadanos que divulgan estas informaciones a través de las ventanas de su casa, o la de algún vecino, El Bus TV ha conseguido con sus estrategias fomentar una dinámica comunicativa en la que los aportes se dan y se reciben.

Además de favorecer  la capacidad de adaptación de los medios en lugares con una realidad compleja, trabajar en redes supone que estas plataformas periodísticas creen espacios libres y diversos, y que estén dispuestas a la experimentación de nuevas metodologías e iniciativas soportadas en el esfuerzo conjunto. 

En este sentido, los aportes que brinda cada quien desde su experiencia y campo de acción, deben ser coordinados y por tanto requieren de planificación y organización para que se cumplan los propósitos acordados, ya sea en relación con los abordajes temáticos y su alcance, la redacción, el soporte audiovisual, la formulación de proyectos, la administración de los insumos disponibles, entre otros. Este proceso posibilita que se complementen las competencias de cada individuo que integra la red, así como los puntos en común entre ellos, siendo un mecanismo que también sirve para la acumulación de experiencias para que no se repitan errores. 

El periodismo colaborativo 

La colaboración emerge como un recurso muy utilizado en la práctica periodística de las iniciativas comunicacionales que luchan contra los desiertos de noticias. Por ejemplo, los papelógrafos son una estrategia de El Bus TV a través de la cual en láminas grandes de papel difunden contenidos noticiosos. Las informaciones que transmiten son nacionales y locales, y tienen una línea temática llamada “El Bus TV y el derecho a la información”, con la que replican trabajos periodísticos de medios digitales que han sido bloqueados como Armando.info, Runrunes y El Pitazo. El objetivo es llevar los datos más resaltantes de esas investigaciones a personas que tienen escaso acceso a internet. 

Hacer periodismo colaborativo y en alianza también se trata de tener una perspectiva multidisciplinaria en la teoría y en la práctica de las labores informativas. Bien sea que se trate de medios con equipos de largo alcance o de redacciones pequeñas, estos no tienen que hacer todo solos. Esta modalidad igualmente se nutre del trabajo en red porque reúne a profesionales de distintas áreas para potenciar la ejecución de proyectos comunicacionales que buscan tener un mayor impacto social.

Radio Fe y Alegría ha realizado trabajos de manera conjunta con Reporte Ya, Efecto CocuyoEl Pitazo, Diario La Nación, Prodavinci, entre otros. Pero además hacen un trabajo conjunto con radios comunitarias y forman parte de organizaciones como la Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular (ALER) y la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC).  

Iraní Acosta refirió que en ALER elaboran un producto noticioso que se llama “Contacto Sur”, que es un noticiero que se hace con la participación de locutores de las radios de Ecuador, Argentina, Brasil, México, República Dominicana y El Salvador. Además, tienen productos compartidos con otras radios e instituciones como “Habla Caracas” con Radio Comunidad, y “Creemos Alianza Ciudadana Radio” con la organización Creemos Alianza Ciudadana. 

En el caso de El Pitazo, que ha hecho colaboraciones con Tal Cual y Runrunes, medios con los que conforma la llamada “Alianza Rebelde” —una iniciativa comercial para sostener el periodismo independiente en Venezuela—, también se ha aliado con otras organizaciones y medios, nacionales e internacionales, para llevar a cabo investigaciones periodísticas de largo aliento que destacan por la sinergia entre formatos tradicionales y digitales, e incluso este medio ha experimentado con el periodismo performático, que se cruza con otras artes como el teatro, la fotografía y el cine.

César Bátiz explicó que el periodismo performático es una forma de visibilizar historias muy duras en un escenario, y que conmover a las audiencias a través de esta práctica permite construir ese tejido social que ha roto el autoritarismo a través de la censura y de la intervención de las organizaciones sociales.  

El trabajo colaborativo también posibilita relatar hechos que trascienden los límites geográficos del país, pero que no se desvinculan de la realidad venezolana. Puede tratarse de investigaciones, cobertura en diversos formatos multimedia, o eventos, por mencionar algunas de las posibilidades, lo que importa es que mediante esta estrategia los periodistas y los medios aumentan sus capacidades técnicas y de financiamiento que son fundamentales para alcanzar sus propósitos. Igualmente, aportan diversidad en la forma en que se define la hoja de ruta a seguir para realizar estas actividades, y en cómo se analizarán los logros una vez que se concreten.

