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Balance IPYSve | Delta Amacuro: entre desiertos informativos y medios sobrevivientes

  • El estado Delta Amacuro, segunda entidad con la menor población de Venezuela, posee bajos niveles de acceso a la información de interés público debido a la escasa presencia de emisoras radiales, la limitada conectividad a internet y la inexistencia de las señales abiertas de los canales nacionales

  • Un monitoreo de contenidos realizado a las tres emisoras de mayor alcance en el estado determinó que en menos del 17% del tiempo observado las estaciones de radio contaron con programaciones informativas

  • Las fallas de conexión son otro obstáculo que experimentan los habitantes de la entidad oriental. Según 30 mediciones ejecutadas por IPYS Venezuela a través de la metodología de MLAB concluyó que 1.11 megabit por segundo (mbps) es la velocidad promedio que tienen los ciudadanos al acceder a internet

Delta Amacuro vive uno de sus momentos más difíciles en cuanto a las garantías informativas. La inexistencia de las programaciones de televisoras de señal abierta, la baja conectividad a internet, la crisis económica, las fallas de infraestructura, así como la censura estatal, son solo algunos de los padecimientos que vive esta entidad del oriente del país.

Reflejo de esto son los datos arrojados por el estudio Atlas del Silencio: los desiertos de noticias en Venezuela, donde el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS Venezuela) destacó que tres de los cuatro municipios que componen el estado se encuentran desiertos o en desierto moderado, es decir, en ellos son escasos o inexistentes los medios que realizan abordajes de temas de esas mismas localidades.

A lo largo y ancho de su territorio, este estado solo cuenta con tres televisoras regionales, 13 emisoras radiales y dos medios digitales, de los cuales uno previamente circulaba como impreso hasta que desapareció de las calles producto de la crisis estructural venezolana.

Delta Amacuro está ubicado en la región Guayana, al extremo más oriental de Venezuela. Compuesto por los municipios Pedernales, Antonio Díaz, Casacoima y Tucupita, esta región cuenta con una población de 165.525 habitantes, de acuerdo con el último censo del Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que la hace la segunda entidad del país menos poblada, estando solo por encima de Amazonas.

Caracterizado por ser el único estado de Venezuela con una salida directa al Océano Atlántico, además de tener la desembocadura del río Orinoco, es un territorio al que se puede acceder mayormente a través de rutas fluviales. Llegar por carretera a Tucupita, la capital, supone emprender un viaje desde Ciudad Guayana, que se encuentra en el estado Bolívar, o partiendo de Maturín, en Monagas, y la duración de este trayecto es de aproximadamente dos horas y media. Solo en los municipios Tucupita y parte de Casacoima existen carreteras, y justamente en estas dos zonas se concentran los medios de comunicación de la entidad.

Por su geografía, la capital deltana está conformada por el casco central, el tramo carretero y tramo fluvial en las cuales, tanto las señales móviles, como los alcances de los medios de comunicación varían. 

Mientras el casco central tiene a su disposición los servicios de televisión por suscripción y la señal de al menos 10 de las emisoras que hacen vida en la región, en el tramo carretero los servicios de telecomunicaciones comienzan a limitarse. En este, solo la señal de cuatro estaciones de radio se encuentran disponibles y aunque algunos suscriptores pueden acceder a TV por cable, el resto debe recurrir a la televisión satelital.

En la zona más distante de Tucupita, conocida como el tramo fluvial, al igual que en los municipios Antonio Díaz y Casacoima, las opciones para acceder a contenidos noticiosos son más escasas. Solo hay disponibilidad de tres estaciones de radio que cubren las comunidades de Santa Catalina, Las Piedritas, Piacoa, Manacal de Tórtola y Varadero de Yaya en Casacoima, y Araguaimujo, Araguao, Crucero de Araguao, Boca de Araguao, Sacupana, El Remansón y Jeina en Antonio Díaz. Mientras que el servicio de televisión satelital depende de la disponibilidad de combustible para encender los generadores eléctricos.

Por su parte, el municipio Pedernales, ubicado al norte del estado, al cual solo se puede ingresar por acceso fluvial, no cuenta con señales de radio que cubran todo su territorio. Son pocas las comunidades, principalmente las indígenas y campesinas, en las que llegan las tres emisoras que tienen alcance regional. En otras zonas y sobre todo en horarios nocturnos, los ciudadanos logran escuchar informaciones de medios radiales del vecino país Trinidad y Tobago.

