Tejiendo redes

Constructoras de paz en Venezuela

Sextorsión, una forma de corrupción basada en género

No está tipificada como delito. Las víctimas muchas veces prefieren no denunciar por temor a ser culpabilizadas y porque no encuentran apoyo en el sistema de justicia

Briceida Morales – 17/04/24

Una chica decidió vender su celular a un joven y, quizás por descuido o desconocimiento, no borró toda la información que tenía en su equipo. El joven receptor logró acceder a los datos y comenzó a extorsionarla con mostrar fotos de su cuerpo si no le pagaba 200 $.

Una abogada fue amenazada por su ex amante con revelar contenido delicado de su relación fugaz a su esposo, si decidía dar por terminada la relación. 

Son dos historias breves que cita el doctor David Camacho Tremont, abogado penalista y profesor de la Universidad Santa María, para contextualizar o ejemplificar casos de sextorsión, un delito que no está tipificado como tal y que, sin embargo, suele ser más común de lo que imaginamos. 

Sucede que muchas de las veces, las víctimas prefieren callar antes que ser expuestas, pues temen ser señaladas o ridiculizadas. 

El abogado penalista Camacho Tremont asegura que el delito como tal no existe. Por el contrario, aclara, las autoridades en la materia hablan del delito de extorsión previsto en la Ley contra la Extorsión y el Secuestro, ley publicada en Gaceta Oficial el 5 de junio de 2009, la cual tiene por objeto prevenir tipificar y sancionar los delitos de secuestro y extorsión y garantizar la protección de la integridad física de las víctimas y sus bienes.

“Pero existen extorsionadores que por motivos sexuales, bien sea para difamar la divulgación de fotos de desnudez entre hombres o mujeres, de mujeres a hombres, hombres a mujeres, presionan a cambio de dinero para no publicar esas imágenes”.

En su experiencia como abogado, observa que en el caso de las mujeres estas denuncias suelen ser remitidas al Ministerio Público y calificadas como violencia informática o cibernética y violencia psicológica, de acuerdo a la Ley sobre el Derecho de la Mujer a una vida libre de violencia a libre de violencia.

La violencia contra las mujeres y las niñas es un problema generalizado y persistente que afecta a 1 de cada 3 mujeres en todo el mundo, según ONU-Mujeres.

En los hombres es distinto, comenta, se aplica la Ley sobre Extorsión y Secuestro, “la ley especial que prevé este tipo de delitos, donde se presiona o infunde temor a la víctima para que la persona haga, pague o ceda o realice cualquier otra conducta a cambio de que le permitan que no le hagan daño, que no le publiquen algunas imágenes”.

Y esto porque, reitera, no es un delito que esté explícitamente contemplado en la legislación, a pesar de sus múltiples consecuencias, en especial para la mujer.

La abogada María Alejandra Pérez, coordinadora de Asistencia Legal Anticorrupción de Transparencia Venezuela, menciona otros dos casos registrados recientemente a través de la herramienta de denuncia Dilo Aquí, donde las personas pueden registrar evidencias de corrupción y de violencia contra la mujer. Uno en el estado Anzoátegui y otro en la región de Carabobo. 

“No suelen reportarse muchas denuncias. Hay que visibilizar más, el hecho de que no esté consagrado como un delito de tipo penal específico, hace más engorroso  para las personas distinguir que están  frente a un delito. Eso hace más difícil la denuncia, es necesario  sensibilizar sobre el tema, informar”, indica Pérez.

Las denuncias son recibidas a través de la App Dilo Aquí, o directamente al 0412-3122629. Pero dado el acuerdo de anonimato no se pueden dar más detalles sobre estas informaciones.

Sexortsión desde el poder

Más allá de los casos con los que se le da inicio al texto y de la falta de legislación, hay otro enfoque que resalta a la hora de hablar de sextorsión y es la variación que se da a través de las definiciones. 

En Estados Unidos, por ejemplo, la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) describe la sextorsión como “un delito que ocurre en línea cuando un adulto convence a una persona menor de 18 años para que comparta fotografías sexuales o realice actos sexuales en una cámara web”.

La Asociación Internacional de Mujeres Juezas (IAWJ, por sus siglas en inglés) define a la sextorsión como “el abuso de poder que se ejerce para obtener un beneficio o una ventaja sexual. La sextorsión es la forma de corrupción en la que el sexo, en lugar del dinero, es la moneda para el soborno”.

Mientras que ONU-Mujeres explica que la sextorsión es un cuando se chantajea con publicar información privada y es vista como una de las formas de violencia digital que viven las mujeres.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) utiliza sextorsión y el término extorsión sexual de menores, para referirse a la “coacción de un niño para que produzca material sexual bajo amenaza de exposición”.

