domingo , abril 28 2024

En su día #ElPeriodismoExige el derecho a retratar la realidad del país

Expertos exponen las graves situaciones que han coartado  el pleno ejercicio de la Libertad de Expresión en Venezuela. A través de una entrevista realizada por el portal digital Contrapunto a Marianela Balbi, directora de Ipys Venezuela; Carlos Correa, director de Espacio Público y Aurelio Gil Beroes, director de Agencia Venezolana de Noticias, conozca los desafíos que enfrenta la comunicación en tiempos de crisis. 

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Hasta tomar una foto es visto como algo ilegal, lamenta Marianela Balbi, del IPYS. “Los periodistas estamos para facilitar el diálogo y la convivencia”, subraya Aurelio Gil Beroes, director de AVN.

Diana Moncada.- Reporteros, fotógrafos, camarógrafos y demás profesionales de la comunicación han sido víctimas de numerosas agresiones de todo tipo durante el ejercicio de su oficio. La actividad de los profesionales de la comunicación día a día se desplaza por una cuerda floja que se debilita mientras los niveles de conflictividad e intolerancia aumentan como resultado de la crisis política del país.

Según IPYS los principales victimarios de los ataques este año han sido funcionarios del Estado con un porcentaje de 64% - Foto: Ernesto García/ Archivo
Según IPYS los principales victimarios de los ataques este año han sido funcionarios del Estado con un porcentaje de 64% – Foto: Ernesto García/ Archivo

Estos obstáculos propician la existencia de un terreno escabroso donde el deber y el derecho a la información están al borde del precipicio. El periodismo es un contrapoder, lo que quiere decir que siempre estará, por naturaleza, en confrontación con intereses, ya sean económicos, políticos culturales, entre otros. Esta condición coloca al periodista, diariamente, en el ojo del huracán, generando una vulnerabilidad que puede incrementarse de acuerdo con los intereses tocados; sin embargo, esta se agudiza cuando entran en juegos otros factores.

Marianela Balbi, directora de Instituto de Sociedad y Prensa (IPYS); Carlos Correa, director de la ONG Espacio Público, y Aurelio Gil Beroes, secretario de la Plataforma de Periodistas y Comunicadores de Venezuela y director de la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), conversaron con Contrapunto con el objetivo de reflexionar acerca del estado actual de la profesión, así como de los riesgos que ponen en peligro la vida de un periodista.

Violencia contra periodistas

El panorama es complejo. Desde el 1 de enero de este año hasta el 31 de mayo van aproximadamente 170 alertas que atentan contra la libertad de expresión. Entre ellas se aglutinan casos que van desde agresiones físicas a periodistas, robo de sus herramientas de trabajo, limitaciones arbitrarias de acceso a la información, casos de intimidación y persecución, amenazas, desagravios públicos, uso abusivo del poder y daños a sedes de medios de comunicación, entre otros.

El mes de mayo fue el de mayor obstáculo para el libre ejercicio del periodismo, con 44 alertas (de las 170), lo que indica, según Marianela Balbi, un recrudecimiento de los conflictos en esta materia si se compara con los primeros cuatro meses del año pasado. Balbi adjudica este incremento a los acontecimientos acaecidos en respuesta a la crisis económica actual: intentos de saqueos y saqueos efectuados y cobertura de marchas y concentraciones en rechazo al gobierno del presidente Maduro.

El Área Metropolitana de Caracas es la entidad donde mayormente se concentran los conflictos, con un registro de 29 casos desde enero hasta hoy. El 75% de los casos han ocurrido durante la cobertura de las fuentes: política, sucesos, comunidad y parlamentaria; otro 20% ha sucedido durante el desarrollo de trabajos de investigación y cobertura de protestas.

Los principales afectados, según IPYS, tienden a ser reporteros:este año se registraron agresiones de diferentes formas a 115 periodistas y 34 reporteros gráficos. Los profesionales afectados provienen en su mayoría (81%) de medios privados, mientras que los principales victimarios han sido funcionarios del Estado con un porcentaje de 64%, según cifras de IPYS.