Televisión con pantalla gris

Las pantallas de los televisores en Delta Amacuro tienden a verse grises cuando no se dispone de un servicio por suscripción. En la entidad las transmisiones de las televisoras venezolanas en señal abierta Venevisión, Televen, Venezolana de Televisión (VTV), TVes, Vive y Meridiano Televisión dejaron de disfrutarse años atrás en los cuatro municipios de la entidad como pudo confirmar Amador Medina, corresponsal de IPYS Venezuela en la región.

En el caso de Televen, en 2010 decidió retirar sus equipos por dificultades para pagar labores de mantenimiento y seguridad en la zona de Isla de Guara, estado Monagas, lugar donde se encontraba su antena repetidora. En ese mismo sitio estaban ubicadas las antenas de VTV y de Radio Nacional de Venezuela (RNV), las cuales dejaron de operar gradualmente hasta 2012 por fallas de infraestructura.

Una persona vinculada al sector de las telecomunicaciones en Delta Amacuro que prefirió el anonimato informó a Medina que las señales de VTV y RNV pasaban el mayor tiempo fuera del aire en ese momento. Luego, solo la antena de RNV recibió mantenimiento para su migración a Radio Miraflores en 2015, pero en 2018 volvió a desaparecer de los hogares de esta entidad, y lo que fuera la sede de los transmisores vivió un desmantelamiento progresivo hasta convertirse en refugio para animales como el ganado.

Los servicios de televisión por suscripción en el estado se han convertido en la única opción para poder disfrutar de las programaciones audiovisuales. Sin embargo, la penetración es limitada y sus costos inasequibles para gran parte de los habitantes. 

El único servicio de TV pago al que tienen acceso todos los municipios de la entidad naturalmente por contar con una estructura satelital, es Simple TV, anteriormente DirecTV, empresa que se caracterizó por tener la mayor penetración de su servicio en el país de acuerdo con información de la estatal Conatel. A pesar de esto, los costos de los diferentes planes pueden verse altos para una población víctima de la Emergencia Humanitaria Compleja y como habitantes de una de las entidades más desfavorecidas por las políticas públicas.

Según información de Simple TV actualizada el 16 de septiembre, los planes que ofrece de televisión satelital van desde los casi cinco millones de bolívares (4,77 Bs.), un poco más de un dólar, hasta los más de cien millones en moneda local (100,80 Bs.) o 25 dólares, montos que para muchas familias pueden ser altos por su escaso poder adquisitivo.

La oferta en los planes de la empresa privada van desde los 72 hasta 214 canales donde también suman emisoras y espacios exclusivos para programación musical, donde además se puede acceder a los principales canales en señal abierta del país.

Solo el municipio Tucupita cuenta con otras dos empresas de televisión por suscripción. Inter Satelital y la cablera regional Cable Imagen. Esta última solo dispone de 20 canales donde pueden verse Venevisión, Televen, Vive TV, Tves, VTV, Globovisión, La Tele Tuya y Meridiano TV, además de las televisoras locales Kaina TV, TV Delta y Tucupita TV. El costo de su servicio rondaba los 3,5 dólares para el 15 de septiembre.

Inter Satelital por su parte cuenta con un plan básico que suma 40 canales entre los que están contemplados los de señal abierta nacional por una tarifa de 1.759.440,00 bolívares (1,75 Bs.) de acuerdo con la información publicada en su portal web.

El ecosistema de la televisión en Delta Amacuro se muestra en peligro de extinción para aquellos que menos recursos poseen en la entidad, panorama que a su vez amplía la aridez informativa de los ciudadanos en esa región que ya cuenta con dos de sus municipios en desiertos moderados y uno en aridez total de acuerdo con el estudio Atlas del Silencio de IPYS Venezuela.

Información radiofónica en escasez

La información a través de las ondas hertzianas en Delta Amacuro también es un insumo en escasez. Aunque la radio es el medio de comunicación tradicional que más se encuentra presente en la entidad, la variedad informativa no es muy amplia.

