IPYS Instituto Prensa y Sociedad Venezuela
El 9 de mayo de 2014, funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), cuerpo de seguridad del Estado, solicitaron a Gustavo Montana, locutor del programa de corte informativo, “Así es la cosa”, trasmitido por Unión Radio 88.1 FM, información sobre sus más recientes invitados: dos abogados que denunciaron sobre la violación de derechos humanos en Venezuela. El hecho ocurrió en Ciudad Guayana, estado Bolívar, al sur del país.
El locutor Gustavo Montana relató a IPYS Venezuela, que el 9 de mayo pasado, fueron invitados al programa Alfredo Romero, Director del Foro Penal Venezolano, junto a otros dos abogados, cuyos nombres no fueron revelados, para hablar sobre las violaciones de los Derechos Humanos en Venezuela, específicamente los casos registrados en el estado Bolívar. Fue durante la transmisión en vivo de este programa cuando los funcionarios se acercaron por primera vez a la emisora, comunicándose con los cinco o seis trabajadores del Foro Penal, que según el locutor, se encontraban afuera de la sede del medio.
Una vez culminado el programa, aproximadamente 15 minutos después de que los invitados se fueran, llegaron a la emisora tres presuntos funcionarios, de los cuales sólo uno usaba una chaqueta que lo identificaba como tal, mientras que los otros vestían de civiles, solicitando la presencia del locutor Gustavo Montana. Los agentes de seguridad del Estado, le indicaron a Montana que deseaban obtener información acerca de las personas que acompañaban a Alfredo Romero, además de una copia del programa que se llevó a cabo esa mañana. “Como ciudadano me niego a dar esa información”, dice. Pues además, no tenían orden de tribual alguno.
El conductor asegura que los efectivos no fueron bruscos ni agresivos al momento de solicitar la información, pero que “quizás” si usaron un tono intimidatorio. “No. Y si vas a hacer algo me avisas, para tomar mi micrófono y denunciar públicamente esta amenaza”, fue la respuesta del comunicador a los funcionarios, a lo que estos “pusieron mala cara”. Sin más palabras, Montana entró y cerró la puerta tras él. Los funcionarios se fueron.
“Todos nos vamos a morir de algo, pero que ese algo no sea el miedo”, dice el locutor. Asegura además que esta es solo una muestra de las acciones que funcionarios de seguridad del Estado, realizan para amedrentar a periodistas y abogados. “Es bueno que se haga ruido de estas amenazas”, dice. Por último indica, que el día de mañana volverá a entrevistar a los mencionados invitados. Sin miedo.
