González estaba tomando fotos a los manifestantes, quienes quemaban llantas de autos en protesta por haber sido desalojados de sus puestos de venta, cuando efectivos de la Policía de Caracas, lo detuvieron junto a cuatro de los rebeldes.
Posteriormente, el fotógrafo fue trasladado a la comandancia de la policía donde estuvo cuatro horas detenido. Los integrantes de Provea se comunicaron con las autoridades policiales y exigieron la liberación del fotógrafo, la cual lograron finalmente.
Al momento de irse, los policías solicitaron a González que borrara sus fotografías tomadas, algo que no hizo pues la memoria de la cámara digital ya la había entregado a sus compañeros antes de su detención. Esto permitió que la organización pudiese publicar lo ocurrido en la manifestación.