En esta región IPYS Venezuela logró identificar 13 emisoras que aún hacen vida en el estado, pero la mayoría no tiene presencia en los cuatro municipios que lo componen. Incluso, solo el 41% de estos medios radioeléctricos cuenta con al menos un programa de noticias que informen a los ciudadanos.

Deltanísima 89.1 FM, Ok 104.9 FM, Fe y Alegría 92.1 FM, Chévere 97.5 FM, Oceánica 98.5 FM, Sureña del Delta 89.9 FM, Caliente 107.5 FM, Triunfadora 98.7 FM, Serranía 95.1 FM, Orinoco 92.9 FM, Río 90.5 FM, Faro Luz 94.7 FM y Plenitud 103.5 FM son las emisoras que tienen programaciones activas en el estado de acuerdo con el monitoreo realizado por nuestro corresponsal en la entidad, Amador Medina.

Sin embargo, solo las emisoras Fe y Alegría 92.1 FM, Sureña del Delta 89.9 FM y Caliente 107.5 FM tienen alcance en gran parte de los cuatro municipios, pero de este grupo solo Fe y Alegría contiene espacios informativos en su programación.

Existen otras emisoras con programas de noticias, pero las mismas tienen un alcance limitado que solo cubre, en el mejor de los casos, a un municipio. Este es el escenario de las emisoras Triunfadora 98.7 FM, que se encuentra en Casacoima; y Chévere 97.5 FM y Ok 104.9 FM, las cuales tienen una cobertura que se reduce al casco central de la capital. Mientras que Río 90.5 FM cuenta con unas condiciones técnicas que le permiten llegar al casco central carretero de Tucupita, zona inmediata al centro de la capital deltana.

El resto de las emisoras que no cuentan con programas de información poseen un alcance que no supera los límites municipales, incluso algunas solo llegan a cubrir ciertas localidades. Tales son los casos de Deltanísima 89.1 FM y Oceánica 98.5 FM que apenas cubren el casco central de la capital, mientras que Orinoco 92.9 FM y Plenitud 103.5 FM llegan al casco central carretero.

Al igual que Triunfadora, Serranía 95.1 FM y Faro Luz 94.7 FM son las otras emisoras que tienen transmisiones en un municipio distinto a la capital regional. En este caso las tres estaciones radiales solo pueden ser escuchadas en el municipio Casacoima, ubicado al suroeste de la entidad.

Esta realidad revela una serie de complejidades técnicas y presupuestarias que no han sido cubiertas debido a la crisis económica que vive el país, y en consecuencia se ha desencadenado un incremento de los desiertos informativos en las localidades más alejadas. 

Los municipios Antonio Díaz, al sur de la entidad, y Pedernales, al otro extremo de su geografía, viven huérfanos de las televisoras en señal abierta y de la mayoría de las emisoras. Los ciudadanos dependen del acceso a internet o de las programaciones de las estaciones con alcance regional para informarse, aunque en la mayoría de estas no predominen los contenidos noticiosos.

Incluso, a partir de un monitoreo de contenidos realizado en dos momentos del día, entre el miércoles 18 y el martes 24 de agosto se pudo identificar que la información fue el elemento que más escasez presentó en las tres emisoras de mayor alcance regional: Fe y Alegría 92.1 FM, Sureña del Delta 89.9 FM y Caliente 107.5 FM. Solo durante cinco de los treinta momentos monitoreados hubo información noticiosa que fue compartida únicamente a través del dial de radio Fe y Alegría, es decir, menos del 17%.

El viernes 20 de agosto, en el segundo bloque de monitoreo entre las 06:00 p.m. y las 08:00 p.m. hubo registro de unas declaraciones de Nicolás Maduro, que si bien no correspondían a una cadena de radio y televisión, los tres diales paralizaron su programación para transmitir las declaraciones del presidente del Ejecutivo. En el resto de los momentos la programación de las estaciones fue exclusivamente de espacios de música y entretenimiento.

Internet en declive

La conexión a internet en Delta Amacuro no escapa de las penurias y de las deficiencias de las políticas públicas del país. Si bien en algunas localidades las únicas formas de comunicación vienen a partir del acceso a internet, otras comunidades desconocen este derecho humano y solo reciben informaciones a partir de las escasas señales de las emisoras radiales o por medio del servicio de mensajes simples (sms) que llegan y salen conforme la cobertura lo permite.

