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El 20 de marzo de 2014, Dayana Méndez, reportera del diario Notitarde, impreso de circulación regional, ubicado en el estado Carabobo, fue agredida y posteriormente detenida por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), cuando hacía cobertura de un enfrentamiento entre este cuerpo de seguridad del Estado y un grupo de personas que manifestaban en el sector El Trigal, ubicado en el estado Carabobo.
Dayana Méndez, reportera del diario Notitarde relató a IPYS que alrededor de las 6 de la tarde del jueves 20 de marzo, se encontraba haciendo una cobertura de un enfrentamiento entre un grupo numeroso de manifestantes y efectivos de la policía del estado Carabobo en el distribuidor El Trigal del estado Carabobo.
Durante una mediación entre ambos grupos para amilanar la protesta, los manifestantes se retiraron hacia la autopista e incendiaron una gandola, por lo que los efectivos policiales dejaron que los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana se hicieran cargo de la situación para controlar la manifestación.
Méndez aseguró que ella esperaba a la altura del distribuidor a su compañero, el reportero gráfico Raúl Araque, quien tomaba fotografía de los hechos, cuando un grupo de 150 hombres a bordo de motocicletas aparecieron en el lugar. Al cabo de unos minutos, los funcionarios de la GNB comenzaron a lanzar bombas lacrimógenas y detener a los manifestantes.
La reportera dijo que comenzó a correr para escapar del gas lacrimógeno cuando fue alcanzada en las piernas por unos perdigones que fueron disparados por un funcionario de la GNB. Aseguró que un efectivo militar en medio de insultos le quitó la máscara antigas y le pidió entregar su teléfono celular, el cual la reportera ocultaba dentro de su chaleco antibalas. El funcionario militar le arrebató el chaleco y también la despojó de una cámara fotográfica.
Aunque Méndez se identificó como reportera, los funcionarios no le creyeron, y lograron arrinconarla en compañía de un conocido, frente a una pared.
La reportera explicó que ambos se encontraban afectados por el gas lacrimógeno al momento en que los funcionarios le dispararon perdigones en repetidas oportunidades a la altura de las rodillas con el fin de inmovilizarlos contra el suelo. También dijo que un tercer disparo de perdigón lo recibió en el rostro.
Méndez fue detenida junto con un grupo de manifestantes y fueron trasladados al Destacamento 24 de la Guardia Nacional Bolivariana, ubicado en Mañongo, estado Carabobo, donde permaneció detenida por 8 horas, hasta las 4 de la madrugada del viernes 21 de marzo de 2014, cuando los funcionarios de la GNB pudieron corroborar que Méndez trabajaba para un medio de comunicación.
Al momento de su liberación, la reportera solicitó a los funcionarios militares que le devolvieran su equipo de seguridad para cubrir manifestaciones, y del que le habían despojado los funcionarios militares en el distribuidor El Trigal. No obstante, los efectivos le informaron a la reportera que no podían responder porque quienes la habían despojado de la máscara antigas, el chaleco antibalas y su teléfono celular pertenecían al Comando Regional (CORE) número 2 de Valencia.
Los funcionarios solo le devolvieron la cámara fotográfica porque la misma fue presentada como elemento de investigación. Para el 25 de marzo de 2014, momento en el que IPYS levantó esta información, la periodista seguía sin tener conocimiento de estas herramientas de trabajo.
Dayana Méndez recordó que durante la mediación de su liberación recibió el acta de declaración jurada, así como el acta de comparecencia, con la cual pudo acudir a la medicatura forense en el estado Carabobo para hacerse el mencionado examen. Posteriormente, la reportera tuvo que mediar con la Fiscal que llevó el caso para que se le repitiera el examen, debido a que el primero no procedió.
A las dos semanas, introdujo la denuncia por agresión en la Fiscalía del estado Carabobo con Competencia en Materia de Protección de Derechos Fundamentales. Por ahora, la reportera no ha recibido información sobre un adelanto en la investigación, y luego de una serie de problemas psicológicos que ha padecido, posterior a la agresión, decidió dejar el caso en manos de las autoridades.