Respecto al porcentaje de victimarios, Balbi subraya que los funcionarios son los principales actores que impiden el acceso a la información. Asimismo, plantea que ante esa situación es necesario atenderla desde una perspectiva de “sensibilización de los funcionarios y fuerzas del orden y seguridad del Estado”, con el trabajo del periodista. “Tomar fotografías de una cola no es un delito, entonces hay que partir de allí”, sentencia.

Una relación hostil

Marianela Balbi de IPYS y Carlos Correa de Espacio Público coinciden en que en todas las épocas la relación de los periodistas con el poder siempre ha sido conflictiva; sin embargo, ambos aseguran que fue con el gobierno del expresidente Hugo Chávez Frías que esa conflictividad se agudizó en Venezuela.

Según Balbi, el discurso que Chávez asumió con los medios de comunicación fue hostil. “Hubo una primera etapa de mucha confrontación. Más que a los periodistas como figura, el ataque iba contra los medios de comunicación. Se estableció un conflicto permanente entre medios y el Presidente, y el gobierno empezó a hacer una aprobación directa de ese discurso hostil hacia los medios y de las agresiones a los periodistas”, explicó la periodista.

Marianela Balbi, directora de IPYS
Marianela Balbi, directora de IPYS

En este contexto, Balbi indica que la descalificación a los medios por parte de Chávez comenzó a ser el pan nuestro de cada día: los calificó de “enemigos, dentro del patrón del discurso de la guerra mediática”, agregó.

El problema con la descalificación, según Correa, es que sitúa al periodista como un enemigo. “Cuando un presidente descalifica a un periodista o a un medio de comunicación le da de alguna manera legitimidad a la violencia que puedan hacer funcionarios contra ellos o legitiman que la obligación de los funcionarios de proteger el trabajo de los periodistas no esté muy subrayada”, explicó. Asimismo, asegura que tal discurso “favorece en algunas ocasiones la violencia contra los periodistas”.

Balbi cuenta que en las entrevistas que realiza el equipo de IPYS a periodistas afectados por diferentes factores durante sus ejercicios, éstos describen como alarmante y paradójico el hecho de que las comunidades vean al periodista como a un enemigo. La periodista piensa que se ha fraguado una criminalización del oficio. “Las comunidades piensan que los periodistas son parte activa del conflicto y eso los enfrenta a comunidades que antiguamente encontraban en el periodista a un aliado para poder difundir sus problemas. Ahora, al contrario lo ven como parte de la diatriba política y como un enemigo que se debe atacar”, explicó.

Sin embargo, las agresiones mermaron después de que ciertos medios de comunicación como Globovisión cambiaran de dueños, detalla Balbi, quien también ubica un poco antes y después de la muerte del presidente Chávez como otros de los momentos de descenso en la política de agresión contra periodistas.

Correa, por su parte, considera que en los últimos dos años las agresiones se han agudizado. “Las agresiones contra periodistas en los últimos dos años han sido mucho más agudas, especialmente en la cobertura de ciertos temas, como por ejemplo la agenda económica, movilizaciones de calle y concentraciones. Ha habido mucho hostigamiento, muchas limitaciones: les roban las cámaras a los fotógrafos, les borran las imágenes…”, detalló el periodista.

Aurelio Gil Beroes afirma en los últimos años en el país se han “caldeado los ánimos”. “Hay sectores de la derecha y de la izquierda también que están ganados para la violencia. Pero nosotros (los periodistas) estamos para facilitar el diálogo y la convivencia. Tenemos tantas cosas en común, de interés para el dialogo que desecharlas sería un contrasentido. Tenemos que auspiciar a la convivencia y eso solo se logra dialogando, sentándonos a conversar sobre nuestros problemas y sobre los intereses a los que servimos”, explica el director de AVN.

