jueves , marzo 28 2024

Alerta IPYSve | Mérida: obstáculos y limitaciones a la prensa durante la cuarentena por coronavirus

María Fernanda Rodríguez, corresponsal IPYS Venezuela, Mérida

En el estado Mérida el ejercicio del periodismo durante la cuarentena nacional por coronavirus se ha visto afectado principalmente por fallas y deficiencias en servicios básicos, limitaciones en la movilidad, casos de censura, restricciones en el acceso a información local sobre la COVID-19, inseguridad laboral y reducciones de salario, y afectaciones en la salud en trabajadores de la prensa a causa de los obstáculos para desempeñar su trabajo.

En contraparte, algunos periodistas indicaron a IPYS Venezuela recibir estímulos y ayudas por parte de sus jefes durante este período, y reconocen haber experimentado con el uso de herramientas, formas y métodos de trabajo que no solían utilizar, con el fin de poder cumplir sus labores informativas.

Obstáculos y limitaciones: servicios, censura y autocensura

IPYS Venezuela conversó con los periodistas Yanara Vivas, Héctor Cortéz, Leo León, José Gregorio Rojas, Judith Vega, Minena Lozada, María Fernanda Rodríguez y Lawrence Parra, ocho periodistas que trabajan en medios digitales, radio, televisión e instituciones del estado. Todos coincidieron en que las fallas en los servicios eléctrico y de telecomunicaciones constituyen el principal obstáculo en su desempeño laboral, deficiencias que enfrentan desde antes de iniciar la cuarentena, pero que reconocen que han aumentado durante este período. Estas fallas, principalmente los apagones que duran hasta más de seis horas continuas, han causado que una noticia pierda vigencia antes de poder ser publicada.

En segundo lugar, los trabajadores de la prensa consultados refirieron que la falta de gasolina y la escasez de transporte público, así como de dinero en efectivo para pagar pasaje, dificulta su traslado para cubrir hechos noticiosos y ruedas de prensa. La venta de gasolina está restringida desde el pasado 17 de marzo en la entidad. Solo pueden surtir quienes tengan un salvoconducto, y aunque la prensa es considerada un área prioritaria, trabajadores de este sector han reportado a IPYS Venezuela no recibir el salvoconducto que otorga el Consejo Legislativo estadal. Los afectados denuncian que el otorgamiento de los salvoconductos responde a criterios políticos. 

Las dificultades para acceder a información que debe ser pública, específicamente sobre la situación de la COVID-19 en el estado, es otra de las limitaciones que tienen los periodistas de Mérida. Solo tres fuentes están autorizadas para dar información sobre el coronavirus en la región; dos de ellas ocupan cargos que no están contemplados en la Constitución nacional: la “autoridad única de salud” y el “protector del estado”. La directora del Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (Iahula), Indira Briceño, es la tercera fuente autorizada, pero tras informar el pasado 11 de abril que 376 casos sospechosos de COVID-19 habían sido atendidos en el Iahula, la galena no volvió a ofrecer información a la prensa.

Desde que inició la cuarentena IPYS Venezuela ha registrado dos casos de limitaciones al ejercicio periodístico y un caso de censura en Mérida. El 2 de abril el periodista Adán Contreras, quien trabaja en el municipio Tovar, fue amenazado por el capitán del comando municipal de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Reinaldo Reyes. “Si haces una publicación en contra del Estado venezolano te voy a procesar por el artículo 12 de la Ley contra el odio, voy por ti y te pego los ganchos”, indicó Contreras que le dijo textualmente el capitán de la GNB.

El día 16 de abril el corresponsal de Globovisión en Mérida, Elvis Rivas, indicó que había sido detenido por un funcionario de la GNB en un punto de control, debido a que estaba circulando luego de las dos de la tarde, hora máxima permitida para estar en la calle desde el pasado 1° de abril. A Rivas se le permitió continuar su rumbo luego de que un superior diera la orden e indicara que los trabajadores de la prensa estaban exentos de la restricción de horario para circular, información que desconocía el funcionario.

En cuanto al caso de censura, un periodista que trabaja para un medio de comunicación audiovisual local, cuyo nombre pidió reservar, indicó a IPYS Venezuela lo siguiente: “El 6 de abril hice una entrevista a una representante de la UBCh (Unidades de Batalla Hugo Chávez) por irregularidades en la distribución de las cajas CLAP y deficiencias en los servicios básicos. Ella había protestado frente a la sede del Consejo Legislativo del Estado Bolivariano de Mérida (Clebm). Al procesar la nota, el director del medio para el que trabajo me llamó y me pidió no sacarla. Me dijo textualmente: “estamos ayudando al jefe de la Oddi (Órgano de Dirección de Defensa Integral)”, que es el mismo jefe del Clemb. Revisaron la nota y finalmente se publicó, pero al día siguiente”.

Por otra parte, cuatro de los periodistas consultados por IPYS Venezuela indicaron optar por autocensurarse al decidir no publicar información que han recibido por parte de fuentes no oficiales, cuya veracidad han podido confirmar, a fin de evitar represalias. Aseguran sentirse indefensos si llegan a ser detenidos por algún organismo policial o militar.

Inseguridad laboral, pérdidas y menores ingresos

Tres de los ocho periodistas entrevistados por IPYS Venezuela indicaron sentir inseguridad laboral y uno de ellos recibió menor cantidad de dinero en su más reciente pago por parte del medio regional para el que labora. Su jefe le indicó que la reducción del salario se debió a que el medio no está generando los mismos ingresos durante esta cuarentena. La reportera asegura que esa situación le ha causado angustia porque no sabe si será despedida más adelante.

