IPYS Instituto Prensa y Sociedad Venezuela
El 15 de septiembre de 2015, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, acusó a medios colombianos de practicar el “paraperiodismo” y la guerra psicológica, minutos antes de anunciar el cierre de fronteras en otros 10 municipios (siete del estado Zulia y tres del estado Apure) que limitan con el territorio colombiano. Estos señalamientos los realizó en su programa “En contacto con Maduro”, transmitido por Venezolana de Televisión (VTV).
Entre los medios colombianos contra los cuales arremetió el mandatario nacional están los impresos El Tiempo y El Espectador y los televisivos Caracol, RCN y NTN24. Este último canal se encuentra sin transmisión en el país desde el 12 de febrero de 2014 por órdenes del ejecutivo, al ser el único medio que se encontraba transmitiendo lo que sucedía en la manifestación en la que murieron Bassil Da Costa y Juancho Montoya.
“Paramilitarismo y paraperiodismo es lo que hace en Colombia El Tiempo, El Espectador, Caracol, RCN y NTN24. Puro paraperiodismo, pura guerra psicológica, pura xenofobia, puro odio contra Venezuela, contra la Patria de Bolívar”, señaló el jefe de Estado.
Además, aseguró en su alocución que estos medios “manipulan” la información y dicen, al igual que quienes se oponen a su Gobierno: “Chávez era otra cosa y Maduro es insoportable, se quitó la máscara, es un dictador”.
Esta alerta a la libertad de expresión configura un uso abusivo del poder estatal vinculado a una declaración agraviante.
Según los artículos 57 y 58 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas u opiniones de viva voz, y a estar informados sobre hechos que sean de su interés, a través de cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura.
Asimismo, el documento oficial de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 19 garantiza el derecho de los ciudadanos a la libertad de opinión y expresión sin ser molestado a causa de sus opiniones, así como de difundirlas mediante cualquier medio de expresión, sin limitación de fronteras.