Gil asegura: “Sí hay violencia en la sociedad y los periodistas muchas veces sufrimos y padecemos esa violencia; aunque no la ejercemos, la señalamos, denunciamos la violencia que nosotros confrontamos todos los días y es nuestro deber señalarla”.

Otros mecanismos de agresión

Pero no solo las agresiones directas a los periodistas afectan la profesión. Para Correa “la aplicación de sanciones judiciales que generalmente pueden ser desproporcionadas y que no se ajustan a los estándares del derecho humano y la libertad de expresión; por ejemplo los casos del Correo del Caroní y el de Diosdado Cabello contra determinados medios. Todo eso genera efectos de silenciamiento porque son demandas muy grandes y se activan mecanismos de censura y autocensura para evitarlas”, aseveró.

Carlos Correa, Director de Espacio Público
Carlos Correa, Director de Espacio Público

Por otro lado, la directora de IPYS señala como otra agresión el problema del abastecimiento de papel para las rotativas venezolanas. “Encontramos que el primer momento importante fue a partir de la decisión de eliminar el papel de los rubros prioritarios en 2013. En 2014 vino la crisis, empezaron a desaparecer muchos medios, otros eran intermitentes, desaparecían y aparecían para ahorrar papel, disminuían a 16 páginas, eliminaron las ediciones semanales, hasta el punto de que actualmente más de 41 medios presentan problemas por el tema del papel”, detalló.

Asimismo Balbi considera que el tema del papel es un asunto restrictivo a la libertad de expresión “porque los estándares internacionales señalan que los gobiernos y los Estados deben garantizar el acceso al libre flujo informativo y los mecanismos burocráticos no deberían ser barreras para que ese libre flujo se desarrolle de manera normal”.

Balbi destaca otro punto en el marco de la vulnerabilidad del periodista, y es el acceso a la información. Entre las entrevistas que el IPYS realiza, las denuncias más comunes de los periodistas tienen que ver con el cierre de las fuentes, la limitación de la cobertura, el impedimento de acceso a lugares dónde se desarrolla la noticia. “Más de 40% del territorio venezolano está catalogado como sitio de seguridad, entonces no puedes acceder a ellos. Esas son condiciones que están atentando ya no a la libertad de expresión pero sí en contra del derecho a la información que no sólo es un derecho del periodista sino también del ciudadano”, indicó.

Gil Beroes visualiza otra especie de agresión, pero esta vez de periodistas contra la ciudadanía: “Así como es tan grave la supuesta agresión contra medios de comunicación y periodistas, es igual o peor la agresión que se hace a los intereses del pueblo y de los trabajadores, cuando se les miente, se les distorsiona su verdad. Nosotros pensamos (periodistas afiliados al chavismo) que hay medios que atentan contra los trabajadores y nosotros estamos luchando para que eso no ocurra”, aseveró.

El periodismo como servicio

Para Balbi es fundamental restablecer la verdadera función de servicio del periodismo, porque “el periodismo es un oficio como el de un juez; debe ser imparcial, objetivo, debe buscar un equilibrio, debe buscar un interés público”.

Asimismo, cree que el oficio no está “para las buenas noticias”, precisamente por su naturaleza de contrapoder y su deber de denunciar las irregularidades que ocurren en una sociedad. “Siempre lo digo: cuesta tanto hacer buenas noticias que los empresarios tuvieron que inventarse la Responsabilidad Social Empresarial. El periodista no está para las buenas noticias, está para contar realidades, así sean estas muy duras. No digo que las noticias del periodismo deportivo, cultural, de la ciencia no tengan cabida, pero la esencia del oficio, y sin desmeritar las otras fuentes, es registrar las situaciones de injusticia inhumana”, explicó.

Correa asegura que la figura tanto del periodista como de los medios de comunicación son bien valoradas en la sociedad venezolana. “Los medios de comunicación están entre las tres instituciones más valoradas del país. A pesar de una política sistemática de descalificación, los periodistas y medios son valorados como importantes socialmente y eso ha persistido en el tiempo”.