En el caso de los periodistas que trabajan de forma independiente, uno de ellos indicó no estar recibiendo ingresos porque los clientes que le pagaban por espacios publicitarios en su programa de radio han decidido suspender los contratos mientras dure la cuarentena. Las fallas en el servicio eléctrico también inciden en que los anunciantes en emisoras radiales no vean rentable seguir pagando por publicidades que no se pueden emitir debido a que las radios que no cuentan con combustible para poner a funcionar sus plantas eléctricas, salen del aire durante los apagones.

Entre el 14 y el 24 de abril, la emisora ULA 107.7 FM, uno de los medios institucionales de la Universidad de Los Andes, estuvo fuera del aire debido a que uno de sus equipos principales se dañó a causa de las fallas del servicio eléctrico. Nelson Espinoza, director general de los medios de comunicación de la ULA, indicó a IPYS Venezuela que no reciben combustible ni para la movilidad de los trabajadores ni para el funcionamiento de las plantas eléctricas durante los prolongados apagones. Esta situación ha ocasionado que los medios digitales de la ULA hayan quedado suspendidos por varios días en varias ocasiones desde que comenzó la cuarentena.

IPYS Venezuela, a través de un monitoreo propio, ha registrado salidas del aire de otras emisoras por algunos días, pero sus propietarios no respondieron a los intentos de comunicación hechos por esta organización para conocer las causas.

En contraparte a las referidas afectaciones monetarias, tres de los periodistas encuestados indicaron que sus jefes les dieron estímulos y ayudas para continuar trabajando durante esta cuarentena. En uno de los casos el medio dio alimentos a sus trabajadores, en otro otorgaron pagos extra para costear gastos de servicios de telefonía, internet y traslados, y en el tercer caso hubo un pago extra de 30% del salario base.

Salud en riesgo, y no solo por coronavirus

Los periodistas consultados por IPYS Venezuela señalaron sentirse más afectados en su salud mental a causa de las dificultades ajenas al coronavirus que en riesgo de contagiarse por el mismo. Tres de los ocho periodistas entrevistados indicaron sentirse estresados y angustiados debido a los prolongados apagones que padecen y las fallas generales de los servicios básicos, así como la falta de gasolina. Tres indicaron tener que trabajar de madrugada o en casa de terceros cuando no tienen electricidad y/o conexión a internet, lo que les causaba estrés. Otros dos indicaron que también sentían temor de perder su empleo o de que les redujeran el salario.

En cuanto al riesgo de contagio por coronavirus, cuatro de los ocho encuestados expresaron su rechazo a la realización de ruedas de prensa presenciales en donde ocurren aglomeraciones. El gobernador del estado convoca a ruedas de prensa todos los lunes a las 10 de la mañana en la sede de la gobernación. Otros funcionarios públicos y autoridades políticas también convocan a la prensa a encuentros presenciales durante esta cuarentena.

Nuevas formas, métodos y herramientas de trabajo

Los periodistas que ejercen en emisoras radiales y en la televisora regional refirieron a IPYS Venezuela que ha habido un cambio total en la forma de trabajar desde que se inició la cuarentena por coronavirus. La falta de gasolina ha hecho que casi toda la programación radial en algunas emisoras, cuyos trabajadores no gozan de salvoconducto para poder abastecer sus vehículos ni pueden movilizarse en transporte público debido a la reducción del mismo, se haga de forma remota.

Dos locutores señalaron que han utilizado programas de edición de audio desde sus casas y aplicaciones para poder conectar de forma remota la radio. Uno de ellos contó que ha dado indicaciones vía telefónica a ciudadanos para que envíen sus reportes con todos los elementos periodísticos indispensables. Las entrevistas vía notas de voz por WhatsApp son más comunes en estos tiempos que las realizadas vía telefónica, debido a las fallas en la señal. “Una nota de voz puedes descargarla cuando tienes internet y te queda la grabación allí sin riesgo de interrupciones, mientras que por teléfono existe la alta probabilidad de que se caiga la llamada”, aseguró una de las periodistas consultadas.

En el caso de medios audiovisuales, un reportero de un medio digital que se basaba en transmisiones de video en vivo y en menor medida diferidas, pero todas grabadas por sus reporteros, empezó a transmitir videos grabados por fuentes informativas y ciudadanos durante las primeras semanas de cuarentena, a fin de proteger a sus corresponsales. Sin embargo, algunas dinámicas de trabajo en otros medios audiovisuales se mantienen, aunque en horario reducido. El único canal de televisión regional, la Televisión Andina de Mérida (TAM), sigue grabando en sus estudios, solo que hasta la una de la tarde. 

La obtención de información y el conocimiento de hechos noticiosos por parte de los periodistas de Mérida durante esta cuarentena se ha valido de publicaciones en redes sociales, mensajes enviados por grupos de WhatsApp o por privado. También vía telefónica los trabajadores de la prensa verifican y confirman las informaciones que reciben.

Corresponsales en Mérida de medios nacionales escritos indicaron tener que enviar sus notas vía WhatsApp y muchas veces con retraso, porque cuando se quedan sin electricidad también dejan de funcionar los datos móviles de sus operadoras de telefonía celular.

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