El soporte vecinal

La estrecha relación con sus audiencias forma parte de los ejes sobre los que pendulan los oasis informativos. Estos medios han encontrado en sus públicos y en las comunidades donde hacen vida importantes aliados tanto en la recepción de contenidos como en su producción y difusión. Al mismo tiempo, funcionan como vehículos integradores llegando a ser partícipes en la reconstrucción del tejido social. Es como el jardín en donde muchas plantas y flores conviven. 

La cofundadora de El Bus TV, Abril Mejías Romhany, resalta que “la relación con las comunidades es bidireccional: reciben las noticias y son fuente; escuchamos sus necesidades y buscamos responder a través del periodismo”. Mejías agrega que “como resultado del trabajo periodístico, se han abierto nuevas líneas de trabajo, apoyo y cooperación en las comunidades”. 

En sectores de Caracas como Chapellín y Bello Campo, la cofundadora de El Bus TV manifiesta que ya son parte de la vecindad y se definen como un “vecino informado”. En Bello Campo, por ejemplo, El Bus TV llegó porque los vecinos así lo pidieron y los lugareños se han integrado de tal modo que los  noticieros terminan con un café invitado por algún miembro de la comunidad y con tertulias que se realizan luego que las informaciones se transmiten. 

La participación de los vecinos en iniciativas comunicacionales también es promovida por los medios. El Pitazo ofrece talleres para formar infociudadanos con el objetivo de que cumplan el rol de reporteros comunitarios y den a conocer las historias que los afectan. César Batiz, director del portal de noticias, explica que “son esos talleres de infociudadanía, dictados por El Pitazo, en los que reconocemos que todo ciudadano tiene derecho a informar, a expresarse, pero también que necesita un entrenamiento académico, en principios éticos, en historia y en el ejercicio de la profesión, de las técnicas para ser un periodista”.  

Una iniciativa similar ha llevado a cabo desde hace mucho años Radio Fe y Alegría y son las vocerías comunitarias. Con estos programas de capacitación dirigidos a líderes en las comunidades, se enseñan a los participantes a trabajar la información de sus localidades y a presentarla en un formato noticioso. 

Además, la red de emisoras ha desarrollado experiencias para vincular a sus audiencias y mantener un contacto directo. En algunos programas “en vivo” de Radio Fe y Alegría transmiten “al aire” llamadas de los oyentes y también tienen abierto un canal de mensajería de texto, aún preferido por los radioescuchas pese al auge que han tenido las redes sociales y, en especial, la aplicación WhatsApp. De hecho, muchas de las pautas diarias de estas estaciones radiales se derivan de la interacción diaria con la audiencia. “Se crean vínculos muy cercanos, hay gente que llama fuera del aire hasta para echar un cuento. Y esa relación y esa cercanía también hacen que la gente acuda a la radio”, afirma Iraní Acosta. 

El periodismo colaborativo 

La colaboración emerge como un recurso muy utilizado en la práctica periodística de las iniciativas comunicacionales que luchan contra los desiertos de noticias. Por ejemplo, los papelógrafos son una estrategia de El Bus TV a través de la cual en láminas grandes de papel difunden contenidos noticiosos. Las informaciones que transmiten son nacionales y locales, y tienen una línea temática llamada “El Bus TV y el derecho a la información”, con la que replican trabajos periodísticos de medios digitales que han sido bloqueados como Armando.info, Runrunes y El Pitazo. El objetivo es llevar los datos más resaltantes de esas investigaciones a personas que tienen escaso acceso a internet. 

Hacer periodismo colaborativo y en alianza también se trata de tener una perspectiva multidisciplinaria en la teoría y en la práctica de las labores informativas. Bien sea que se trate de medios con equipos de largo alcance o de redacciones pequeñas, estos no tienen que hacer todo solos. Esta modalidad igualmente se nutre del trabajo en red porque reúne a profesionales de distintas áreas para potenciar la ejecución de proyectos comunicacionales que buscan tener un mayor impacto social.

Radio Fe y Alegría ha realizado trabajos de manera conjunta con Reporte Ya, Efecto CocuyoEl Pitazo, Diario La Nación, Prodavinci, entre otros. Pero además hacen un trabajo conjunto con radios comunitarias y forman parte de organizaciones como la Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular (ALER) y la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC).  

Iraní Acosta refirió que en ALER elaboran un producto noticioso que se llama “Contacto Sur”, que es un noticiero que se hace con la participación de locutores de las radios de Ecuador, Argentina, Brasil, México, República Dominicana y El Salvador. Además, tienen productos compartidos con otras radios e instituciones como “Habla Caracas” con Radio Comunidad, y “Creemos Alianza Ciudadana Radio” con la organización Creemos Alianza Ciudadana. 