A diferencia de otras entidades del país, las comunicaciones en Delta Amacuro históricamente han sido bajas, reflejo de ello son los datos de penetración de Internet en la entidad publicados por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), que de acuerdo con sus registros, entre 2017 y 2019, las estimaciones de penetración a partir de la cantidad de usuarios conectados al servicio de internet pasó del 30,27% al 35,44%, cifra solo es superior a la de Amazonas (18,17%), Apure (28,37%), Sucre (33,59%) y Yaracuy (35,25%), pero que no han sido actualizadas desde entonces, escenario que pudo haber decrecido en los últimos dos años como consecuencia de la falta de mantenimiento de la infraestructura, los continuos robos a la redes de cableados, la falta de inversión en ese sector y las constantes fallas eléctricas que aquejan a todas las regiones del país.

Esta realidad se complica a la luz de la Emergencia Humanitaria Compleja que ha disminuido la calidad de vida de los venezolanos por el desafío que representa la adquisición de equipos tecnológicos y el pago de servicios, situación que pone sobre la mesa la falta de asequibilidad por parte de la ciudadanía quienes deben decidir entre atender sus principales necesidades, o acceder a beneficios que pueden ser vistos como no prioritarios, tal como ocurre con el servicio de internet, la televisión paga o la adquisición de otras líneas telefónicas para garantizar conectividad cuando alguna falle.

Sin embargo, y a pesar de que existan ciudadanos con las condiciones económicas para hacerse con equipos inteligentes que faciliten sus comunicaciones o pagar beneficios sin importar los costos, no es garantía de lograr servicios de conexión de calidad por medio de las empresas estatales CANTV y Movilnet, y las privadas Movistar y Digitel.

Estas cuatro operadoras solo tienen presencia en el casco urbano de Tucupita. En el tramo carretero, solo llega Digitel y comienza a verse limitado CANTV, mientras que en el tramo fluvial no existe acceso a ninguna empresa de internet.

Una realidad similar se repite en los municipios Casacoima y Pedernales donde solo llega la señal de Movilnet y Movistar, pero con serias dificultades. Incluso, de acuerdo con una nota del medio digital Tane Tanae del jueves 23 de septiembre, ciudadanos que se encuentran fuera de la entidad reportaron tener más de siete días sin información de sus familiares en Pedernales. Este municipio solo cuenta con las señales móviles cuando hay combustible para encender las plantas eléctricas que ponen a funcionar las radiobases repetidoras.

La realidad de desconexión en la región quedó en evidencia a partir de las 30 mediciones de velocidad de internet ejecutadas por medio del test del observatorio de rendimiento en internet, Measurement Lab (MLAB) realizadas a las operadoras Movistar, Digitel, Movilnet y CANTV durante dos bloques horarios diariamente entre el jueves 19 y el miércoles 25 de agosto.

Los resultados concluyeron que el promedio de velocidad de descarga en internet en Delta Amacuro fue de 1.11 megabit por segundo (mbps), número que disminuye al discriminar los datos a partir de los resultados de velocidad solo en las redes móviles, en ese caso, la velocidad se vio empeorada a 0.25 mbps., resultado que demuestra los altos niveles de desconexión a los que se enfrenta el estado oriental.

Este escenario es contrario a las recomendaciones y estándares de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) la cual exhorta que la velocidad media de descarga en la región sea de 18.5 mbps para desempeñar funciones básicas como el teletrabajo y la teleducación, sobre todo en un escenario como el de la pandemia de Covid-19 donde el aislamiento y la bioseguridad cobraron principal valor.

Además, la Cepal señaló que la brecha de acceso a las tecnologías, entendidas como conectividad y tenencia de dispositivos de acceso, profundiza las desigualdades y “condiciona el derecho a la salud, la educación y el trabajo, al tiempo que puede aumentar las desigualdades socioeconómicas”.

Medios sobrevivientes 

A pesar de que los medios han sido una de las principales víctimas de las dificultades que enfrenta el país y particularmente el estado Delta Amacuro, siguen existiendo espacios que pueden ser considerados oasis informativos, tal como los destaca el estudio sobre desiertos de noticias de IPYS Venezuela.