Gil Beroes afirma su adhesión total y rotunda a la Declaración de Principios del Colegio Nacional de Periodismo, “que mucha gente guarda cuando le conviene”. Para el periodista, esta constituye “un traje a la medida para la Revolución Bolivariana, es un traje a la medida para el momento actual y para los periodistas de hoy, y creo que en ese sentido tenemos que promoverla, impulsarla, hacerla valer”, expresó.

Desafíos del periodismo

Ante este complejo panorama, no solo venezolano sino mundial, Balbi, Correa y Gil avizoran retos importantes en el ejercicio del periodismo venezolano.

Para Gil Beroes el principal desafío tiene que ver con “responder a las expectativas que tiene la sociedad sobre nosotros. Esta es una de las profesiones más exigentes del mundo porque tienes que estar al día con todo para poder servir de intermediario”.

Aurelio Gil Beroes, director de la Agencia Venezolana de Noticias
Aurelio Gil Beroes, director de la Agencia Venezolana de Noticias

“En la Edad Media un hombre podía tener en su cabeza los conocimientos de su época, pero hoy los conocimientos crecen exponencialmente todos los días, y se amplían y se amplían, y entonces la angustia de uno es cómo puedo estar al día y cómo puedo abarcar y aprehender esa realidad que se expande cada día y no fallar. El periodista que no viva angustiado hoy, tiene que dudar de su vocación, porque conocer la realidad para poder hablar de ella es cada día más difícil”, asegura el secretario de la Plataforma de Periodistas y Comunicadores de Venezuela.

Correa piensa que el verdadero desafío es acceder a la información pública. “A la hora del registro de los hechos se presenta el mayor número de riesgos para el periodista. Después de que se publica la noticia el riesgo se traslada a la descalificación y el hostigamiento si la noticia toca algún resorte del poder”, dice el periodista. Salir bien parado de está dinámica y “vencer el miedo a informar pese a las consecuencias” es el reto mayor para Correa.

Finalmente, para Balbi el reto más desafiante es la adaptación y configuración del oficio periodístico a las nuevas realidades y a las nuevas dinámicas de información, ya que el ciudadano de a pie tiene cada vez más herramientas para sumarse a la tarea de informar.

El periodismo va a tener que dar un gran debate, pues ahora ya no solo está el periodista, sino que hay un periodista ciudadano, un infociudadano; hay una sociedad mucho más consciente de la necesidad de registrar y comunicar lo que les pasa”, expresa Balbi. Para la periodista, esa democratización es buena y el deber es encausarla para incrementar la calidad y lograr grandes aportes al flujo de la información contrastada y veraz, así como a la libertad de expresión.

Balbi explica que las nuevas tecnologías y el crecimiento de medios independientes han significado avances para el periodismo venezolano. “Me atrevo a decir que el periodismo independiente se está haciendo desde los medios no tradicionales. En la entrega de nuestro premio casi todas las propuestas de periodismo de investigación vienen de medios no tradicionales, no vienen de los grandes medios (El Nacional, El Universal, Televen o Globovisión) que conformaban el mapa de hace algunos años. No son estos los que están a la vanguardia del periodismo de investigación hoy día. Son otras realidades, es otro mapa, y allí ha sido fundamental el periodista como figura individual porque éste se ha dado cuenta que también él es una marca, fundamentada en su credibilidad y no es una marca tan atada al medio”, explica la directora de IPYS.

Y con ellos se refiere al nuevo ecosistema de medios alternativos e independientes: páginas web, portales digitales, blogs, redes sociales, y a los periodistas que de forma independiente se dedican a investigar y a informar día a día sin depender de un medio de comunicación para la publicación de sus trabajos.

Es una época de muchos conflictos y muchos desafíos ante los cuales el periodismo debe dar respuestas coherentes, justas y efectivas. En medio del caos, la avalancha de información y la conflictividad cada vez más peligrosa, la tarea es seguir informando con el mayor equilibrio posible, incluyendo en cada trabajo la pluralidad de voces que están detrás de la noticia.

 

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