En el caso de El Pitazo, que ha hecho colaboraciones con Tal Cual y Runrunes, medios con los que conforma la llamada “Alianza Rebelde” —una iniciativa comercial para sostener el periodismo independiente en Venezuela—, también se ha aliado con otras organizaciones y medios, nacionales e internacionales, para llevar a cabo investigaciones periodísticas de largo aliento que destacan por la sinergia entre formatos tradicionales y digitales, e incluso este medio ha experimentado con el periodismo performático, que se cruza con otras artes como el teatro, la fotografía y el cine.

César Bátiz explicó que el periodismo performático es una forma de visibilizar historias muy duras en un escenario, y que conmover a las audiencias a través de esta práctica permite construir ese tejido social que ha roto el autoritarismo a través de la censura y de la intervención de las organizaciones sociales.  

El trabajo colaborativo también posibilita relatar hechos que trascienden los límites geográficos del país, pero que no se desvinculan de la realidad venezolana. Puede tratarse de investigaciones, cobertura en diversos formatos multimedia, o eventos, por mencionar algunas de las posibilidades, lo que importa es que mediante esta estrategia los periodistas y los medios aumentan sus capacidades técnicas y de financiamiento que son fundamentales para alcanzar sus propósitos. Igualmente, aportan diversidad en la forma en que se define la hoja de ruta a seguir para realizar estas actividades, y en cómo se analizarán los logros una vez que se concreten.

El soporte vecinal

La estrecha relación con sus audiencias forma parte de los ejes sobre los que pendulan los oasis informativos. Estos medios han encontrado en sus públicos y en las comunidades donde hacen vida importantes aliados tanto en la recepción de contenidos como en su producción y difusión. Al mismo tiempo, funcionan como vehículos integradores llegando a ser partícipes en la reconstrucción del tejido social. Es como el jardín en donde muchas plantas y flores conviven. 

La cofundadora de El Bus TV, Abril Mejías Romhany, resalta que “la relación con las comunidades es bidireccional: reciben las noticias y son fuente; escuchamos sus necesidades y buscamos responder a través del periodismo”. Mejías agrega que “como resultado del trabajo periodístico, se han abierto nuevas líneas de trabajo, apoyo y cooperación en las comunidades”. 

En sectores de Caracas como Chapellín y Bello Campo, la cofundadora de El Bus TV manifiesta que ya son parte de la vecindad y se definen como un “vecino informado”. En Bello Campo, por ejemplo, El Bus TV llegó porque los vecinos así lo pidieron y los lugareños se han integrado de tal modo que los  noticieros terminan con un café invitado por algún miembro de la comunidad y con tertulias que se realizan luego que las informaciones se transmiten. 

La participación de los vecinos en iniciativas comunicacionales también es promovida por los medios. El Pitazo ofrece talleres para formar infociudadanos con el objetivo de que cumplan el rol de reporteros comunitarios y den a conocer las historias que los afectan. César Batiz, director del portal de noticias, explica que “son esos talleres de infociudadanía, dictados por El Pitazo, en los que reconocemos que todo ciudadano tiene derecho a informar, a expresarse, pero también que necesita un entrenamiento académico, en principios éticos, en historia y en el ejercicio de la profesión, de las técnicas para ser un periodista”.  

Una iniciativa similar ha llevado a cabo desde hace mucho años Radio Fe y Alegría y son las vocerías comunitarias. Con estos programas de capacitación dirigidos a líderes en las comunidades, se enseñan a los participantes a trabajar la información de sus localidades y a presentarla en un formato noticioso. 

Además, la red de emisoras ha desarrollado experiencias para vincular a sus audiencias y mantener un contacto directo. En algunos programas “en vivo” de Radio Fe y Alegría transmiten “al aire” llamadas de los oyentes y también tienen abierto un canal de mensajería de texto, aún preferido por los radioescuchas pese al auge que han tenido las redes sociales y, en especial, la aplicación WhatsApp. De hecho, muchas de las pautas diarias de estas estaciones radiales se derivan de la interacción diaria con la audiencia. “Se crean vínculos muy cercanos, hay gente que llama fuera del aire hasta para echar un cuento. Y esa relación y esa cercanía también hacen que la gente acuda a la radio”, afirma Iraní Acosta. 

La adaptabilidad y la resiliencia

Si hay una característica de los oasis informativos esa es su adaptabilidad y resiliencia. Estas experiencias comunicacionales son capaces de innovar para adecuarse a contextos adversos y hacerlo con éxito. Por ejemplo, la pandemia por Covid-19 ha trastocado la dinámica en muchos medios de comunicación, y para algunos este panorama ha sido punto de partida para transformaciones importantes. 