De acuerdo con Oasis informativos: El fenómeno, estos medios son aquellos que buscan “oponerse a los factores de inestabilidad, miedo y silencio, que predominan en un país marcado por las restricciones a la libertad de prensa y de expresión”, y los cuales se caracterizan por presentar contenidos plurales e independientes, con la particularidad de hacer periodismo hiperlocal, es decir, dar “cobertura y preponderancia a la información local”, fortaleciendo una de las bases del periodismo: ser un servicio público.

Es así como El Periódico del Delta, Radio Fe y Alegría y Tane Tanae siguen sorteando las limitaciones para informar en la entidad a través de sus distintos canales. Los tres medios de comunicación se han impuesto a los cortes eléctricos, las fallas constantes de conectividad, la migración de talento, la grave crisis económica y la censura que continúa permeando la mayoría de los espacios de noticias en el país.

Mercedes Marín, directora de El Periódico del Delta contó que los desafíos a los que se enfrenta el diario que ahora solo está disponible en la web posterior a paralizar su circulación en agosto de 2019 por falta de papel son principalmente las carencias económicas y las deficiencia de los servicios públicos que no solo afectan a la ciudadanía, sino a todos los miembros del medio. Esta realidad ha imposibilitado promover planes a corto plazo con el portal web.

Marín destacó que el otrora impreso pasó de contar con ocho periodistas además de los cargos administrativos y gerenciales, a solo disponer de cuatro o cinco personas, de los cuales solo dos son remunerados por sus funciones, mientras que el resto ejerce la labor informativa ad honorem

Sin embargo, el diario tiene como norte seguir llevando información desde la gente y para la gente, manteniendo una “manera corta, breve y abordando los temas que sean de interés para las personas”, según señaló su directora.

El medio nativo digital de la región, Tane Tanae, fundado en 2014, también se ha enfrentado a limitaciones similares. Su presidente Francisco Pérez, quien a su vez es coordinador de Fe y Alegría en la entidad, contó a IPYS Venezuela que el portal de noticias nació y creció antes del momento en que tenía que hacerlo. Tane Tanae “es una aventura informativa” porque nació del compromiso de informar los hechos de Delta Amacuro y de sumarse a “la onda de lo que ocurría en otras ciudades del país” respecto a los medios de comunicación.

Pérez destacó que si el portal hubiera surgido con intereses empresariales habría quebrado “al momento de nacer”, sobre todo por las constantes deficiencias a las que se ha enfrentado desde su creación.

En esencia, la realidad no es diferente para las radios en la región. Si bien este tipo de medio es el de mayor penetración en la entidad, Francisco Pérez destaca que la economía y los problemas del país disminuyeron su alcance. “No han cerrado porque hay mucho amor propio” dice al referirse al compromiso que han asumido varias de las emisoras en el estado oriental, pero agrega que a casi todas les ha tocado reformular sus maneras de hacer las cosas.

Un 70% de los locutores que trabajan en las estaciones regionales lo hacen “en función del trueque” ya que, según Pérez, viven de intercambios que les permiten mantenerse y pagar a los dueños de las emisoras por los espacios. “Un locutor puede negociar un par de pollos por una publicidad al mes. Le da uno al dueño y se queda con el otro, pero eso no sirve para reparar un equipo cuando se daña”, dice.

A pesar de este escenario, Pérez afirma que tratan de hacer “lo que podemos en función de las capacidades que tenemos y de ir maniobrando”. A su juicio en Delta Amacuro los medios viven en un “río infectado de pirañas” donde deben ir navegando, ondulando y esquivando los obstáculos para evitar ser mordidos. “Siempre pensando en el norte de la ética informativa, en decir la verdad, en ser objetivos y en llevar la información actualizada a la población”.

El periodismo resiliente y perseverante brinda nuevas opciones a las comunidades más desfavorecidas. Acceder a información de interés público es clave para el fortalecimiento del criterio de los ciudadanos y la reconstrucción del tejido social del país. De allí la importancia de que los medios cuenten con independencia y pluralidad para que a través de informaciones de calidad contribuyan en la construcción de la ciudadanía, formando individuos que sean conscientes de sus derechos y ejerzan un rol activo en los asuntos públicos. Es por esta razón que el acceso a la información es fundamental en toda sociedad democrática.

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