También la Agencia Nacional contra el Delito del Reino Unido, en 2021 definió la sextorsión como “una forma de chantaje por cámara web, en la que los delincuentes entablan amistad en línea con las víctimas mediante una identidad falsa y las persuaden para que realicen actos sexuales frente a sus cámaras web”.

La investigación publicada el pasado año por Transparencia Venezuela (TV), Sextorsión y la necesidad de su tipificación en Venezuela, muestra incluso la sextorsión desde el poder: aquella que ocurre cuando quienes investidos con poder lo usan para explotar sexualmente a otros que están sujetos a él. 

“Esta modalidad de conducta no está adecuadamente definida en la legislación Venezolana ni en la de varios países de la región, por conjugar la corrupción propia con un abuso de poder con la finalidad de obtener un acto sexual a cambio de beneficios”, dice el informe de TV. 

“La corrupción es definida como el abuso del poder conferido para obtener un beneficio particular y se entiende como actividad sexual cualquier forma de sexo que no sea deseado, desde el acto sexual propiamente dicho a la exposición de partes íntimas del cuerpo, posar para fotos con connotaciones sexuales, participación en sexo telefónico, sexting o sexteo atoques inapropiados”, se lee en el documento.

La sextorsión está muy vinculada a la violencia basada en género. Afecta a niñas, niños y adultos en situación de vulnerabilidad, como migrantes indocumentados en las fronteras.

Como se menciona en el estudio, es una forma de corrupción silenciosa, la víctima tiene miedo de ser señalada, cuestionada, de allí la dificultad de reportarla. 

“En estos casos la víctima además de tener que denunciar a un funcionario público con algún tipo de poder, se enfrenta también a estigmas sociales y puede ser difícil probar que un acto sexual fue realizado bajo coacción y, en muchos casos, el sistema de justicia o los  mecanismos de recepción de denuncia no tienen el procedimiento, la capacidad y la sensibilidad para proporcionar a la víctima la ayuda que necesita”, argumentan los investigadores de TV.

Lo que distingue a la sextorsión de otros tipos de conductas sexuales abusivas (violencia sexual), según la Asociación Internacional de Mujeres Juezas, es que tiene dos componentes uno sexual y otro de corrupción. “La relación que no incluya ambos componentes no es sextorsión”, aclara la organización.

En general, las consecuencias de este flagelo pueden cambiar para siempre la vida de la víctima. Aquí los victimarios pueden llegar a amenazar, a perseguir, a intimidar. Quienes están del otro lado de la acera, en este caso las mujeres, pueden sentirse atemorizadas, avergonzadas, atadas de manos. 

En casos extremos, pueden ocurrir embarazos no deseados y enfrentar abuso físico y psicológico, dicen los expertos.

La sextorsión no se encuentra tipificada en el Código Penal Venezolano ni en las leyes penales especiales, como la Ley Contra la Corrupción, Ley Contra el Secuestro y la Extorsión o la Ley Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Visibilizar es fundamental

Lo anterior es una mirada, una aproximación a este tema tan sensible, incluso hasta para documentar a las víctimas que, con frecuencia, son culpabilizadas por los actos de violencia cometidos en su contra y, rara vez, encuentran reconocimiento, apoyo y acceso a la justicia. 

Por ejemplo, que a una muchacha algún funcionario le pida pagar con sexo el trámite de unos papeles para cruzar la frontera, o para  pasar alguna materia que el profesor le sugiera un intercambio sexual, son historias recurrentes y de vieja data. Por eso hay tareas pendientes por hacer:

  • Como señalaron los expertos líneas arriba, está la necesidad de crear un marco jurídico que tipifique explícitamente y penalice, para que el sexo no sea la moneda para alimentar la corrupción. La Convención de las Naciones Unidas Contra la Corrupción, obliga a los Estados Parte a reforzar su ordenamiento jurídico en la lucha contra la corrupción con un enfoque amplio y multidisciplinario para prevenir y combatir eficazmente la corrupción.
  • Sensibilizar a los funcionarios y a ciudadanos sobre la sextorsión. Esto contribuirá a la construcción de un sistema anticorrupción con perspectiva de género. 
  • La denuncia es necesaria también para documentar y evidenciar la gravedad de este delito que pretende ser silenciado.  
  • ONU-Mujeres propone implementar programas educativos, en colaboración con escuelas, universidades y organizaciones de la sociedad civil, para impulsar la alfabetización digital y el empoderamiento de niñas, jóvenes y mujeres desde una perspectiva de género y para su adquisición de conocimientos en materia de seguridad digital.
  • Crear campañas de concienciación y divulgar por todas las plataformas.