En el caso de El Bus TV, la cuarentena influyó en que La Parada TV, una de sus estrategias, evolucionara a La Ventana TV y que aparecieran los papelógrafos, que son los periódicos murales en los que se escribe y difunde información para luego pegarse en paredes de las diferentes comunidades a las que llega este medio. Así fue como una iniciativa que surgió en los autobuses terminó convirtiéndose en varias experiencias con resultados positivos porque ahora cubren las necesidades informativas de más personas. 

En Radio Fe y Alegría la adaptabilidad también responde al interés de llegar a las audiencias y no dejarlas desprovistas de información. Más allá de distribuir sus contenidos a través de la radio y de su página web, radiofeyalegrianoticias.com, Iraní Acosta señala que para poder responder a su audiencia consideran que es primordial mantener una interacción diaria con estas personas, de forma presencial y virtual.                          

Otro caso que refleja estas cualidades es el de “Un Café con El Pitazo”, una iniciativa creada por este medio que consiste en encuentros comunitarios y presenciales, realizados en diversos sectores de Caracas, en los que ciudadanos acompañados de periodistas reciben herramientas orientadas a las necesidades de quienes habitan en esos zonas mientras se toman un café. 

Esta manera de focalizar el periodismo promueve la participación de las audiencias y ayuda a la difusión de productos informativos que sean acordes a las realidades locales. En abril de 2020, ante la imposibilidad de salir a las calles debido a la pandemia causada por el coronavirus, El Pitazo aprovechó para hacer estos foros por WhatsApp.

Así es que a pesar de las limitaciones y de los graves riesgos que hoy rodean al ejercicio periodístico en el país, se mantiene el optimismo y el ingenio a la hora de desempeñar este oficio con rigor, responsabilidad e innovación. En Venezuela, hay oasis donde existe un periodismo que es resiliente, que se apoya en el trabajo en red y establece alianzas, que recurre a la interacción directa con las audiencias y narra realidades nacionales desde una mirada local. Un periodismo que en un clima de vulnerabilidad, no deja de prosperar.

La adaptabilidad y la resiliencia

Si hay una característica de los oasis informativos esa es su adaptabilidad y resiliencia. Estas experiencias comunicacionales son capaces de innovar para adecuarse a contextos adversos y hacerlo con éxito. Por ejemplo, la pandemia por Covid-19 ha trastocado la dinámica en muchos medios de comunicación, y para algunos este panorama ha sido punto de partida para transformaciones importantes. 

En el caso de El Bus TV, la cuarentena influyó en que La Parada TV, una de sus estrategias, evolucionara a La Ventana TV y que aparecieran los papelógrafos, que son los periódicos murales en los que se escribe y difunde información para luego pegarse en paredes de las diferentes comunidades a las que llega este medio. Así fue como una iniciativa que surgió en los autobuses terminó convirtiéndose en varias experiencias con resultados positivos porque ahora cubren las necesidades informativas de más personas. 

En Radio Fe y Alegría la adaptabilidad también responde al interés de llegar a las audiencias y no dejarlas desprovistas de información. Más allá de distribuir sus contenidos a través de la radio y de su página web, radiofeyalegrianoticias.com, Iraní Acosta señala que para poder responder a su audiencia consideran que es primordial mantener una interacción diaria con estas personas, de forma presencial y virtual.                          

Otro caso que refleja estas cualidades es el de “Un Café con El Pitazo”, una iniciativa creada por este medio que consiste en encuentros comunitarios y presenciales, realizados en diversos sectores de Caracas, en los que ciudadanos acompañados de periodistas reciben herramientas orientadas a las necesidades de quienes habitan en esos zonas mientras se toman un café. 

Esta manera de focalizar el periodismo promueve la participación de las audiencias y ayuda a la difusión de productos informativos que sean acordes a las realidades locales. En abril de 2020, ante la imposibilidad de salir a las calles debido a la pandemia causada por el coronavirus, El Pitazo aprovechó para hacer estos foros por WhatsApp.

Así es que a pesar de las limitaciones y de los graves riesgos que hoy rodean al ejercicio periodístico en el país, se mantiene el optimismo y el ingenio a la hora de desempeñar este oficio con rigor, responsabilidad e innovación. En Venezuela, hay oasis donde existe un periodismo que es resiliente, que se apoya en el trabajo en red y establece alianzas, que recurre a la interacción directa con las audiencias y narra realidades nacionales desde una mirada local. Un periodismo que en un clima de vulnerabilidad, no deja de prosperar.